Ajustar procesos electorales
Ramón Zurita Sahagún miércoles 24, Nov 2021De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Los tiempos electorales son esperados ansiosamente por los políticos que anhelan un cargo de elección popular o que llevan tiempo esperando uno de esos cargos de representación ciudadana.
Hay muchos que ven en esas fechas la ocasión idónea, mientras que otros las dejan pasar y jamás se les presenta una nueva oportunidad de competir.
En algunos casos lo consiguen, pero las cosas ya no son iguales, el cansancio les pesa y su desempeño deja mucho que desear.
La oportunidad debe tomarse cuando se presenta y jamás postergarla, pues del plato a la boca se cae la sopa.
Hay ocasiones en que algunos personajes debieron aceptar las nuevas reglas, aunque no era la forma como esperaban. Así, Tony Gali en Puebla; Miguel Ángel Yunes, en Veracruz; y Jaime Bonilla, en Baja California, entre otros, tuvieron gobiernos de dos años, ya que se ajustaron los tiempos de los gobiernos con los de elecciones federales, para reducir el número de procesos electorales en los estados.
Otras entidades procedieron a reducir los años de gobierno de un mandatario, aunque fueron de más tiempo, ya que se hicieron administraciones de cuatro o cinco años, como son los casos de Guerrero, Michoacán y otros más.
Sin embargo, también otros estados del país, desecharon esa posibilidad y son aquellos que siguen eligiendo a sus gobernantes fuera de los comicios federales.
En total, son ocho estados que entre 2022 y 2023, irán a las urnas para elegir a su nuevo gobernante y lo harán nuevamente por un sexenio, por lo que se mantendrán fuera de los dos procesos electorales que se dan en cada sexenio.
Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas conminan a sus habitantes para que ejerzan su derecho al voto el año próximo y Coahuila y el Estado de México, lo harán un año después.
De esa forma, esas entidades del país se mantendrán fuera del calendario en que participan los demás estados y la CDMX que concurren en el cambio presidencial o en la renovación de la Cámara de Diputados a elegir a sus autoridades estatales.
La idea de reunir en dos grandes eventos las elecciones estatales fue bien recibida en un inicio y por ello varios estados del país ajustaron sus calendarios electorales, pero estos ocho se mantuvieron al margen de ello y ahora seguirán con sus propios tiempos y no incluir sus respectivos cambios de gobierno en los dos paquetes electorales.
En el Estado de México, por lo pronto, sí se ajustó el calendario de elecciones locales de ayuntamientos y Congreso para empatarlo con los comicios federales, pero no la gubernatura.
Quintana Roo hizo lo propio en lo tocante a presidencias municipales, aunque mantuvo al margen los comicios para gobernador.
De esa manera algunas entidades ajustan alguna parte de sus procesos electorales, pero siguen convocando a elecciones para gobernador al margen de esos aspectos.
Las quejas siguen siendo las mismas, ya que se considera que los ciudadanos van demasiado a las urnas y por eso muchos de ellos se desalientan y participan menos en algunos de los procesos, pues les toca ir varias veces a votar, además de que los gastos se elevan considerablemente.
En el caso de los seis estados con elección el próximo año, los ciudadanos acudieron a las urnas en 2021 y lo harán nuevamente en 2022, mientras que los electores de Coahuila y Estado de México, les tocará hacerlo en 2023 y nuevamente en 2024, con los procesos electorales para gobernador y los siguientes de Presidente de la República, Congreso federal y locales.
Valdría la pena que esas ocho entidades decidieran aplicar las mismas reformas que algunos de sus pares hicieron en otras entidades del país y reducir las visitas a las urnas de los electores.
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Como un Llanero Solitario está considerado el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, quien realiza su recorrido por algunas regiones del país, presentando su libro Por el rescate de México y buscando quien le haga segunda en sus críticas al gobierno federal y, en especial, al presidente López Obrador. Ulises se enfrascó en una disputa por el control de la dirigencia nacional priista y ha fracasado en su intentona.