¿Y la democracia?
Ramón Zurita Sahagún lunes 10, Ene 2022De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Excelente año para todos
El tema de la democracia en México es sumamente sensible y cuestionable desde siempre.
Se habla de que somos un país abierto a la democracia, aunque durante décadas fue cierto, aunque esa democracia era selectiva y al gusto del partido gobernante, el que establecía dónde se aplicaba y en qué sitios se hacía omisa.
Ese largo tramo de democracia selectiva fue reemplazado por la primera alternancia, ocurrida al inicio del nuevo siglo, con el triunfo de un candidato presidencial opositor.
Fueron lanzadas las campanas a vuelo y se estableció, casi por decreto, que México había dado un gran paso en su ruta democrática.
Los primeros en mostrar que esos dichos resultaban una falacia fueron los propios partidos, en los que la democracia no prosperaba o lo hacía en medio del descontento generalizado de su propia militancia.
Las denuncias y acusaciones de unos hacia los otros eran de lo más común y ni se diga en el caso de resultados electorales sumamente cuestionables.
No importaba que los gobiernos fuesen panistas, priistas o, incluso, “morenos”, las protestas y acusaciones de falta de democracia son múltiples y, en algunos casos, se siguen ventilando fuera del país.
Nada parece convencer a los protestantes de que en México existe una verdadera democracia y ellos mismos, los participantes, son los primeros en cuestionarla.
Los esfuerzos (que sí los hay) por transparentar elecciones, sondeos y muestreos, son mínimos y opacados por la virulencia de los dichos de los inconformes, aunque, por fortuna, ya las protestas no son violentas o si hay algún tipo de ella, es mínimo.
Desde 1994 que fue considerada como la primera elección presidencial confiable, han transcurrido 27 años en los que se han celebrado 9 procesos electorales federales, los más de ellos cuestionados, con excepción de los últimos comicios presidenciales en los que no se objetaron los resultados.
Sin embargo, con todo y que no enfrentaron objeción alguna, resultado de unos comicios transparentes y democráticos, el partido gobernante es el primero en cuestionar cuando los resultados no les favorecen, con todo y que los principales resultados les favorecen, pero quieren ser una maquinaria arrolladora como la priista de los años anteriores a 1988.
Dentro del actual partido mayoritario priva la desconfianza sobre la forma en que se eligen los candidatos y prueba de ello es que de seis entidades en las que participará Morena con candidatos a igual número de gobierno estatales, en cuando menos la mitad de ellos hay protesta de los aspirantes a la nominación.
Susana Harp, senadora de Morena y considerada la favorita para abanderar a este partido en Oaxaca, levanta la voz y arguye que le fue arrebatada la candidatura y considera como un dedazo el privilegiar a su compañero de escaño, Salomón Jara, en detrimento de la equidad de género.
Establece que las mujeres son enviadas como candidatas a los estados con menores posibilidad de victoria y dice que entre las mujeres aspirantes fue la segunda mejor evaluada, detrás de Mara Lezama, quien sí resultó abanderada de Morena en Quintana Roo.
Por lo pronto, Susana ya presentó una controversia ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial.
En Durango es un hombre el que se inconformó con la nominación de Marina Vitela como candidata al gobierno estatal. José Ramón Enríquez, senador se presenta como el ganador de las encuestas y asegura contar con documentos que muestran que el partido declaró ganadora a Marina, antes de conocer el resultado de las encuestas.
Tamaulipas no está al margen de estas inconformidades, ya que Maki Ortiz, cuestionó que el también senador Américo Villarreal sea el candidato propuesto por Morena. Incluso la ex panista impugnó ante tribunales la selección de Villarreal, recibiendo un revés por dicha impugnación.
La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinó como improcedente dicha impugnación.
Llama la atención que en los tres estados señalados los gobiernos actuales no sean de Morena, aunque este partido está considerado como favorito para ganarlos el próximo mes de junio, aunque asoman fracturas al interior del partido que pondrían en riesgo la potencial victoria.