Contradicciones en seguridad pública
Ramón Zurita Sahagún jueves 12, May 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El pasado fin de semana, Genaro García Luna era el anfitrión de un selecto personal que acudió a su residencia para festejar con el funcionario y cerrar filas en torno a su persona.
La ofensiva lanzada en su contra por el desaseo de las operaciones que encabeza, por la incertidumbre que genera el accionar de los cuerpos de policiales y por una gestión ineficiente como secretario de Seguridad Pública federal se mantiene en una constante desde hace algunos meses.
El corolario de ello fue la petición pública de su renuncia expuesta por el poeta Javier Sicilia, al término de la concentración reunida en la Plaza de la Constitución.
Sicilia pidió al presidente Felipe Calderón una muestra de que escucha al pueblo, mediante la remoción del funcionario público federal más polémico de las décadas recientes.
Por supuesto que no es la primera ocasión que se exige la salida de Genaro García Luna de la Secretaría de Seguridad Pública. Antes de ésta, en ocasiones recientes otros personajes ya lo habían hecho, sin ser tampoco escuchados.
Religiosos, políticos de oposición y diferentes personajes de la sociedad civil, organismos no gubernamentales y víctimas de delitos cuestionan el trabajo de la dependencia a cargo del ingeniero mecánico y han elevado la voz para pedir su destitución.
Lo curioso de esto es que las peticiones se centran en la renuncia de García Luna a la secretaría de Seguridad Pública y, por lógica cesen sus funciones como el eje operativo de la lucha contra la delincuencia organizada.
Para evitar malos pensamientos en otros sectores del país y frenar cualquier intento de respaldo a la propuesta de Sicilia, el gobierno federal envío a uno de sus corifeos para rechazar todo tipo de presiones y rendir homenaje al cuestionado personaje, sobre sus aportaciones.
Como si ello fuese poco, el mismo día se inició la transmisión de una nueva serie televisada, en la que se ponderan todas las bondades de los policías federales mexicanos
Lo atractivo de esto es que es una producción en la que se advierte una cuantiosa inversión económica, la que, posiblemente, provenga de los recursos públicos destinados a esa dependencia.
La situación de García Luna al frente de la secretaría parece más firme que nunca, después de los respaldos gubernamentales y de que el propio funcionario acapara todos los espacios disponibles y los reflectores, para mostrar que su labor es destacada.
Reconstruir o construir la imagen deteriorada de una policía federal sumamente cuestionada, acusada de excesos en operativos y de estar infiltrada por la delincuencia, parece ser la principal tarea de García Luna, sin importar que las situaciones reales no cambien.
Son muchas las violaciones cometidas por quienes están adscritos a la SSPF, las quejas aumentan en torno a los métodos usados en la lucha contra la delincuencia, los excesos que se cometen con el pretexto del bien común y de los operativos, donde los inocentes caen al mismo tiempo que los delincuentes.
Lejos de procurar garantizar la paz y la tranquilidad en la población, la presencia de la policía federal provoca mayor temor e inseguridad en las entidades en las que se hace presente.
Los éxitos en las operaciones de abatimiento de delincuentes y en la aprehensión de los mismos, son reconocidos a las fuerzas armadas, séase Ejército o Armada, los mismos elementos que se pide sean devueltos a los cuarteles, para que se la secretaría de Seguridad Pública la que se encargue de esos operativos, con todo y su ineficacia mostrada.
Y sin embargo, García Luna es el personaje mejor cuidado dentro de la administración pública federal. Lo traen entre algodones, bien protegida su esencia, para evitar sufra magulladuras de ninguna clase.
Las quejas en su contra y de sus operadores no prosperan, los abusos y excesos cometidos son dejados de lado y los gritos y exigencias que piden su salida son ahogados con respaldos presidenciales.
LOS CUARENTA MIL
40 o 50 mil fueron, según datos, los asistentes que se concentraron en la Plaza de la Constitución, un número similar al de los asesinados durante la presente administración.
Horroriza saber que un número semejante al ahí reunido es el de los muertos en la batida contra la delincuencia visualizar la imagen de los presentes con los de los cadáveres da cuenta de lo terrible que resulta ser esta cruente guerra emprendida desde el gobierno federal.
Es cierto que el mayor número de las víctimas provienen de los supuestos delincuentes, pero también lo es que en ese lapso cayeron niños, jóvenes, adultos, hombres y mujeres inocentes, algunos y presuntos culpables otros.
Son poco más de cuatro años de violencia ininterrumpida, con mayor presencia en algunos estados y más notoria, con huella profunda en las entidades que más sacrificio aportan.
Esos cuatro años y medio representan una de las peores etapas en la historia del México moderno, donde las tasas de criminalidad son superadas año con año, sin que se encuentre un camino por el que se pueda frenar la incertidumbre e inseguridad en que vive la mayor parte de la población.
BLAKE, A COMPARECER
El PRI en la Comisión Permanente anunció que se pedirá la comparecencia del secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, en su calidad de coordinador del Programa Nacional de Seguridad, para tener un diálogo respetuoso y que no quede atrapado solamente en el muro de las lamentaciones o en la defensa del maniqueísmo tradicional de la derecha de buenos y malos.
En voz de Sebastián Lerdo de Tejada, afirmó que el de seguridad, es un asunto de gobernabilidad, es un tema en donde va la patria, no es un asunto de legisladores de la oposición que critican a un mal gobierno.