“Nadien” como Cuauhtémoc
Armando Ríos Ruiz miércoles 12, Ene 2022Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
En todo el mundo, son miles de millones de personas las que están seguras de que para ser buen gobernante es necesario contar, entre otros muchos ingredientes, con una escolaridad que incluya licenciaturas, estudios de post grado y especialidades en asuntos políticos. Mientras más sean los conocimientos, principalmente en materias como Teoría del Estado y muchas más relacionadas con el Derecho, mejor podría ser el desenvolvimiento de un mandatario.
El tema se presta para la discusión amplia y en este espacio no es posible agregar otros datos por lo reducido. Tal vez todas las páginas del diario no alcanzarían para exponer los considerandos que se necesitan. Pero grosso modo, lo dicho arriba es argumentado y aceptado en diferentes latitudes del globo.
En su obra, El Príncipe, el maestro de política a través del tiempo, Nicolás Maquiavelo, decía: “El Príncipe debe hacer uso del hombre y de la bestia: astuto como un zorro para evadir las trampas y fuerte como león para espantar a los lobos.”(Cap. XXIII), él hace uso a la perfección de una actitud digna de un zorro al usar, astutamente, una plataforma política ya establecida que simplemente necesita para lograr acceder al poder”.
En otra parte de su legado, el florentino señaló que el buen gobernante debe ser firme, inteligente a la hora de escoger, respetar los bienes de los gobernados, mantener felices a los ciudadanos y evitar ser odiado, además de contar con un compromiso con la prosperidad social. Absolutamente ningún parecido a lo que ocurre en México, desde la Presidencia del país hasta los gobiernos de los estados y los representantes en las cámaras, que se han llenado de basura incompetente e ignorante.
Hace muchos años escribí en una columna, que los habitantes del estado de Morelos eran los peores a la hora de votar por su gobernador. Esta entidad ha sido gobernada muchas veces por personas que no nacieron allá. El caso de Cuauhtémoc Blanco no es excepción. Tampoco lo es que se trate de un verdadero desastre en materia de cultura. Él mismo ha admitido que no terminó siquiera la secundaria y pudo haber ido lejos. Se nota que ni siquiera la primaria.
Ha sido destacado en los deportes. Como futbolista figuró como estrella. Tal vez por ello, en lugar de gobernar ahora, le resulta más fácil delegar en alguno de sus familiares, como su medio hermano Ulises Bravo Medina, quien sin contar con un nombramiento se encarga de hacer todos los negocios posibles. Practicar un deporte es fácil y no hace daño a nadie. Gobernar mal y retratarse con maleantes de primera línea, sí. Por ello ha sido señalado como el peor gobernador. Está precisamente en último lugar de la lista.
En una entrevista sobre el tema de una fotografía suya con narcos, que por cierto abundan en su mandato en Morelos, respondió a una pregunta con una respuesta pre elaborada. No por él, que no hubiera tenido el ingenio suficiente para inventarla. Sino por otros políticos que la han repetido infinidad de veces: “a mí los narcos me dan risa. Es guerra sucia”
Lo de la guerra sucia alude a otros políticos que se encargan de denostar al principal por la razón que se quiera pensar. Por ello se escuchó grotesca, pues, en el caso que cito, más bien parece aludir a políticos inmersos en la actividad delictiva, que a políticos que pretenden ensuciar su figura, ya demasiado enlodada en todos los renglones. Como en sus discursos llenos de disparates y a la hora de sumar. Dijo que de 10 delincuentes capturaron siete. “Nadien en administraciones pasadas, ha detenido a 7 personajes peligrosos, siete. Nos faltan cuatro de diez”.
Las narcomantas en Morelos, en contra de su gobernador comenzaron a menudear. Morena no las toma en cuenta, como en el pasado, el gobierno de Felipe Calderón desdeñó las que anunciaban la relación de Genaro García Luna y el consentido de éste, Luis Cárdenas Palomino −acusado de haber asesinado a una persona en su juventud−, con el narcotráfico. Los resultados están a la vista.