Científica perseguida en México, premiada en el extranjero
Miguel Ángel Rivera lunes 8, Nov 2021Clase Política
Miguel Ángel Rivera
El Castillo de Miramar, ubicado en Trieste, Italia, está muy ligado a la historia de México. Fue construido por decisión del archiduque de Austria, Maximiliano de Habsburgo, y hasta allí llegó el 3 de octubre de 1863 una delegación de mexicanos, calificados de traidores, para ofrecerle el trono del “Imperio” que menos de dos decenios antes había perdido más de la mitad de su territorio ante la creciente potencia mundial llamada los Estados Unidos de América.
Un siglo después, muy cerca de ese palacio se instaló el Centro Internacional de Física (ICTP).
El ICTP es sede de la Academia Mundial de Ciencias (en inglés: The World Academy of Sciences o TWAS), fundada en 10 de octubre de 1983 bajo el liderazgo del premio Nobel Abdus Salam, de Pakistán, (entonces parte de la India británica) por un grupo de científicos destacados que estaban determinados en convertirla en una institución cuyo principal objetivo consiste en formar científicos de alto nivel en los países en desarrollo y, con ello, disuadir la fuga de cerebros.
Esta presentación es necesaria porque hace unos días TWAS concedió a la física mexicana Julia Tagüeña el premio por la Popularización y Comprensión de la Ciencia. Nacida en la entonces Checoslovaquia, su familia se refugió en México. Ella estudió la licenciatura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el doctorado en la Universidad de Oxford, Inglaterra. Fue una de las directoras de desarrollo científico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (Conacyt) desde 2013 hasta 2018 y directora general del Foro de Consultoría de Ciencia y Tecnología de México entre 2018 y 2020.
Tagüeña, revela la enciclopedia electrónica Wikipedia, ha escrito 11 libros de texto para estudiantes de bachillerato y pregrado y ha publicado más de 50 artículos sobre investigación del estado sólido en revistas internacionales.
Esta investigadora de alto nivel es uno de los 31 científicos perseguidos por la “autónoma” Fiscalía General de la República, encabezada por el abogado Alejandro Gertz Manero, quien durante muchos años intentó inútilmente obtener el nivel más alto de investigador nacional y que sólo lo consiguió hasta la llegada de la llamada Cuarta Transformación, con una obra que, dicen sus críticos, es resultado de un plagio.
La persecución de los científicos fue promovida por la institución que se supone promotora por los trabajos de alto nivel académica, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), encabezada por María Elena Álvarez Buylla, declarada enemiga de la ciencia “neoliberal”.
Conducida por el investigador de tercer nivel Gertz Manero, la FGR ha tratado de imputar a Tagüeña y otros 30 científicos delitos relacionados como uso indebido de recursos, peculado, lavado de dinero y como presuntos responsables de delincuencia organizada, por lo cual ha pedido que sean recluidos en un penal de alta seguridad.
En contra, en dos ocasiones, jueces federales se han negado a conceder órdenes de aprehensión en contra de los científicos, pues consideran que en todo momento su actuación se ha ajustado a lo que disponen las leyes.
Según la FGR, los científicos, ex integrantes del Foro Consultivo del Conacyt en la pasada administración de Enrique Peña Nieto, recibieron más de 200 millones de pesos para gastos operativos y actividades que por ley le corresponden al Conacyt.
La denuncia fue formalizada luego de que, en 2019, el Conacyt denunció ante la Auditoría Superior de la Federación (ASF) que el presupuesto otorgado excedió lo necesario para el cumplimiento de sus funciones. Sin embargo, Álvarez Buylla ha negado en todo momento haber promovido alguna denuncia en contra de los investigadores, quienes han recibido de la casi totalidad de la comunidad académica y del resto de la sociedad.
Entrevistada al conocerse la noticia del premio que se le otorgó, la doctora Tagüeña comentó:
“Estoy convencida de que en México se hace ciencia de mucha calidad y que también México hay una labor de comunicación de la ciencia muy importante y muy bien hecha. Para mí sí es muy satisfactorio que este reconocimiento, que viene de afuera, pueda servir para que nuestra sociedad aprecie el trabajo que estamos realizando, no nada más yo, si no muchísimos grupos en México que estamos trabajando para el desarrollo y el avance de la ciencia en nuestra región”.
