La acaudalada nuera
Armando Ríos Ruiz miércoles 2, Feb 2022Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Cuando se conoció el reportaje de Carlos Loret de Mola, sobre la forma en que vive José Ramón López Beltrán, hijo del primer matrimonio del Presidente de México, en una mansión de Houston, que se desplaza en un automóvil caro, de quien además nadie sabe en qué trabaja o de dónde sale el dinero que cualquiera puede ver, gasta en el uso de jets particulares y en sus vacaciones en lugares para el jet set mundial, aunque cualquiera puede imaginarlo, hasta los chairos, pensé en dos posibles escenarios.
Que el padre estaba callado, porque buscaba la excusa más contundente que pudiera acudir a su mente. Cuando la encontrara, entonces, sin ninguna duda, la daría a conocer en su conferencia mañanera. El otro consistió en una continuación de lo anterior: Que al progenitor le llegaría alguna ocurrencia sin ingenio y que de todos modos la daría a conocer, dado que puede adivinarse, cree que todo lo que sale de él es la verdad absoluta y sin más, sus huestes lo creerían, como creen que hasta su austeridad es verdadera.
Es muy posible que hubiera pensado en mantenerse callado, pero las redes sociales se encargaron de difundir con bastante profusión el hecho y seguramente esto lo obligó a abordar el tema. Como lo señaló el periodista, no lo desmintió. Se dedicó a hablar de que hizo un montaje en el caso Florence Cassez. De su amistad con Genaro García Luna y con el ex presidente Felipe Calderón. De sus ligas con la que denomina mafia del poder y cosas por el estilo.
En realidad, se ha magnificado también el asunto. Los inmuebles que pertenecen a la familia del vástago están lejos de ser de los más lujosos de Houston. Hay allá casas que realmente tienen precios exorbitantes, a pesar de que Texas es uno de los estados en donde la vivienda es bastante barata, comparada con otros estados, como Los Ángeles.
Tampoco están regaladas, por lo mismo de que las residencias suelen ser más económicas. Sin embargo, lo que llama la atención y movió a la sociedad mexicana que aborda los temas políticos en las redes sociales, fue que el hijo de un Presidente que toca el tema de la corrupción como la principal bandera de su administración, viva con los lujos que tanto critica. Que tanto desdeña y moteja. Es decir, vive como no podrían vivir aquí millones de mexicanos llamados fifís y otros que sí se parten el lomo para mitigar en alguna pequeña proporción su pobreza.
El Presidente ha aparecido a cuadro con recomendaciones a los mexicanos, de que procuren ser pobres. Que no estudien. Que no sean aspiracionistas. Que se conformen con un par de zapatos, con un carrito viejo. Etc. Nadie creería que ignora cómo vive su hijo mayor o alguno otro de ellos, como quiso hacerlo ver en su disculpa ante la opinión pública.
Lo que resultó como tiene que resultar siempre un juicio a la ligera, como los que suele abordar ante sus chayoteros de las mañaneras, por hablar siempre para pensar y no pensar para hablar, es la disculpa que concibió para esta embarazosa situación. La esposa de su hijo es muy rica. Ella es la dueña de todo. Por lo tanto, su hijo, de nada.
Entonces, él vive de lo que ella tiene, que debe ser mucho porque el tren de vida que llevan es bastante caro. Luego, la situación se torna un tanto vergonzosa.
Lógico pensar que el Presidente debe haber prevenido a su hijo, de su elección de forma de vida, para no entorpecer el mundo de mentiras sobre austeridad y combate a la corrupción que estaba por echar a andar. Los hechos demuestran que a José Ramón poco le importa. En otras acusaciones no se le vio la menor preocupación, ante los descuidos de su conducta de millonario.
Nadie cree en este argumento. Ni el mismo Presidente. Es un dislate más, que como dicen, es para sus simpatizantes. ¿Alguien podría creer que su nuera compró también 2.5 hectáreas en Cancún, que muchos saben, le fue cedida al matrimonio por la Comisión Nacional de Áreas Protegidas?