“Testamento” crucigrama
¬ Arturo Ríos Ruiz viernes 28, Ene 2022Centro..!
Arturo Ríos Ruiz
- Adán Augusto, el ganón
- Claudia, Ebrard y Monreal, dudas
En su “testamento”, AMLO entrega la estafeta ideológica de su movimiento y transformación al que considera su más fiel escudero: Adán Augusto López. Causó revuelo entre los cercanos al Presidente, lo sintieron como un adelanto en la candidatura de Morena hacia 2024.
Pero acudamos a la Constitución: En su artículo 84, detalla que en dado caso de que el Presidente llegue a morir, el titular de la Secretaría de Gobernación, Segob, en este caso Adán Augusto López, tomaría el poder de manera provisional.
Es de pensarse que siendo notario, el inquilino del Palacio de Cobián elaboró el documento con la voluntad del Presidente, amén de gozar de su confianza, refrenda en cada ocasión y ello mantiene incómodos a Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y a Ricardo Monreal y otros que no se perfilan aún.
El Diccionario de Derecho General describe al testamento político como la prueba del gobernante donde se recomienda a sus compatriotas normas para su dicha o bienestar para la conveniencia en el concierto internacional, les señala los intereses que la historia y el presente marcan al pueblo.
Mientras que la Carta Magna de México se especifica, que el testamento político ocurre cuando un jefe de nación fallece y, en un documento firmado, deja recomendaciones o normas por escrito a sus adeptos y futuro reemplazo.
En el renglón anterior se percibe un aliento para Claudia, Ebrard y Monreal, pues los menciona el mandatario para que Adán pueda escoger entre ellos, pero con un signo preocupante para, pues no apunta la prohibición del titular de Segob, para autopostularse. Eso un detonante.
Es pues un documento con el típico proceder del jefe de la nación, pues semeja un crucigrama en el que nada hay para nadie, lo que arrastra a los suspirantes a una cena de morenos en el que los apetitos políticos los puede llevar al desastre.
Adán Augusto ha mantenido una línea inteligente; no ha aceptado sus deseos, pero nadie congruente le cree, pero su juego es político y ello lo acerca a la definición para el candidato de 2024.
Con el testamento en cuestión, Sheimbaun ya no debe sentirse tan segura, pues es totalmente dependiente de la decisión personal del Presidente y en caso dado, no deseable, que sea la cesión base para el proceso sucesorio sus intenciones se verán reducidas inevitablemente.
Adán Augusto, el albacea, pondría todo su talento político para controlar las posibles hordas morenas que en intestinos enfrentamientos se darían todo por el control del poder con el desgaste propio de las reyertas que exhibirían.
Los aliados, canciller y senador, siguen en la tablita y lo peor para ellos es que no hay partido que los pueda arropar y el MC de Dante Delgado tiene sus propios proyectos sin ellos. Falta menos que ayer para ver cómo queda el panorama.