Candidatura por la gubernatura de Quintana Roo se empaña por los “dinosaurios” en Morena
José Luis Montañez Aguilar, Nacional* miércoles 20, Oct 2021Derecho de réplica
José Luis Montañez
- José Luis Pech Várguez, por enésima vez, buscará la nominación
El ajedrez político por la sucesión gubernamental ya inició en Quintana Roo, por parte de Morena, donde los “dinosaurios” que les heredó el Partido Revolucionario Institucional (PRI) buscan la mejor posición, sin importar los acuerdos que tengan que realizar al grado de ser incluso comparsa en la candidatura a gobernador, para amarrar un “hueso”, como sucede con el senador José Luis Pech Várguez.
Aunque en Morena cualquiera puede dar la sorpresa en cada elección, con la venia del presidente Andrés Manuel López Obrador, el caso del yucateco José Luis Pech Várguez es diferente, ya que por enésima vez buscará la candidatura y ahora pretende medir fuerzas con sus correligionarias Marybel Villegas Canché y María Elena Hermelinda Lezama Espinosa, favoritas para ocupar dicha posición.
En 2016, el morenista se apuntó para ser candidato a gobernador y aún con el membrete de Morena, no logró repuntar, contraviniendo los resultados las encuestas pagadas que previamente se realizaron para colocar su figura política por encima del entonces favorito Carlos Joaquín González, actual gobernador del estado, por la alianza PAN-PRD.
En el proceso interno de 2021, Pech Várguez no cesa en su intento de postularse como candidato a gobernador y utiliza la misma fórmula para resultar favorecido y que la cúpula de su partido lo voltee a ver, al asegurar a través de las encuestas que goza de la preferencia popular según la encuesta telefónica de la empresa Massive Caller para conocer la intención del voto para elegir gobernador de Quintana Roo.
En dicha encuesta, logró captar el 23.4 por ciento de simpatías y percepción para ser el próximo candidato de Morena para gobernador del estado, que representa una diferencia del 10 por ciento del resultado que obtuvo en junio, cuando captó el 13.4 por ciento de las preferencias.
A cuestas, su negro historial en Quintana Roo
La popularidad no es necesariamente amiga del ex rector de la Universidad de Quintana Roo, Pech Várguez, al llegar a dicha posición en medio de la polémica, al ser resultado del “dedazo”, lo que generó división entre los doctores investigadores de la casa universitaria, al igual que otras encomiendas que encabezó ante el presunto servilismo a los últimos tres ex gobernadores del estado.
Sus detractores no le perdonan la supuesta traición a su partido, desde las ex administraciones de Joaquín Hendricks Díaz, Félix González Canto y Roberto Borge Angulo, ya que nadie olvida, que cuando era docente del Tecnológico de Chetumal, obtuvo una beca de tercera generación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para irse a estudiar a Francia con Miguel Borge Martín.
Más tarde, Eduardo Ovando Martínez, lo integra a la campaña del entonces candidato Borge Martín, en donde fracasó como administrador, ya que le atribuyen llevar a la quiebra Maderas Industrializadas de Quintana Roo y Duela y Lambrín, del Ideal, en Lázaro Cárdenas.
A pesar de sus yerros, lo nombraron director de Desarrollo Turístico del estado, donde también tomó decisiones equivocadas, empero ante la cercanía y amistad con el entonces gobernador, lo nombraron secretario de Turismo, en donde simplemente “pasó de noche”.
La detención y encarcelamiento de Jorge Arturo Contreras Castillo y Fernando Vargas Rivero, en la administración de Mario Villanueva Madrid, por fraudes y malos manejos, llevó a Pech Várguez a esconder la cabeza en Mérida. Hasta que Joaquín Hendricks Díaz, una vez más lo atrajo en el escenario político al nombrarlo secretario técnico del gabinete.
Su llegada, no lo limitó a dicho cargo, ya que, al favorecer los intereses de Hendricks Díaz, lo nombraron secretario de Hacienda y más tarde, Secretario de Gobierno, administración, en el que volvió a colocarse en el ojo del huracán, ante la denuncia que realizó el hoy finado perredista Hugo González Reyes, por usurpación de profesión, lo que obligó a Pech Várguez a omitir colocar la palabra doctor como lo hacía antes, en virtud que no concluyó su doctorado cuando fue a estudiar a Francia.
Una historia de traición y fracaso
La traición, según sus propios detractores, es algo que domina José Luis Pech Várguez, como sucedió en la precampaña por la gubernatura de su “amigo” Eduardo Ovando Martínez, al supuestamente trabajar, pero en su contra, al vender la causa a Félix González Canto y Joaquín Hendricks Díaz.
En recompensa de su traición, Félix González Canto lo nombró secretario de Educación y Cultura y más tarde Rector de la Universidad de Quintana Roo (Uqroo), en este último cargo, a pesar de las inconformidades en su contra y de los problemas en su entorno, nunca movió un dedo, ya que según los quejosos incluso contribuyó para la venta de un terreno que tenía la universidad para un campus en Tulum.
Los enemigos que surgieron en su contra, en la administración de Roberto Borge Angulo, exhibieron los presuntos malos manejos en la máxima casa de estudios, de donde salió como las “chachas”, por la puerta de atrás, ya que no pudo seguir tapando el sol con un dedo ante la oleada de fraudes que salieron a la luz, y de los cuales nada se le pudo comprobar, empero en tanto esto se resolvía optó por refugiarse de nueva cuenta en Mérida.
A diferencia de su carrera administrativa, en Morena su avance político es lento porque como representante de Morena en Quintana Roo, dejó mucho que desear, y como senador, sus detractores cuestionan su tibio proceder a la hora de la toma de decisiones.
De manera directa, más de uno le cuestionó servirse con la cuchara grande y favorecer a sus amigos o “dinosaurios” como él, en lugar de permitir crecer a los cuadros que surgieron en Movimiento Regeneración Nacional de Quintana Roo, situación que provocó que dejara de encabezar el partido, además de lograr amarrar el cargo que actualmente ostenta en el Congreso de la Unión.
La realidad es que la sombra de sus fracasos, repudio y desfalcos no lo dejan avanzar hacia la ansiada gubernatura, al salir a relucir en cada proceso electoral sus viejas prácticas e historia de traiciones, que sólo le permitirán obtener como en cada elección un premio de consolación y al parecer, para José Luis Pech Várguez, ésta no será la excepción.
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