En cuanto a las denuncias de la FGR y el Conacyt, señaló que desprestigia la labor de los investigadores, pero confía en que, pronto, esa tendencia sea revertida.
“Tenemos que hacer una gran campaña para transmitirle la importancia a la sociedad y eso también es nuestra responsabilidad. Si la sociedad no se ha dado cuenta de lo importante que es la ciencia, algo nos ha fallado, porque tenemos que transmitir los ejemplos de la pandemia y del cambio climático son cruciales para entender la relevante y fundamental labor de los científicos”.
El titular de la Unidad de Inteligencia Financiera
debe investigar a sus propios invitados
El titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), dependiente de la Secretaría de Hacienda, Santiago Nieto Castillo, se ha ganado fama de combatir de manera firme y decidida los delitos en contra del patrimonio nacional.
Ahora, en plena “luna de miel”, tiene frente a sí la difícil y comprometedora tarea de investigar -y, eventualmente, consignar- a sus propios amigos.
El estricto funcionario, que asegura haber sido “renunciado” el sexenio anterior por investigar presuntos delitos que se pretendía mantener ocultos, quedó comprometido por las autoridades de la vecina república de Guatemala que pusieron al descubierto el manejo irregular de divisas a cargo de ciudadanos mexicanos.
Todo se deriva del hecho de que el responsable de la UIF y su pareja, la consejera electoral Carla Humphrey, decidieron celebrar el reciente fin de semana su matrimonio en la ciudad de Antigua, Guatemala.
Al parecer la idea de los contrayentes era la de una ceremonia ajustada a los principios de la austeridad republicana, con pocos invitados.
Con lo que no contaron los novios es que, entre sus invitados se cuenta un personaje que dispone de un avión propio.
Como se trataba de un evento donde prevalecían la amistad y el buen comportamiento, el empresario no se limitó a viajar solo, sino que puso su transporte a disposición de otros invitados, entre los cuales estaba la secretaria de Turismo de la Ciudad de México, Paola Félix Díaz, quien no podía separarse mucho de territorio nacional, pues la capital del país era sede de un evento internacional de altos vuelos, el campeonato de automovilismo de la Fórmula 1, que recae directamente sobre la dependencia a su cargo.
Salvo cuestiones de agenda, el viaje para cumplir con un compromiso social no parecía representar ningún inconveniente de mayor envergadura. Sin embargo, surgió un conflicto de dimensiones internacionales.
Esto, porque las autoridades aduanales de Guatemala se pusieron rigurosas al examinar detenidamente los bienes de los viajeros, entre los cuales descubrieron 35 mil dólares en efectivo, cuando el máximo legal es de diez mil dólares.
En ese vuelo iban diez pasajeros, entre los cuales destacaba por su cargo la secretaria capitalina de Turismo, Paola Félix Díaz, acompañada por su esposo, Jorge Alberto Rizo Oñate, presidente del Consejo de Administración de una empresa periodística, cuyo titular es Eduardo Ruiz Healy. Aunque los informes periodísticos no lo precisan, se presume que el avión es propiedad del empresario de espectáculos Alejandro Gou, uno de los organizadores del pasado Festival Internacional del Día de Muertos.
Una de las viajeras, a quien sólo se identifica como asistente de un empresario, dijo que su jefe viajaba con su familia y amigos y luego volaría a Los Ángeles, donde tenía citas con médicos especialistas, y que ella era la responsable de reservaciones de hoteles y vehículos.
Por lo pronto, Félix Díaz quedó en el centro del conflicto y perdió su cargo, pues renunció y la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, aceptó de inmediato su dimisión.
Como se aprecia, hay muchas dudas que seguramente podrá esclarecer, una vez que concluya su viaje de bodas, el experimentado investigador Nieto Castillo, quien ha demostrado capacidad de seguir el movimiento de grandes cantidades de dinero y determinar si su origen es lícito o no.