Pleito con empresarios
Freddy Sánchez jueves 21, Oct 2021Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Manuel Bartlett, confiado y seguro de sí mismo, descartó que vaya a darse una confrontación con empresarios y demandas de éstos contra México por la cancelación de contratos con la reforma eléctrica que propone el presidente.
El director general de la Comisión Federal de Electricidad (que se podría convertir en “un gigante” de la burocracia nacional), en materia de control del manejo eléctrico nacional, fue parco para justificar, porque en su opinión no habrá disputa con los hombres del dinero.
“Lo que a ellos les importa es el negocio”, afirmó el señor Bartlett.
Y por supuesto que no le falta razón al funcionario, puesto que si algo podría dar pie a una ardua lucha legal contra el gobierno de Andrés Manuel de cancelarse lo contratos amparados por las disposiciones legales que derogaría la reforma eléctrica sujeta a revisión camaral, obviamente, sería el riesgo de perder “un dineral” por parte de los afectados.
Así que, procurando entender la postura del señor Bartlett, uno tendría que llegar a la conclusión de que por cada contrato cancelado (de aprobarse como está planteada la reforma del presidente López Obrador), se signará otro convenio suficientemente atractivo para los empresarios, estando convencidos de que seguirán ganando mucho dinero, a pesar de los “inconvenientes” de tener que cancelar y volver a firmar contratos.
Qué exactamente se planea entonces hacer desde el gobierno para apaciguar a los empresarios que pudiera “echar pestes” contra la reforma energética de nuevo cuño, en sustitución de aquella que los atrajo y los animó a invertir miles de millones de pesos en proyectos de generación eléctrica.
Esa es una gran interrogante que a estas horas se deben hacer, quienes en aparente defensa de los intereses empresariales se han dedicado a cuestionar el cambio de rumbo en materia de desarrollo en el rubro de la generación de electricidad en nuestro país.
Una defensa que ciertamente incluye sacar la cara por las energías limpias, que sin duda es otra de las cosas que a los opositores a la reforma energética de la 4T, les inquieta e impulsa a no estar de acuerdo con los cambios como se han planteado desde el gobierno en turno, sin que en realidad pueda uno estar seguro de qué los mueve más: El apoyo a los empresarios defendiendo intereses propios o una lucha ambientalista, el interés porque México logre mayor impulso y desarrollo económico y social y los consumidores nacionales se beneficien y no resulten perjudicados a corto, mediano y largo plazo si prospera lo que quiere hacer el gobierno de AMLO.
En ese sentido, huelga decir que la posición oficial postula el propósito de querer llevar adelante la reforma eléctrica, precisamente para beneficio de la nación y sus habitantes, evitando que los recursos económicos provenientes de la generación eléctrica (como ha sucedido recurrentemente en el país), favorezcan principalmente a grandes consorcios económicos, sus principales accionistas y políticos corruptos que los apoyan.
Dos posturas que en mucho son distintas y no en poco se parecen.
Lo primero por la diferente estrategia para manejar la industria eléctrica nacional y la segunda en cuanto a lo que suele decir un dicho. Aquello de los que: “Ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”. O este otro de: “Dime de qué presumes y te diré de qué careces”.
Y es que tanto los apoyadores de la reforma de Peña Nieto como los que defienden la de Andrés Manuel encuentran sólo virtudes en una y corrupción y malos augurios en la otra.
De ahí, que haya gente que se niegue a creer en las visualizaciones extremistas al escuchar lo que se dice de ambas reformas.
Y lo que importa en todo caso es que efectivamente se garantice el respeto de la ley en los acuerdos previos o por modificarse voluntariamente entre las partes evitando graves daños y perjuicios al país a causa de un pleito con empresarios.