“Carlos”, el terrorista
¬ Mauro Benites G. viernes 3, Dic 2021Municiones
Mauro Benites G.
En una prisión de París donde está confinado desde 1994, Ilich Ramírez Sánchez fue condenado a su tercera cadena perpetua por terrorista, tal vez al ver el nombre de Iliich Ramírez Sánchez no signifique nada para el lector, quizá en el nombre de “Carlos, El Chacal” ustedes amables lectores tendrán una referencia mediática identificada con las noticias de acción de terrorista llevada a cabo por este individuo, que en los años setenta y ochenta del siglo XX ocupó las principales notas de los diarios del mundo por sus acciones terroristas.
Ilich Ramírez a los 14 años de edad ya era el jefe del movimiento juvenil comunista de Caracas, Venezuela. Antes de cumplir los 15, la KGB lo reclutó. Nadie en toda la historia del terrorismo ha logrado propagar la muerte y el terror por el mundo entero en mayor grado que él.
Ya en los principios de los setentas abre fuego con armas automáticas en el aeropuerto de Tel Aviv, donde murieron 18 personas, en su mayoría judíos. “Carlos” escapó. En las Olimpiadas de Múnich ya con el nombre de “Carlos, el Chacal”, dirigió al grupo árabe “Septiembre negro” en un ataque al equipo olímpico israelí, 24 horas después habían muerto 11 atletas israelíes. “Carlos”, inalcanzable se salvó.
Dos guerrilleros árabes abordan en Bratislava, Checoslovaquia, el Expreso Chopin, que une Moscú a Viena. Cuando llega el tren al lado austriaco de la frontera, sacan armas automáticas y granadas de mano y se apoderan de 4 rehenes. Piden que Austria cierre el castillo de Schonau, campo de tránsito para los judíos que salen de Rusia. Austria se somete a las demandas y devuelve a los dos árabes a Libia en un avión. La decisión del canciller austriaco Bruno Krenski de acceder a las demandas provoca una conmoción internacional. El hombre que planeó y organizó el secuestro era “Carlos”
A medida que “El Chacal” adquiere más publicidad, resulta más difícil a los servicios secretos internacionales establecer exactamente para quién trabaja y los solicitantes de sus servicios exigen más violencia. En este sentido, Muammar Gaddafi, el dictador de Libia, le pide una muestra de terrorismo que impacte al mundo para poderle confiar más acciones terroristas.
Es cuando “El Chacal” decide lo siguiente:
En París, el Drugstore era el lugar al que se iba los domingos por la tarde. Se componía de un complejo de tiendas muy de moda, muy chic, popular sobre todo entre los jóvenes
Poco antes de las 5 de la tarde se hallaba lleno, había cola para el café del primer piso, “Carlos” entró por la puerta del Boulevard Saint-Germain se mezcló con el gentío. Luego subió hasta el primer piso acercándose a la barandilla de latón, sacó el seguro de la granada M26 y la arrojó sobre la multitud de la planta baja. Y cuatro segundos antes de que estallara, bajó las escaleras y salió a la calle.
Una granada de mano M26 tiene lo que en la literatura militar llaman un radio de destrucción de 17 metros. El ruido al estallar la granada en el confinado espacio fue ensordecedor. Fragmentos de metal y de vidrio volaron en todas direcciones. Murieron varias personas y más de 30 resultaron heridas. El periodista David Yallop se salvó de milagro, unos minutos antes. del ataque entrando al Drugstore a comprar cigarrillos, pero al ver que había fila decidió ir a otro kiosco y salió de aquel lugar unos instantes antes de la explosión. Luego escribiría: “El espectáculo era siniestro, un niño cubierto de sangre salió corriendo y cayó en la acera. Otro tenía una mano hecha trizas, había cuerpos tendidos por todas partes al lado de las escaleras, bajo las mesas, y otros que parecían cortados en dos tendidos sobre los mostradores devastados por doquier, sangre y pedazos de vidrio…”
Varios supervivientes dieron a la policía la descripción del atacante desconocido: Era un hombre joven de 25 o 30 años. Cabello largo. Bien vestido. Tipo europeo. La policía agregó una nota de observación propia: “La descripción indica claramente que no se trata de un fanático”.
Ese mismo escritor David Yallop, años después, logró entrevistar a “El Chacal” en un campamento palestino y haciendo referencia al atentado del café de París, preguntó:
-“Por algunas de sus observaciones, deduzco que le gustan a usted mucho los niños”
-Si, así es, contesta “Carlos”. Me gustan los niños de los demás. Una de mis hijas está en algún lugar de Cuba. La echo mucho de menos.
-Una? ¿Tiene otras? -Sí,replicó. Pero no pregunte sobre esto.
-Bueno, pues a pesar de que le gusten tanto los niños, usted causó mucho sufrimiento a algunos niños, en el Drugstore, en Paris. ¿Cómo justifica esto? ¿Qué siente respecto a esto?
-Estamos en guerra, contestó “Carlos”. En la guerra, a veces, suceden estas cosas, Usted lo sabe. No son buenas o malas, Simplemente, suceden.
-Pero en este caso, pregunta el periodista. El caso de la Drugstore, usted escogió ese objetivo concreto en ese día, habiéndolo escogido, vio a sus víctimas, virtualmente cara a cara: ¿Qué le pasó por la cabeza en esos momentos en el primer piso del Drugstore antes de arrojar la granada?
El mercenario consideró la pregunta y sus implicaciones un momento y con un ligero encogimiento de hombros, poniendo las palmas de las manos hacia arriba, dijo:
“En momentos así, uno no piensa, sino que actúa”.
El lector tendrá claro la mentalidad de esta especie, subhumana, con una carencia total de sentimientos hacia el género humano.
Señor Gertz Manero los mexicanos tenemos presente las escenas terribles de la masacre de los niños LeBarón, esperando al igual que sus familiares JUSTICIA para que usted justifique que está actuando como fiscal de la nación.