Consulta inútil
Freddy Sánchez jueves 27, Ene 2022Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Una buena inversión o recursos tirados a la basura.
Porque tal parece que no hay de otra: o es lo primero o será lo segundo lo que implique la consulta para la Revocación del Mandato presidencial.
Y de qué dependerá una u otra cosa.
De acuerdo con ciertos puntos de vista, si como es de suponerse, la mayoría de los consultados (por lejos o cerca que estén respecto al número de electores que le dieron el poder presidencial a Andrés Manuel) vota para que AMLO continúe en el cargo los seis años para los que fue electo, lo evidente será que no hacía falta consultar lo que era absolutamente previsible.
Porque bastaría darle validez a las encuestas de opinión que se repiten desde hace varios meses para pulsar el apoyo social hacia el Presidente con similares resultados, consistentes en una aprobación a su persona que fluctúa entre el sesenta y setenta por ciento.
Qué necesidad entonces de gastar en una consulta organizada por el Instituto Nacional Electoral, con el empleo de una suma multimillonaria de recursos financieros que podrían haberse empleado en otras prioridades nacionales, dirán posiblemente con mayor énfasis los opositores a este ejercicio democrático que ha quedado formalmente estipulado en la Constitución para su realización a la mitad de cada sexenio, salvo futura reforma constitucional que diga lo contrario.
Y en este punto es donde reside lo que para otros se considera un gran logro que debe defenderse, puesto que si una mayoría electoral decide nombrar a una persona para el cargo de jefe del ejecutivo durante seis años, resulta positivo que en caso de decepción con su mandato al tercer año de la administración que se le encomendó se le pueda destituir del empleo.
Eso que justamente es lo que aplauden al Presidente quienes apoyan su dicho de que: “el pueblo pone y el pueblo quita”.
De tal suerte que en ese sentido se antoja saludable que en la máxima norma legal que resguarda el estado de derecho, exista y deba cumplirse el postulado obradorista de la Revocación del Mandato, aunque en las circunstancias actuales a sus críticos les parezca más bien un acto de vanidad y autocomplacencia.
La popularidad del Presidente en las encuestas que se han efectuado en los últimos seis meses, dan cabida a la suposición colectiva de que en la consulta no habrá Revocación del Mandato, sino un espaldarazo a la gestión presidencial.
Cosa que a algunos críticos del Presidente les parece más que suficiente argumento para desaprobar la consulta a sabiendas de lo que se espera de dicho sondeo de opinión.
De ahí lo insensato que para los inconformes resulta gastar un dineral en consultar lo que ni falta hace.
Claro que en ese aspecto, la culpa en todo caso no sería del Presidente, en particular por la sencilla razón de que su propuesta para la revocación del mandato presidencial fue antes de comenzar su administración, sin poder saber en aquel momento cuál sería su posicionamiento en el ánimo social en la víspera de susodicha consulta.
Así las cosas, lo que la Constitución manda sobre el ejercicio en cuestión sencillamente hay que cumplirlo y quienes se animen a participar decidirán si lo que veremos en la consulta es un “besamanos” al Presidente o la revocación de su mandato, según predomine mayormente la presencia en las urnas de sus apoyadores o críticos.
Sea como fuere, la opción popular para destituir a un Presidente a la mitad de su sexenio por no satisfacer con su gobierno a la mayoría que participe en la consulta de revocación, se quedará establecida en la Constitución.
Y eso bien vale la pena el gasto que deba hacerse con la primera de estas participaciones sociales, trátese o no, esta vez, de una consulta inútil.