Origen de la guerra de las galaxias
¬ Mauro Benites G. viernes 26, Nov 2021Municiones
Mauro Benites G.
Noticia desapercibida fue el regreso de un grupo de astronautas de varios países, promovida por el gobierno de Estados Unidos a la Tierra después de una estancia de 7 meses de investigación y estudio en una de tantas bases en el espacio.
Atrás quedó cuando se publicaba y se festejaba cada una de las hazañas espaciales. Atrás quedó el 4 de octubre de 1957, cuando la Unión Soviética lanzó al espacio el primer satélite artificial del mundo, el Sputnik I. Cuando la esfera de aluminio dio la vuelta a la Tierra, los americanos quedaron aturdidos: un país que, según ellos, era tecnológicamente inferior, les había superado.
En noviembre aumentó su consternación cuando los soviéticos pusieron en órbita el Sputnik II con la perra Laika a bordo. Los temores americanos por el Sputnik tenían dos vertientes: el sorprendente logro de los soviéticos les daba ventaja en la guerra propagandística y la tecnología espacial podría ser aplicada al armamento. Los americanos se negaron a creer el anuncio de que la Unión Soviética había probado el primer misil balístico intercontinental, un arma nuclear autopropulsada capaz de cruzar océanos. Ahora, el liderazgo de Moscú era innegable y la opinión pública norteamericana exigía un satélite. La carrera espacial había comenzado.
En Estados Unidos ya se estaban desarrollando tres programas de cohetería. En 1955, el presidente Eisenhower había seleccionado el proyecto Vanguard, de la Armada para la investigación espacial; el reciente programa Atlas de las fuerzas aéreas dedicado a la fabricación de un misil y uno similar del ejército lo apoyaban. El Vanguard contaba con pocos fondos y el científico más importante, Wernher von Braun, se había quedado con el ejército.
En diciembre de 1957, Estados Unidos lanzó un cohete Vanguard con un satélite. Explotó en la rampa de lanzamiento. Un mes después fue lanzado con éxito el satélite Explorer I, utilizando un cohete que había diseñado Von Braun. Sus instrumentos científicos hicieron un gran descubrimiento: dos franjas de radiación sobre la atmósfera terrestre, los cinturones Van Allen.
En Estados Unidos y la Unión Soviética se sucedieron los lanzamientos de satélites y las fuerzas armadas norteamericanas empezaron a presionar al gobierno para establecer bases militares en la Luna. En julio de 1958, Eisenhower estableció la Agencia Espacial y Aeronáutica Nacional, NASA, que reclutó a siete astronautas y contrató a Von Braun como ingeniero jefe. Cuando Moscú puso en órbita al primer hombre en 1961, ambos países habían sacrificado a muchos animales y la carrera espacial se había convertido en una competencia y obsesión para ambos imperios.
El 12 de abril de 1961, el mayor de las fuerzas aéreas soviéticas Yuri Gagarin se convirtió en el primer hombre en el espacio. Tras cubrir la órbita terrestre una vez en 1 hora y 48 minutos, Gagarin, de 27 años de edad, se lanzó en paracaídas en un prado ruso, donde su cápsula Vostok1 ardió a causa del calor a la entrada de la atmósfera.
El primer americano en el espacio, el comandante Alan Shepard, realizó un vuelo suborbital de 15 minutos a bordo del Freedom 7 el 5 de mayo, pero el segundo lugar en la carrera espacial equivalía al último y era necesario algo más para engrandecer el orgullo nacional de EU. El 25 de mayo, el presidente Kennedy recogió el guante, prometiendo que América pondría a un hombre en la luna a finales de la década.
Los soviéticos mantuvieron su ventaja durante mucho tiempo. El capitán Virgil Grissom emprendió un segundo vuelo suborbital en julio, pero casi se ahogó cuando una parte de la cápsula explotó durante el amerizaje en el Atlántico. Más tarde, en agosto, el cosmonauta Gherman Titov pasó en órbita un día entero. Al final, el teniente coronel John Glenn rodeó la Tierra en febrero de 1962, pero el mismo año los soviéticos lanzaron al espacio dos cápsulas tripuladas a la vez. En 1963 enviaron a la primera mujer, Valentina Tereshkova; al año siguiente, pusieron en órbita la primera nave con tres tripulantes. Así siguió la competencia, hasta que el 16 de julio de 1969 pisaba la Luna el primer ser humano, el comandante Neil Armstrong, en el Apolo 11, la guerra de las galaxias daba inicio y fue en 1986 que el presidente Ronald Reagan publicaba la iniciativa que dejaría a la URSS definitivamente atrás en la competencia de defensa en la fabricación de armamentos esto le traería consecuencias graves de crisis económica al régimen soviético que lo llevaría a su desaparición.