Malos resultados para AMLO en estudios nacionales e internacionales
Miguel Ángel Rivera viernes 10, Dic 2021Clase Política
Miguel Ángel Rivera
En uno de sus numerosos informes, el del pasado 1 de julio, al celebrar el tercer aniversario de su triunfo electoral, el presidente Andrés Manuel López Obrador presumió tener el respaldo para su gobierno de más del 72.4 por ciento de los mexicanos y, ahora, a casi medio año de distancia, su popularidad parece haber descendido, pues según una encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) casi la mitad de la población no le tiene confianza total.
El estudio exhibido por el primer mandatario, según revelación propia, fue realizado por la Presidencia de la República, por lo que dio pie a sospechas de que podría ser manipulado para presentar la mejor imagen de su jefe y líder.
En tanto, la investigación de GCE, levantada el pasado día 8, sólo comprende a 800 entrevistados, una muestra que podría ser considerada insuficiente para un estudio de alcance nacional. Sin embargo, ese estudio forma parte de todo un plan de seguimiento por parte de GCE del índice de popularidad del actual jefe del Ejecutivo, desde el arranque de su gobierno.
Como se puede considerar lógico, la popularidad del primer mandatario ha caído desde los más de 80 puntos que tuvo al arranque de su administración, para llegar a los 54.8 que le reconoce el más reciente recuento del GCE, por lo cual concluye que el país está dividido.
Aunque los directivos del Gabinete, Liébano Sáenz y Federico Berrueto, trabajaron para los ahora condenados gobiernos del PRI y del PAN, no han sido catalogados hasta ahora como enemigos de la llamada Cuarta Transformación.
Por ejemplo, en el referido estudio se destaca 54.8 por ciento de los participantes buena o muy buena opinión sobre López Obrador, contra 39.5 por ciento que respondió regular, mala o muy mala. Así que vale la pena echarle una ojeada de los resultados de esta, la más reciente encuesta, del GCE, acerca de la popularidad y los retos para el gobierno del presidente López Obrador.
Por ejemplo, en lo que en apariencia resulta casi una broma -aunque los expertos consideran que son preguntas de control para determinar si el entrevistado no trata de ocultar algo- se les preguntó si salieran de vacaciones, le confiarían las llaves de su casa a López Obrador y el 51.1 por ciento respondió que no.
En cuanto a los principales problemas que aquejan al país, la inseguridad encabeza la lista con un 41.1 por ciento, seguida por la economía y pobreza con 18.1 por ciento, la corrupción con 17.1 por ciento, el desempleo con 7.3 por ciento y mal gobierno con 5.6 por ciento, dejando en el último sitio a la pandemia con sólo 1.4 por ciento.
Los apoyos a la tercera edad (17.2%), los apoyos sociales (14.3%), el combate a la corrupción (7.6%) y las becas a jóvenes y estudiantes (5.2%), son de las mejores acciones que consideran ha hecho el presidente.
Del otro lado, las consideradas estrategias fallidas fueron en la seguridad (11.5%), el mal gobierno (5.3%), la cancelación del aeropuerto (4.9%), el aumento de apoyos sociales (4.6%), el desabasto de medicinas (4.5%) y el mal manejo de la pandemia (4.3%), entre otras.
“Los logros están a la vista, a pesar de la pandemia y del sufrimiento que acarreó; la gente no ha perdido la fe en un mejor porvenir, existen libertades plenas y poco a poco vamos pacificando al país sin violar derechos humanos y sin reprimir al pueblo”, expresó. En su informe de julio, el primer mandatario aseveró que la mayoría de los mexicanos entiende los logros del gobierno y como ejemplo puso algunas de las respuestas a las preguntas incluidas en la referida encuesta levantada por su oficina.
Un ejemplo: “Con respecto al año pasado, ¿cómo está su situación económica actual?
Mejor respondió el 15.3 por ciento; igual el 42.9 por ciento y peor el 40.0 por ciento
“¿Cómo cree que será su situación económica el siguiente año?”. Mejor respondió el 38.4 por ciento; igual el 26.8 por ciento y peor el 23.2 por ciento.
