PRI, temores de extinción
Armando Ríos Ruiz miércoles 20, Oct 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Hace más de 20 años, cuando el PRI, invencible desde su creación tuvo el primer descalabro en el Estado de México, los priistas hicieron caso omiso y algunos externaron que era algo así como peccata minuta que no debería preocupar de ninguna manera. No hubo alarma, salvo entre algunos correligionarios más visionarios, que hablaron de tomar las precauciones debidas.
Después de ese suceso en una presidencia municipal, los priistas mexiquenses se aprestaron a vigilar los comicios en puerta, para evitar más sorpresas. Un servidor fue llamado a colaborar con el partido y después de recorrer extensas zonas, un alto funcionario del mismo preguntó cómo íbamos. Un diputado contestó con aplomo: “¡con carro completo, señor!”
Yo intervine y dije: “se perderán dos municipios. San Martín de las Pirámides y Tejupilco”. El diputado insistió: “¡No señor! ¡Vamos con carro completo!” Ante tal necedad repliqué: “¡Mejor cállese! ¡Quien conoce el terreno soy yo!”. Expliqué las causas y efectivamente, ambos lugares se perdieron.
Cuando el PRI llamó a sus huestes para elegir al nuevo presidente del organismo político, hace dos años, se volcaron en la elección de Alejandro Moreno, pese a sus credenciales negativas. Se sabía ya de su proclividad a la obediencia, justo con el nuevo Presidente de México y de su inmenso amor al dinero del gobierno de Campeche.
Todo indicaba que el ideal sería José Narro Robles, entonces rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, con una trayectoria limpia en los cargos que ya había desempeñado. Pero la misma dirigencia del tricolor, en manos de Claudia Ruiz Massieu orientó el voto hacia “Alito” o “Amlito”, como le apodaron al entonces gobernador de Campeche.
Muchos pensaron que la realidad oculta o no tan oculta, consistía en que Carlos Salinas de Gortari así lo quería y que su sobrina Claudia sólo era el cuerpo de donde emergía la decisión de imponer al gobernador. Hoy, significa una duda y un riesgo para muchos militantes. Con la puesta en escena de la reforma energética, priistas de renombre muestran congoja por una posible traición.
Votar a favor de la disparatada disposición presidencial, sería llevar al PRI a convertirse en un satélite del partido que amenaza con sustituirlo por muchos años y ¿por qué no? Inclusive a desaparecer. En el ánimo de millones de mexicanos existe un rechazo inmenso, en virtud de un comportamiento que convirtió a muchas de sus figuras en las más corruptas de la historia política de México.
Pero preguntamos nuevamente: ¿así lo ven los mismos priistas o como a finales del siglo pasado, No les importa? ¿O seguramente importa más salvar el pellejo, como en el caso de “Alito”, demasiado vulnerable a un apretón de la Unidad de Inteligencia Financiera, que lo induzca a orientar el voto hacia donde le indiquen? Cualquiera en sus cinco sentidos respondería que salvar el pellejo es lo más importante para cualquier ser humano.
Varios priistas acaban de externar sus particulares formas de pensar y todos coinciden en que el PRI debe continuar sin anclarse en el pasado. No puede estar en contra de lo que ocurre en el mundo. Esto significaría su verdadera extinción. Debe jugársela con el futuro, opina Manlio Fabio Beltrones.
Por el mismo sentido piensan otros auténticos priistas, a quienes puede llamarse visionarios y realmente preocupados por lo que pueda ocurrir con su partido y con México, ante una decisión cómoda, que parece la más factible. No es posible pensar en estos tiempos en patriotas capaces de sacrificar su tranquilidad, en aras de darle al país aliento, ante un acto de traición gigantesco, semejante a una puñalada en el corazón, como anticipa la “contrarreforma”.
¿Por qué es el PRI el partido elegido para exigirle apoyo? es el único que cuenta con los votos suficientes para ayudar y con un dirigente debilitado por su cuestionable pasado reciente, que podría dar la negativa sorpresa de brindarlo, a cambio de olvido o de respeto a su persona.