Remedo de INE
Freddy Sánchez jueves 20, Ene 2022Precios y desprecios
Freddy Sánchez
El INE debe desaparecer desde sus cimientos.
Cuántos en su sano juicio realmente piensan que antes de esta institución hubo algo mejor para garantizar la democracia en el país. Es cierto que la afirmación de que el Instituto Nacional Electoral no tiene fallas, es un absurdo difícilmente defendible.
Porque, ni duda cabe que los que juzgan el desempeño de los consejeros electorales como algo que responde frecuentemente a intereses partidistas, (sean de la oposición o del partido en el gobierno), la verdad no se puede redargüir de falso.
Tampoco hay quien tenga a la mano las pruebas indubitables de contubernios entre algunos consejeros con determinados grupos al interior de uno u otro partido político, porque si así fuera sería encubrimiento ocultarlo y no denunciarlo ante autoridades competentes.Y en ese sentido, las propias leyes electorales sancionan conductas de corrupción electoral como lo sería “inclinar siempre la balanza” a favor de una organización partidista en detrimento de otra. Eso que comúnmente suelen imaginarse quienes no concuerdan con las decisiones que toma el Instituto en relación con distintas controversias entre los actores políticos.
Tal como sucedió recientemente con la resolución del INE, respecto a posponer la consulta para la Revocación del Mandato presidencial, que antes de lo que resolvió el Trife, dio lugar a una acción legal de la Cámara de Diputados en contra de los consejeros.
Algo que se convirtió en una manifiesta exacerbación del descontento morenista con la mitad más uno de los que superaron en número a sus colegas consejeros electorales, con un criterio distinto para resolver en este asunto. Y debido a lo que a todas luces era una decisión perfectamente legal, en ejercicio de la independencia y autonomía del INE los inconformes echando mano de su capacidad de decisión en la cámara baja denunciaron ante la fiscalía a los consejeros que votaron lo que no les gustó.
Así Morena, se proponía meter a la cárcel a los que con absoluto apego a la ley, sencillamente emitieron una resolución que les molestó y los llevó a la pretensión de castigarlos con una especie de “azote carcelario”.
De plano, un exceso que el propio presidente López Obrador se encargó de echar atrás con una sugerencia desde su conferencia mañanera.
El caso es que fue más que evidente que cuando una instancia independiente se expresa con libertad y lo que determina le incomoda a cierto grupo político con influencias en el gobierno, por lo regular surgen los afanes de destituir de los cargos a los que no complacen a los que con muchas ínfulas de poder se sienten con derecho a imponer su sagrada voluntad como si a ellos les correspondiera decidir invariablemente lo que debe o no hacerse.
Y de ahí pues el temor a que haya un propósito institucional de desmantelar al Instituto Nacional Electoral y poner en su lugar a un órgano que se muestre flexible e incluso sumiso ante lo que desde el poder oficial se le mande hacer en asunto electorales. O sea, el regreso a esa época en la que una elección no la ganaba jamás ningún opositor al gobierno, salvo que así lo ordenara el presidente en turno.
Por algo pues surgió el IFE primero y ahora INE, en aras de ciudadanizar la organización de las elecciones en el país, procurando que los intereses partidistas y en particular los gubernamentales, se mantuvieran al margen de la toma de decisiones.
Algo que obviamente está lejos de lograrse enteramente, en tanto los consejeros electorales sigan debiendo sus cargos a los partidos políticos o el gobierno, lo que hace previsible que unos y otros tengan inclinaciones a favor o en contra de algunos grupos políticos, pero aun así lo que hoy se tiene es infinitamente mejor que lo que antes había en el manejo electoral en México, por lo que sería una auténtica aberración eliminar al Instituto Nacional Electoral para crear un mal remedo del INE.