Bodas que ni una pluma le quitan a su gallo
¬ Luis Ángel García miércoles 10, Nov 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Dos eventos sociales que a cualquier personaje de la política mexicana le hubieran costado el cargo o el desprestigio no inmutan al Presidente de la República. Extrañamente su popularidad se mantiene intacta a pesar de los yerros de su administración, la mala conducción del país y el empeoramiento de la economía —aunque él tenga otros datos— que ha sumido en la miseria a millones de mexicanos. Si esa realidad no afecta su porcentaje de aceptación, mucho menos lo dañan los excesos del círculo más cercano que contravienen su austeridad franciscana.
Contrario a la narrativa gubernamental, varios elementos de la 4T han flaqueado ante las tentaciones mundanas y se comportan como cualquier neoliberal, como verdaderos fifís. Recordemos la boda de una gente muy cercana al mandatario, muy profesional y leal como pocos al tabasqueño, César Yánez, quien estaba destinado a ser el comunicador de Palacio Nacional, pero la publicación de las fotos de su boda en una revista del corazón, el semanario de la nobleza española, la muy leída por los ricos, Hola! truncó su proyección política.
El nuevo escándalo que cimbró a la jefa de Gobierno fue la unión marital del ex titular de la Unidad de Investigación Financiera, de la Secretaría de Hacienda, en Guatemala, hasta donde fueron 300 invitados, varios de ellos del partido del Presidente. Ahí estaba muy puntual la efímera secretaria de Turismo de la CDMX, quien sólo duró en el cargo poco más de un mes. Y como marcan algunos analistas políticos, mientras Claudia Sheinbaum se placeaba por el interior del país, su funcionaria asistía a un evento socialité en un avión privado y se vio envuelta en el penoso incidente de los 35 mil dólares no reportados ante las autoridades aduanales chapinas que, efectivamente no eran de ella, pero sí la retuvieron junto con los demás pasajeros por espacio de cinco horas.
Mientras ella se divertía en la fastuosa y casi secreta boda, se desarrollaba otro evento fifí en la capital del país, el Gran Premio de México de la F1, el cual la jefa de Gobierno quiso cancelar cuando llegó al Palacio del Ayuntamiento, pero al ver la derrama económica que dejaba al propio Gobierno, no sólo lo autorizó, sino que hasta un selfi se tomó con el famoso Checo Pérez —cuyo padre es flamante diputado morenista— y hasta publicidad del gobierno de la ciudad hubo alrededor de todo el autódromo Hermanos Rodríguez.
La verdad es que ni se extrañó a la ex secretaria de Turismo capitalina, ya que estuvo muy bien representada por el dirigente de Morena, Mario Delgado, quien disfrutó como enano de las carreras en un espacio donde el boleto costó 45 mil pesos. Muy alejado de la austeridad franciscana que dice profesar su guía moral.
El escándalo en el aeropuerto Aurora de Guatemala afectó la estrategia presidencial de la “gobernadora” de la CDMX, quien rápidamente hizo el recuento de daños y aceptó de inmediato la renuncia de su amiga por el aventón que le dieron en la aeronave rentada de un empresario que además es de los adversarios del inquilino de Palacio Nacional , al que un día sí y otro también descalifica en las mañaneras.
Así que las bodas no son lo suyo, dos de los hombres más cercanos al jefe del Ejecutivo federal han contradicho sus instrucciones de ser distintos a los de antes. Se vanagloriaba de que el servidor público debe vivir en la honrosa medianía que pregonaba Juárez y resulta que su gente añora las fiestas del porfiriato. Este evento resta autoridad moral al orador en las Naciones Unidas, donde pretendía regañar a los neoliberales y restregarles su corrupción, cuando aquí las corruptelas de la 4T han sido evidentes. Efectivamente, no son como los de antes, salieron peores. Pero ni así despelucan a su gallo.