Adiós a las reformas
Freddy Sánchez jueves 18, Nov 2021Precios y desprecios
Freddy Sánchez
En lo que va del sexenio el partido Morena ha sido invencible en las lides legislativas. De hecho logró “pulverizar” cuanto quiso al hoy llamado Bloque Opositor, integrado por el PRI, PAN y PRD.
El más reciente y contundente triunfo de los morenistas se dio en la Cámara de Diputados en donde sus opositores “se desgañitaron” exigiendo respeto a sus objeciones al presupuesto de gasto para el próximo año, pero a fin de cuentas salieron del recinto, sin ser atendidas en lo más mínimo sus reclamaciones
Lo único que logró el bloque opositor fue atormentar a los morenistas, imponiéndoles la obligación de escucharlos en un tremendo maratón de reservas que le hicieron en lo particular al presupuesto de egresos 2022.
Pero, una tras otra las inconformidades fueron desechadas y al final, Morena y sus aliados aprobaron lo que desde el Palacio Nacional se les pidió aprobar, lo cual, fue posible con una diferencia mínima de votos.
Menos de 25 legisladores hicieron la diferencia de los votantes a favor del gasto federal para el siguiente año en una Cámara de Diputados donde hay medio millar de legisladores, una parte con el partido en el gobierno y la otra en la oposición.
En ese aspecto, es obvio que la aprobación de lo que se decidió gastar en actividades institucionales en el que será el cuarto año de gobierno de la 4T, lo hizo posible una minoría.
Queda claro entonces que Morena no tiene el poder absoluto para tomar decisiones legislativas por su cuenta, sin tener el respaldo de sus aliados del Partido del Trabajo y el Verde Ecologista.
Dos instituciones partidistas comúnmente adversarias en competencias electorales, pero que en la actualidad caminan juntas con Morena y hasta el momento, conservando su lealtad incondicional en relación al rumbo legislativo que se dicte desde el gobierno federal.
Una alianza “inquebrantable”, salvo que algo le diera un nuevo rumbo a los apoyos que el partido del Presidente necesita para seguir legislado conforme a sus deseos, sin que se le cambie un punto ni una coma a sus iniciativas de ley, que es lo que por lo pronto ha sucedido en los casos en los que no hace falta una mayoría constitucional para legislar.
Y en ese sentido, es preciso señalar que el futuro legislativo para Morera se puede complicar en el Congreso si como ha sido notorio el ejecutivo federal se mantiene firme con las reformas a la constitución que le permitan modificar radicalmente el andamiaje legal en asuntos de hidrocarburos y en las cuestiones electorales, incluyendo un cambio total en el INE y el Trife.
Dos grandes propósitos estos últimos, en el momento actual más que improbable hacer una realidad, puesto que las relaciones partidistas se descompusieron abruptamente con el “aplastante” afán legislativo de ignorar a los opositores a Morena en la discusión del presupuesto de egresos.
Los priistas, panistas y perredistas, entre quienes el partido de Andrés Manuel deberá buscar apoyo para casi triplicar a su favor la minoría de legisladores que hicieron posible aprobar un gasto a su gusto, se ha tornado en un reto difícil de resolver por el malestar imperante en el bloque opositor.
Y aunque en política nada es seguro, en relación a las lealtades entre políticos, lo que mantiene siempre una opción para buscar los medios de inducir a los adversarios a cambiar de postura, (por las buenas o por las malas), lo que se evidenció con la aprobación del presupuesto de egresos es que la oposición reforzó su unidad y voluntad de impedir el tránsito de las reformas constitucionales, al menos sin que se le “meta mano” a lo que el gobierno de la 4T pretende modificar con respecto a las disposiciones legales actualmente vigentes.
De modo que de no ocurrir un cambio en la actitud de los opositores (renuentes a las propuestas legislativas constitucionales), la falta de voluntad negociadora de Morena podría significar el adiós a las reformas.