Cuento de la Revocación
Freddy Sánchez miércoles 19, Ene 2022Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Al estilo de: “Con dinero o sin dinero”, el INE hará lo que quiera con respecto a la consulta para la Revocación del Mandato.
O más bien tendrá que acatar aquello de que: “Mi palabra es la ley”, teniendo que hacer lo que desde el gobierno le digan que haga, en relación a la realización del ejercicio que la Constitución manda.
En ese aspecto, según lo que se puede suponer de las discrepancias en torno a la consulta, salvo que los legisladores modifiquen la norma legal, no será posible cumplir exactamente lo ordenado por la ley suprema.
Y el punto crucial tiene que ver con el número de casillas a instalarse en el país, puesto que la legislación que sustenta el acto de la consulta para la revocación del mandato presidencial, estipula claramente que la cuantía de casillas deberá ser la misma que la de la última elección.
Así que, precisamente, en ese detalle es donde los desacuerdos entre el Instituto y las autoridades de la Secretaría de Hacienda imposibilitan el cumplimiento cabal de lo mandatado constitucionalmente para este ejercicio constitucional.
Los dineros que el INE pidió adicionalmente de la hacienda pública, después de un nuevo recorte a su gasto interno, habrían de ocuparse para cumplir con la colocación del máximo posible de casillas, pero al recibir la negativa hacendaria dada extraoficialmente, en caso de confirmarse hará casi imposible al Instituto Nacional Electoral mantener un margen adecuado de confiabilidad para la consunta mencionada.
Es por ello que a decir de algunos de los propios consejeros electorales lo que se pretende es colocar a la institución en una situación de alto riesgo para su buen nombre como organizadora de los procesos electorales en el país.
Desde diversas instancias oficiales y político partidistas no ha cesado “el fuego graneado” contra el INE al mencionarse que los consejeros que se muestran indispuestos a practicar la consulta de revocación con los propios recursos financieros de los que dispone actualmente la institución, lo único que demuestran es su obstinación en mantener intactos privilegios económicos personales.
De ahí la propuesta que la semana pasada se le hizo al Instituto Nacional Electoral para profundizar su programa de ahorro interno con mayores recortes en distintos rubros de su gasto.
Una cuestión que como se ha difundido ampliamente en los medios de comunicación, los consejeros del INE consideraron una auténtica falacia por parte de las autoridades federales al hablar de la posibilidad de recortes adicionales inventado datos de lo que se dice que el instituto tiene en gastos excesivos y tal cosa es una vil mentira.
De acuerdo con las aclaraciones formuladas por los consejeros, la Contaduría Mayor refiere la existencia de mil quinientas áreas donde se pueden hacer recortes, siendo que sólo existen ciento cincuenta, además de que se hace referencia a supuestas prebendas sindicales cuando el INE no tiene sindicato.
Así las cosas, queda más que evidenciado que entre las autoridades del gobierno federal y el Instituto Nacional Electoral no parece existir mayor posibilidad de encontrar un justo medio en cuanto a lo que en recursos financieros adicionalmente se le debería de proporcionar al INE para la realización de la consulta, alegándose en ambos lados que no hay de dónde echar mano de más dinero para este fin.
El alegato de la Institución se centra en que no se le puede exigir que para la realización del ejercicio se incumpla con otras obligaciones constitucionales por falta de fondos para un adecuado procesamiento de los compromisos electorales, en particular lo referente a los procesos electorales por venir.
Y en ese sentido, obviamente, al INE no se le debe quitar fondos para sus obligaciones, porque lógicamente si las manejara mal se estaría exponiendo a la descalificación social y por lo mismo, para la consulta hay que dar los recursos que hagan falta, con dos propósitos: que no haya daños electorales futuros en México ni se caiga en el cuento de la revocación.