“¿Cómo cree que será la situación del país al término de este sexenio?”.
Mejor contestó el 41.4 por ciento; igual el 23.9 por ciento y peor el 26.9 por ciento.
“En su opinión, ¿cómo es la corrupción en el país en este sexenio comparado con el anterior?”. Mayor, dijo el 19.7 por ciento; igual el 33.3 por ciento y menor 43.0 por ciento.
México, el cuarto peor país en materia de corrupción
En el referido informe de 1 de julio anterior, así como en otros mensajes, así como en su cotidiana conferencia de prensa ha presumido que la llamada Cuarta Transformación terminó con la corrupción, por supuesto, heredada de los anteriores gobiernos conservadores y neoliberales.
De acuerdo con la encuesta presumida por el Presidente, su afirmación de haber erradicado la corrupción no la respalda más de la mitad de la población, pues los que consideran que ese fenómeno negativo se mantiene igual y los que consideran que ahora es mayor, suman 53 por ciento, es decir más de la mitad.
Lo peor, sin embargo, todavía estaba por venir. Con motivo del Día Mundial Contra la Corrupción, que se conmemoró ayer, 9 de diciembre, en un estudio internacional, México apareció ubicado como el cuarto país con mayor grado de corrupción.
De acuerdo al sitio , que pertenece a la organización multidisciplinaria independiente World Justice Project, la cual tiene como fin promover el Estado de Derecho a nivel global, nuestro país está en la posición número 135, de 139 países.
Esto se mide, como dice el presidente López Obrador, de arriba para abajo. Los lugares más arriba, corresponden a las naciones con menos corrupción. Por desgracia, México ocupa la posición 135 de 139.
En esta lista, nuestro país es solamente superado en el índice de mayor corrupción por cuatro naciones africanas: Uganda, Camerún, Cambodia y República de Congo,
Si se quiere hacer esta referencia, el tener como competencia sólo a naciones africanas, significa que México es el peor país calificado en cuatro continentes.
Para determinar la ubicación de cada país en esta escala, se toman en cuenta tres formas de corrupción: el soborno, la influencia indebida de intereses públicos o privados y la malversación de fondos públicos y de otros recursos, por parte de funcionarios de gobierno, de los poderes Judicial, Ejecutivo y Legislativo, además de militares y policías.
Los malos resultados de México en materia de corrupción no vienen solos, pues el mismo estudio incluye una tabla relativa al estado de Derecho en el mundo y, por desgracia, nuestro país aparece también entre los peor calificados.
México ocupa el lugar número 113, dentro de los mismos 139 países evaluados, donde los primeros lugares los ocupan los países que más se apegan al Estado de Derecho y, por consiguiente, los últimos son los que menos respetan el estado de Derecho.
Como si se tratara de un desmentido general a lo que el presidente López Obrador presume como logros de su administración, ayer mismo se conocieron informes que invalidan la afirmación de que también hemos superado la crisis económica derivada. Por lo pronto, los índices de inflación son los más elevados de los últimos años.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que en noviembre de 2021 el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) presentó un crecimiento de 1.14 por ciento respecto al mes inmediato anterior. Con este resultado la inflación general anual se ubicó en 7.37 por ciento.
En el mismo mes de 2020 las cifras fueron de 0.08 por ciento mensual y de 3.33 por ciento anual. En su defensa, en el reciente informe del 1 de diciembre, tercer aniversario de su toma de posesión, el presidente López Obrador reconoció el aumento del Índice de Precios al Consumidor, pero alegó que es “importado” y mencionó que la tasa de inflación es igual a la de los Estados Unidos.
Sin embargo, cuando se revisan los diversos capítulos incluidos en el Índice de Precios al Consumidor, se encuentra que entre los mayores incrementos están las tarifas de electricidad y los productos agropecuarios.
En particular, los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno aumentaron en 11.26 por ciento, lo cual se explica en mayor medida por la recuperación este año de los precios del petróleo y en el caso de los agropecuarios, el aumento fue de 14,3 por ciento.
Respecto de los productos agropecuarios, es sabido que importamos maíz y otros alimentos, pero no jitomates y cebollas, que según las amas de casa “están por los cielos”.