Estado con patente de corso
Armando Ríos Ruiz viernes 14, Ene 2022Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
El Estado mexicano ha impuesto de manera paulatina, pero segura, una especie de patente de corso, en donde se actúa a discreción con todos los caprichos y ocurrencias del Primer Mandatario y en donde los virreyes o gobernadores de los estados, principalmente los emanados del partido en el poder, actúan a sus anchas, sin reservas, con la seguridad de que, hagan lo que hagan malo, habrá simulación de la justicia, ausencia de la ley en su contra, perdón absoluto.
Muy lejos de operar a favor de la ciudadanía que trabaja con decencia y honestidad y del país entero, la medida de abrazos, no balazos, dictada desde el principio de la actual administración, ha servido para todo lo malo, menos para menguar los embates del hampa, que se regodea con su gran amistad con los que gobiernan. Ahora, con todo el cinismo que puede disponerse y con el gigantesco perdón a una clase que debería ser perseguida, para limitar su presencia devastadora y sus constantes ataques a todo lo que se mueve contra sus intereses.
La fotografía insolente de Cuauhtémoc Blanco, gobernador de Morelos, con capos de la droga, es una muestra fehaciente de ese cinismo que hoy se permite en la clase política moderna. A cualquier político delincuente le basta decir que es mentira, para que desaparezca cualquier intento de investigación y lo que es peor, de castigo. Por ello tenemos un gobierno que a todas luces lleva a México al precipicio y que “abraza” en aras de tener a la delincuencia de su lado. No por combatir sus efectos.
El columnista Héctor de Mauleón le dijo, más que preguntó a Cuauhtémoc Blanco: “Acaba de aparecer una narcomanta en la que se le acusa de recibir dinero, hacer negocios ilegales con el agua, y estar involucrado en el asesinato del activista Samir Flores. Esto ha corrido como un reguero de pólvora”. La respuesta, obviamente, consistió en negarlo todo.
Pero ¿quién podría pensar que es una invención de los delincuentes, como se dice siempre para dar preferencia al señalado? Ocurrió con Genaro García Luna y con muchos políticos inmersos en el delito. Coludidos con los infractores.
En todo el territorio nacional es lo mismo. En unos cuantos días de la semana pasada, se supo que Zacatecas, gobernado por David Monreal, hermano de Ricardo, Presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, está convertida en tierra de nadie, en la que todos los días se cometen asesinatos que quedan impunes y en donde los familiares de la poderosa familia hacen negocios millonarios. Hablamos de noticias de unos cuantos días, que se suman a la enorme lista de depredadores que alimenta la novísima política, de perdonar los delitos de los intocables.
Fue señalada una hija de Ricardo, como receptora de contratos por más de 35 millones de pesos y que ha participado en jugosos negocios a lo largo de muchos años, en los que se han utilizado las instancias del gobierno para favorecerla. Más hoy, que gobierna Morena. Se trata de Eldaa Monreal Pérez.
El estado de Guerrero no canta mal las rancheras. En Acapulco, en donde la alcaldesa Abelina López Rodríguez ha dado claras muestras de una especie de retardo mental, los cobros por renta de piso y las extorsiones han disparado el clamor generalizado de los comerciantes. ¿Quién sería el valiente que impusiera orden? La que manda sería capaz de decir que no es su papel.
De vuelta a Morelos, el presidente municipal de Xoxocotla, Benjamín López Palacio, acaba de ser asesinado a balazos frente a su domicilio. ¿Qué hace el gobernador Blanco al respecto? ¡Nada! Bueno, condenar el crimen, porque su capacidad no le permite ir más lejos y decir que llegará hasta sus últimas consecuencias. Juego apuesta, doble contra sencillo, a que este hecho quedará impune, como también quedará impune la actuación del mandatario.
Enumerar todos los delitos cometidos la semana anterior sería imposible. Apuntamos únicamente los más sobresalientes y podemos decir que son producto de una política equivocada o caprichosa, que la hace sospechosa de pretender guardar un respeto irrestricto al poder alterno, que hoy se enseñorea en todo el país y que como nunca, ha cobrado una fuerza indiscutible.