México, siempre en primer lugar
Armando Ríos Ruiz miércoles 5, Ene 2022Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Ya deberíamos estar acostumbrados, pero a veces nos resistimos con la esperanza de que las cosas cambien por efecto de algún encantamiento que opere de manera inesperada. Eso, desde luego, no puede ser. La realidad obliga a pensar que los problemas se resuelven cuando una o muchas manos operan para que así sea. Jamás por el efecto de algún milagro.
Pero en lo malo que ocurre en México está inmersa la aceptación de aún muchos millones de mexicanos que, lejos de exigir a nuestras autoridades mejores resultados, le aplauden hasta lo malo o justifican muchas veces de la manera más burda, más irracional, la perversidad de las mismas, las mentiras de los gobernantes, los abusos, los dislates, todos los errores, como si quien los cometiera fuera un dios a quien deba rendírsele pleitesía a todas horas.
Se escucha frecuentemente decir a los defensores de los actuales gobernantes: “¡es que no lo dejan!” de una manera ilógica, con una inteligencia paupérrima, porque si algo puede hacer el mandatario en turno, es lo que se le pega la gana, con todo el terreno ganado a lo largo de tres años en la silla principal, desde la cual ha sometido los contrapesos normales y pretende más, en aras de mantenerse inamovible.
Esto, por el inmenso agradecimiento de recibir una cantidad de dinero bimensual como pago por la conciencia, por lo cual muchos estarían dispuestos hasta a matar por su Presidente. La medida nubla la razón y la convierte en una especie de esclava de la presunta generosidad del que da, como si lo que reparte lo extrajera de su bolsillo, no de las arcas del gobierno.
Todo lo anterior tiene que ver con lo manifestado apenas por la Universidad Hopkins, tras evaluar a 20 países por su trato al demonio que invadió el mundo hace casi dos años: el coronavirus que continuó impasible con su amenaza exterminadora y que continúa con su naturaleza veleidosa como la peor amenaza de la humanidad. Con sus mutaciones que parecen no tener fin y que continuarán rondando los cuerpos humanos con la guadaña en ristre.
Pero como al principio, las autoridades mexicanas siguen restándole importancia con mentiras. Con invitaciones a hacer poco caso, por más que autoridades científicas en la materia pregonan su peligrosidad, precisamente para que los gobiernos adopten las mejores medidas a favor de sus gobernados.
La universidad de referencia encontró que México “registra la mayor tasa de fatalidad durante la pandemia Covid-19, entre los 20 países más afectados por el virus, al contar con un promedio de mortalidad de 7.5 por ciento”, seguido por Bulgaria, con una tasa de letalidad de 4.1 por ciento.
La información afirma que las cifras difundidas anteayer, dicen que México está a la cabeza de los países cuyo problema examinó la casa de estudios de referencia. Después de las naciones señaladas, están Rusia, con 2.9 por ciento. Brasil, con 2.8 por ciento; Moldoya y Ucrania, con 2.7; Sudáfrica, con 2.6 e Italia, con 2.2 por ciento.
El problema del coronavirus es uno de tantos en los que podemos competir con la seguridad de ganar. Otro rubro es la inseguridad, en la que claramente se nota la intención de que se incremente, como ha ocurrido hasta hoy, a linderos insospechables. El consejo tan repetido de dar abrazos a los delincuentes, no es más que un aliciente para que crezca como el arroz que hierve.
Infobae acaba de publicar que durante los últimos días de diciembre, “los casos de Covid Ómicron (B.1.1.529+BA) han crecido exponencialmente las últimas semanas y México ya ocupa el segundo sitio en los países de América Latina, con 254 detectados de este tipo de coronavirus, hasta ahora el más contagioso”.
Pero los enamorados de la 4T insisten, aún a estas alturas, en que hay que dar a las autoridades “el beneficio de la duda”, a pesar de los resultados desastrosos durante los tres años de gobierno, que han llevado a México, montado en una carrera directa al precipicio.