¿Y Migración..?
¬ Luis Ángel García lunes 13, Dic 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Tras la muerte de al menos 55 guatemaltecos indocumentados en una carretera chiapaneca, autoridades federales y estatales se apresuraron a reducir la responsabilidad del homicidio culposo al chofer que conducía un pesado transporte a exceso de velocidad. Además, rechazaron que el tráiler hubiera pasado por retenes para su revisión. La tragedia siempre es huérfana, nadie asume la culpa.
Mientras tanto, hay luto en más de media centena de hogares centroamericanos que se quedaron sin padre, hermano o hijo; también familias enteras que soñaron con vivir en la Unión Americana sucumbieron en el intento. Huyeron de la miseria y de la terrible violencia para encontrar sangrienta muerte en una carretera mexicana, lejos de su tierra. Víctimas de quienes trafican con seres humanos, son revictimizados por agentes migratorios y fuerzas del orden de este país, quienes los extorsionan para garantizarles “un viaje seguro”, pero en realidad los dejan a su suerte. Así ocurrió con los malogrados migrantes que querían llegar a Estados Unidos, quienes hacinados en la caja de un tráiler truncaron sus sueños de salir de la pobreza y ayudar a sus familias. Los sobrevivientes -otra tragedia-, muchos de ellos gravemente heridos, reconocieron que pagan a coyotes el equivalente a once mil dólares para cruzar la frontera norte, mientras que los menores solo necesitan juntar cuatro mil.
Así comenzó su peregrinar desde Guatemala, con un primer pago de mil trescientos dólares, para desembolsar otros cuatro mil al llegar a Puebla y el resto al cruzar el Río Bravo. Los niños no son cruzados, los dejan en la línea divisoria para que se entreguen a la patrulla fronteriza. Con esa ruta tan precisa resulta poco creíble que las autoridades mexicanas no conozcan el modus operandi y que, con tan buena suerte, los agentes de migración no revisen los vehículos que transportan a personas como mercancías.
Como hemos señalado en otras colaboraciones, la trata de personas, el tráfico de humanos, es un de los modernos jinetes apocalípticos que, junto con las drogas y la venta ilegal de armas, dejan millones, si no es que billones de dólares al crimen organizado. Esas enormes ganancias le permiten contar con un poder corruptor impresionante. De esos poco más de once mil dólares que cobran los polleros, los traficantes, cierta cantidad se destina a los sobornos de agentes migratorios y de policías.
Desde la frontera en el Suchiate, a donde fue el mortal accidente, hay -según lugareños y reporteros-, cuando menos tres puntos de revisión, aunque los gobiernos niegan que el chofer prófugo y su carga humana hubieran cruzado alguno de ellos. Lo más seguro es que si lo hicieron y el presunto homicida culposo repartió dinero entre los distintos cuerpos de seguridad para que le franquearan el paso. Lo demás es mera consecuencia; su actitud irresponsable de conducir a exceso de velocidad y su impericia para controlar el pesado transporte, efectivamente, provocó la volcadura que mató a 55 inocentes y lesionó a otro tanto de obligados pasajeros en la caja de la muerte.
Sí, el conductor es el culpable, pero ¿y Migración, las policías, los federales, la milicia? Nadie vio nada, La región atraviesa una de las peores crisis migratoria de los tiempos modernos, las caravanas de centroamericanos y caribeños recorren, por miles, el país y se agolpan en la frontera norte; el gobierno mexicano fue obligado a reanudar el programa “Quédate en México”, con lo cual tiene que aceptar a los indocumentados mientras deciden su suerte los gringos. Migración, la Guardia Nacional y el Ejército saben que deben frenar ese flujo de trashumantes, y ante ese panorama, un tráiler con una mercancía humana de más de 150 centroamericanos, no despierta la sospecha de ninguna autoridad. Difícil de creer.
Este dramático episodio exhibe lo que se ha querido negar: la corrupción. Son iguales a los de antes, pero no lo quieren reconocer; lamentablemente ese comportamiento delictivo e inmoral privó de la vida a muchos inocentes.