Mito de la Revocación
Freddy Sánchez martes 15, Feb 2022Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Lo de la consulta: ¿”será una trampa del Presidente”?…
Al escuchar esa pregunta un hombre “abrió grandes ojos” y no contestó.
Así que vale la pena poner en claro una cosa: no hay trampa en un ejercicio democrático, salvo la del autoengaño. En ese sentido, hay que señalar que, naturalmente, en todo proceso de consulta para tomar decisiones de cualquier cosa habrá una parte o varias interesadas en influir en el resultado.
Alguien en cierta ocasión que trabajó como capacitador electoral comentaba acerca de una respuesta recurrente a la invitación a los ciudadanos para participar como funcionarios de casilla en una elección presidencial.
“Para que participo si van a hacer lo que se les dé la gana”.
No pocos usaban ese pretexto o alguno semejante para justificar su no participación democrática en una tarea que sería el equivalente a la de custodios de la rectitud del procedimiento para evitar simulaciones y engaños. Y es que, ciertamente, los que tienen algún propósito de manipulación en esta clase de procesos de decisión popular, aprovechan cualquier espacio vacío para influir a su conveniencia. De modo que eso de que: “van a hacer lo que les de la gana”, puede ser una mentira, una media verdad o una gran verdad.
Todo depende de qué tan amplia y vigilante sea la participación de ciudadanos independientes para votar y contar los votos en un ejercicio democrático. A menos participación, mayor riesgo de manipulaciones con el manejo de las boletas para votar. Algo así ocurrió en las pasadas elecciones presidenciales que habiéndose distinguido por una gran participación popular, no sólo hubo un número importante de abstencionistas, sino que faltaron funcionarios de casilla que provinieran de una ciudadanía independiente y por lo mismo presta y dispuesta a impedir engaños.
Así que considerando lo reportado en uno de los lugares para votar, hubo gente con simpatías hacia un partido político rellenando las urnas con votos. Una mal común en diversas elecciones pasadas y sobre todo cuando los ciudadanos no tenían funciones electorales y los funcionarios del gobierno cumplían órdenes superiores de hacer ganar o perder a cualquier candidato.
En ese tenor, justo es mencionar que en la medida en la que la participación ciudadana aumenta en cualquier ejercicio democrático, los resultados pueden ser más auténticos en cuanto a la voluntad popular se refiere.
Para que quede claro pues: “El talón de Aquiles” en una consulta ciudadana, (siendo o no para una elección de candidatos a puestos de elección popular), depende del volumen de participantes para votar y cuidar los votos cuando estos dos ejercicios quedan en manos de los ciudadanos.
El autoengaño está entonces en creer que con o sin participación popular los responsables de realizar un ejercicio democrático: “podrán hacer lo que se les dé la gana”. Y es que eso ocurrirá siempre y cuando la mayoría de los ciudadanos se niegan a participar como votantes o custodios de los votos.
De modo que la supuesta estrategia de gobierno para garantizar el lucimiento presidencial con el rechazo popular a su retiro del Poder Ejecutivo, en la consulta de revocación, podría decirse que de ser real puede fallar si los ciudadanos convocados con derecho de opinión se niegan a participar en el número que la ley prevé para que el resultado sea vinculatorio.
Y tomando en cuenta lo que sucedió con la consulta para llevar a juicio a los expresidentes, dada su ínfima participación colectiva, no sería nada extraño que eso volviera a ocurrir con lo de la consulta para que la gente decida si el Presidente sigue o se retira del cargo.
De ser ese el caso lo que quizás veamos sobre la continuación o no del mandato presidencial pudiera ser una “descolorida vanagloria” presidencial y un “mito de revocación”.