Palazuelos gobernador
Freddy Sánchez martes 25, Ene 2022Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Más que sorprendidos, se encuentran no pocos que no entienden cómo Roberto Palazuelos podría llegar a ser candidato al gobierno de Quintana Roo.
La pregunta obligada para ellos sería, pero qué les sorprende.
Y es que en los últimos sexenios en el país, (además de algo parecido anteriormente), a la política han llegado distintas figuras de renombre en actividades del deporte, los espectáculos y los medios de comunicación.
Algunos de ellos, francamente con una trayectoria política contrastante con la impecable labor desempeñada en su pasado profesional.
Dos ejemplos: La exitosa Ana Gabriela Guevara y el no menos triunfador Cuauhtémoc Blanco. Ella, multimedallista en carreras atléticas olímpicas y él, de lo más popular que ha tenido el balompié.
En ambos casos también con una trayectoria pública no ajena a suspicacias de ineficiencia y corrupción.
La famosa “tigresa” hace muchos años y doña Carmen Salinas, entre otras damas de la farándula que igual ocuparon cargos legislativos como diputadas o senadoras, acaparando los reflectores a fin de cuentas llegaron y se fueron de la política, salvo con los “moretones” de algunas punzantes críticas, sin dejar a su paso mayores evidencias de presuntas irregularidades por malos manejos.
Ahora que atribuirles a los personajes ajenos a la política haber dejado un gran legado legislativo en favor de los intereses sociales, probablemente sería una auténtica falsedad, aunque algunos hayan hecho ciertas aportaciones dignas de reconocer.
El caso es que si los actores, atletas, intelectuales y comunicadores siguen teniendo cupo en los menesteres de la política eso obedece a que los políticos llevan a cuestas más desprestigio que gente ajena al oficio político en este país.
Y no sólo por aquellos personajes desacreditados por sus frivolidades, abusos de poder, hipocresías y notorias corruptelas, sino incluso los que estando “limpios” de acusaciones penales se han distinguido por actuar como verdaderas “aves de las tempestades” con escándalos a cada rato.
La lista de estos “adefesios” de la política no es precisamente corta y para no incurrir en omisiones baste hacer una atenta invitación a los lectores para que traigan a su memoria los nombres de algunos de esos “innombrables” dizque buenas personas preocupadas por el bien común y en la práctica más bien soberbios, prepotentes y cínicos que por la mala imagen que se cargan han desprestigiado a la política.
Cómo entonces mostrarse extrañados de que a los cargos de elección popular se postulen personas que en su vida tuvieron desempeños partidistas y no son herederos de una larga trayectoria política familiar.
Ahora que, naturalmente, los neopracticantes de la política se aprestan a legar a sus parientes la estafeta que por el azar y las circunstancias lograron portar en estas lides colmadas de notoriedad, aunque eso no quiere decir que los que llegan a desplazar a los que se están yendo de los cargos de representación popular, realmente sean mejores o peores políticos.
De modo pues que con esos antecedentes en dichas actividades en nuestro país, no hay porque poner el “grito en el cielo” ante la eventualidad de que el actor Roberto Palazuelos pudiera convertirse en candidato del Partido Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Quintana Roo.
Dos hechos lo favorecen: que a pesar de la mala fama que algunos le atribuyen, eso no le quita posibilidades de triunfar en la política siendo abanderado de un partido que parece “hacer milagros” con sus prospectos a gobernadores. Enrique Alfaro, en Jalisco, y Samuel García, en Nuevo León.
Por qué entonces descartar la idea de un: Palazuelos gobernador.