Optimismo
Alberto Vieyra G. lunes 7, Feb 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿En qué mundo vive AMLO? ¿Será que él cree que vivimos en Pejelandia? ¿Creerá que todos los mexicanos le creemos sus mentiras que nos ha disparado en más de 70 mil? ¿Sabrá con qué se come eso del optimismo presidencial?
Sería bueno que AMLO consultara 3 términos en el tumbaburros:
1.- Optimismo: Propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable.
2.- Pesimismo: Propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más desfavorable.
3.- Realismo: Forma de ver las cosas sin idealizarlas.
En la mañanera del 2 de febrero, cuando seguramente todavía no comía los alucinógenos tamales tabasqueños por el Día de la Candelaria, AMLO juró y perjuró que la economía de México crecerá este año un 5 por ciento y ya encarrilado se despachó sus “otros datos” hasta 2024, todos del 5 por ciento porque según él, funda sus expectativas del crecimiento económico en su desbordado optimismo que está muy alejado de la realidad y preparándose para 2024 para echarle la culpa de su catástrofe económica a la pandemia del coronavirus, a los conservadores fifís, al mendigo neoliberalismo económico o a todos sus enemigos que día con día le exigen que ponga los pies en la tierra. ¿De cuál habrá fumado el Presidente?
AMLO se enojó -por todo se enoja ya- cuando el Fondo Monetario Internacional redujo, la semana pasada, las expectativas de crecimiento económico para México de un 4% a un 2.8% y todavía hizo más rabieta cuando los analistas consultados por el Banco de México redujeron todavía más esas expectativas de crecimiento a sólo un 2.2%.
Sí, el optimista del Palacio de Cortés o su alteza pequeñísima, como ya se le llama a AMLO, simple y sencillamente no acepta la realidad, ni las cosas como son. Su afán es muy simple: Confundir y confundir a los mexicanos que votaron por él propiciando el accidente político más garrafal en la historia del presidencialismo mexicano.
No, no, y no y no acepta que la economía mexicana está en recesión, es decir que no crece ni siquiera al son de 2.4% del PIB que se registró durante la era neoliberal, que tanto odia AMLO, lo cual nos indica que estábamos mejor, cuando estábamos peor.
No hay crecimiento de la economía. ¿Por qué? Pues mientras no haya creación de empleos, la economía nacional seguirá en caída libre y pareciera que a AMLO lo único que le importa es gobernar a una nación ignorante y en miseria. Y por desgracia, no se ve que haya creación de empleos porque los inversionistas nacionales y extranjeros no tienen confianza en invertir en México mientras dure el régimen de AMLO, quien se está peleando con todo mundo y con negras intenciones de expropiar empresas internacionales asentadas en México.
AMLO sigue disparando mentiras cuando afirma que el mayor número de empleos durante la pandemia se registró en enero pasado, cuando tampoco es cierto, porque de acuerdo con los estudios del Inegi, ese incremento de empleos se registró en el periodo junio-diciembre de 2021.
El de AMLO será un sexenio perdido de punta a punta, caracterizado por catástrofes: Catástrofe de salud, educación, de inseguridad pública y en la economía nacional, algo que no se veía desde el gobierno de Miguel de la Madrid, cuando México llegó a una inflación del 159% y la deuda pública alcanzó los 102 mil millones de dólares, 20 mil más que en el sexenio de José López Portillo.
Ante la catástrofe de catástrofes que vive la nación mexicana, el Banco Mundial, por su lado, pronostica que el crecimiento mundial será lento, principalmente por el coronavirus, la inflación, el desempleo, el galopante incremento de precios y sin faltar el pago de la deuda eterna, lo que se traducirá en graves tensiones sociales. Así que ¡Aguas, con el “México bronco”!