Boquete en Morena
Freddy Sánchez martes 26, Oct 2021Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Dos grandes retos parece enfrentar el Presidente: mantener su aprobación popular y evitar una profunda división en el partido que fundó.
Lo primero dependerá de que se conserve la fiabilidad de su discurso ante sus seguidores, independientemente del resultado de los actos del gobierno bajo su encargo.
Y lo otro, siempre que la elección del candidato o candidata presidencial morenista (que “todo mundo” sabe que correrá a cargo de Andrés Manuel), desate un mínimo revuelo de inconformidad entre los personajes que pueden “agitar las aguas” en el partido Movimiento Regeneración Nacional al grado de provocar con ello una ruptura de imaginables, pero no exactamente previsibles consecuencias.
Por lo que se refiere al influjo que tendrá el quehacer gubernamental en la popularidad del jefe del Ejecutivo, son dos las principales suposiciones que exponen los adversarios de Morena y algunos de sus militantes y simpatizantes.
Una, en el sentido de que inevitablemente el tiempo será implacable contra la imagen presidencial, conforme se aproxime la culminación del mandato sexenal, si para entonces los resultados en la lucha contra la delincuencia organizada y la corrupción (como parece ser el caso en este momento), lejos estén de dar satisfacción a las expectativas sociales creadas al principio de la administración.
Así que un derrumbe en la popularidad del Presidente puede ocurrir como secuela inexorable del engaño de quedarle a deber a la gente la recuperación ostensible de los niveles de seguridad prometidos y el apresamiento de los “pollos gordos” de la corrupción que supuestamente no podrían eludir la acción de la justicia por las muchas “grandes transas” que el gobierno en turno les atribuyó al dar a conocer el anuncio de lo que sería la “guerra del siglo” contra la corrupción.
Ese “dedo flamígero” contra los corruptos de pasadas administraciones, estaría siendo entonces el que se revierta y acuse al gobierno de Andrés Manuel de haber actuado como un mago del engaño al que se le acabaron los trucos y dejó de impresionar al público, porque el famoso Lozoyagate, a fin de cuentas se habría convertido en el fraude del siglo en la lucha contra la corrupción.
Ese es el punto de vista que han externado algunos opositores al Presidente, augurando un final más que decepcionante de la 4T sexenal como resultado de que aparte de las fallas en el tema de la corrupción, es de imaginarse que se mantengan prácticamente sin ningún cambio notable los índices de inseguridad en el país, afectando hondamente la imagen del gobierno.
Porque, el triunfo electoral de Morena obedeció justamente al deseo colectivo de que con un nuevo partido diferente a los anteriores del PRI y el PAN, en verdad se pudiera desarticular el poder criminal salvaje y sanguinario de las mafias del delito, lo que de ser insuficiente o incluso más grave de lo que ya era antes del arribo de Andrés Manuel, será un factor más para quitarle amplias simpatías electorales a los morenistas.
En especial, si la economía familiar en lugar de mejorar empeora, además de suscitarse mayores deficiencias en la prestación de bienes y servicios, fallas institucionales y decisiones que afecten intereses colectivos, como lo que pudo dar lugar a la pérdida para Morena de media Ciudad de México y varias ciudades importantes en el país, en las elecciones intermedias.
En ese sentido, es de hacer notar que lo que ocurra en el Congreso con las iniciativas de reforma constitucional presentadas por el Ejecutivo federal (en temas altamente polémicos, incluido por supuesto lo de una amplia modificación de lo que hoy es el Instituto Nacional Electoral), además del impacto social (positivo o negativo), de las obras distintivas del actual gobierno, influirá en el proceso de sucesión presidencial.
Así que los morenistas podrían llegar fortalecidos y fuertemente unificados o por el contrario: desacreditados por el incumplimiento de sus promesas y las ineficiencias de sus funciones oficiales y al mismo tiempo en medio de un conflicto interno y con una gran boquete en Morena.