Otro “madrazo” al PRI
Alberto Vieyra G. jueves 16, Dic 2021De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Con miras a la elección presidencial de 2006, una ponzoñosa publicidad electoral decía: “Hay que darle un madrazo a Madrazo”. En esa elección Roberto Madrazo Pintado, líder nacional del PRI se había apoderado del partido para darle “un madrazo” erigiéndose como su candidato presidencial, terminaría perdiendo ante Felipe Calderón del PAN.
Catorce años después, otro jerarca nacional del tricolor de muy poca monta, Alejandro Moreno Cárdenas Alito o Amlito por aquello de que se pasa el chicle con AMLO, anuncia otro “madrazo” contra el PRI al autodestaparse como candidato presidencial del tricolor rumbo al 2024, adelantando que el viejo dinosaurio priista volverá a la Presidencia de México… ¿Con Alejandro Moreno? Bueno, después de Vicente Fox y AMLO cualquiera puede ser candidato presidencial.
La XXIII Asamblea Nacional del PRI sería el marco en el que Amlito definiría que la novedosa ideología del PRI será socialdemócrata, es decir que se moverá pa’ donde vaya el aire y pintaría su raya del ponzoñoso neoliberalismo económico impuesto por el PRI de Carlos Salinas, quien llamaba de manera profusa al priismo nacional a “hacer política… mucha política neoliberal”. Los priistas pelando tamaños ojotes, se miraban unos a otros porque no sabían con qué se comía esa méndiga política, pero eso sí, le aplaudían a rabiar.
Después del nuevo “madrazo” al PRI, otro dinosaurio ex gobernador de Coahuila, Rubén Moreira Valdés, a tono con el nuevo discurso priista ha dicho que: “Por mandato de la #23AsambleaPRI somos un partido de centro izquierda. Somos socialdemócratas, feministas, ambientalistas, enemigos de la discriminación, progresistas y aliados de las causas populares. Le dimos una patada al neoliberalismo que nos impusieron desde el poder”.
Pero qué chistoso… Rubén Moreira fue uno de esos aplaudidores que hoy se dicen víctimas porque saben que están propensos a vivir sin presupuesto y ellos saben que vivir sin el presupuesto, es vivir en el error. Eso también lo saben panistas y perredistas que hoy han mandado a la basura sus ideologías y principios políticos para obtener el poder por el poder y al precio que sea. Parece ser la tónica de la nueva democracia mexicana.
Ha llamado poderosamente la atención que el PAN, a través de Santiago Creel Miranda, que cobra como vicepresidente de la Cámara de Diputados haya logrado que después de 3 años de encontronazos y más encontronazos con el gobierno de AMLO, por fin se sienten a dialogar y en ese diálogo, tanto unos como otros tendrán que ceder en sus hasta ahora inamovibles puntos de vista sobre la forma desastrosa como se está conduciendo al país de manera autoritaria y mediante un cogobierno con el Ejército y demás fuerzas armadas, lo cual explica el creciente militarismo en toda la República Mexicana, un militarismo de control social, no un autoritarismo que ponga fin a las mafias criminales; en ese diálogo se tiene que llegar a la conclusión que el militarismo que lleva a cabo AMLO es inservible, no resuelve absolutamente nada en el incremento de los altos índices delictivos en un país que pareciera estar en guerra, una nación en la cual la paz social está seriamente amenazada, aderezada esa ingobernabilidad por la obstinación terca del presidente López Obrador de estar dividiendo y enfrentando a los mexicanos un día sí y el otro día, también.
Todo indica que el PRI y PRD igual que el PAN, para no verse como una oposición radical y extremista, tendrá que ir a ese diálogo con el gobierno de AMLO. Esas tres fuerzas políticas saben muy bien para qué sirve el poder en México y cómo se maneja internamente la democracia en la nación porque tiene que negociando gubernaturas, presidencias municipales, diputaciones federales, senadurías, etcétera.
En México se practica el famoso ‘toma y daca’, es decir yo te doy, pero tú qué me das. Esa infame política sentaría sus reales en el régimen de Carlos Salinas cuando al PAN le dió todo, incluyendo la Presidencia de la República, pero también el PAN traicionaría a su aliado inicial el PRD, que ingenuamente anunciaba que metería las manos al fuego por un PAN que muy temprano lo traicionó. Sí, las traiciones en política han existido ahora y siempre.