¿Se puede gobernar con políticos de otras ideologías?
Ramón Zurita Sahagún lunes 18, Oct 2021De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La política mexicana ha sido, regularmente, mezquina y descarnada, el cielo al que eleva a sus integrantes es tan alto que la caída es estrepitosa y sumamente dolorosa.
El mundo de la política es sumamente complicado y mucho más en el ámbito de México, en el que estamos acostumbrados a sospechar de todo y de todos, sin ceder un ápice en las especulaciones, rumores y decires, sobre algunos de sus miembros.
No hay medias tintas, o todo es blanco o todo es negro y los malos serán siempre malos y los buenos dejarán de serlo en algún momento, para pasar al limbo.
Y aunque en los tiempos recientes los partidos lograron algunas alianzas en busca de salvar el registro o conquistar el voto ciudadano, la realidad nos muestra que cada uno de ellos sigue su propia ruta, buscando el beneficio de cada uno de ellos.
En la historia de México, pocas han sido las ocasiones en que el partido gobernante convoca a un miembro de otra organización política a que se sume a una administración ajena a su ideología, sin dejar las filas de su propio partido.
Antonio Lozano Gracia, abogado y panista que ya había sido diputado federal, fue invitado por el gobierno de Ernesto Zedillo para fungir como Procurador General de la República y aceptó, aunque los resultados no fueron de los mejores. Su arribo se dio en medio de una gran polémica por los recientes asesinatos de los políticos Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu y la exigencia de encontrar a los responsables de tales delitos.
Lozano Gracia dio un golpe espectacular con la detención de Raúl Salinas de Gortari, hermano del recién salido presidente Carlos Salinas de Gortari y lo que parecía una investigación seria, devino en algo simplemente terrorífico, la contratación de una vidente y la búsqueda de restos de un probable personaje ligado al asesinato de Ruiz Massieu. Fue un desastre el asunto y al poco tiempo Lozano Gracia prefirió irse a su mullido sillón del despacho que encabeza. El experimento fue un fracaso.
José Luis Romero Hicks un priista, cuyo hermano panista, Juan Carlos Romero Hicks, gobernaba Guanajuato, fue invitado a sumarse a la administración de la alternancia que encabezaba Vicente Fox Quesada y actuó como director del Banco Nacional de Comercio Exterior, un cargo de segundo plano en el gabinete, pero con cierta importancia en la estructura financiera. Romero Hicks ya había colaborado como secretario de Planeación durante la gubernatura de Fox Quesada en Guanajuato. Su actuación fue en términos adecuados.
Luis Téllez un priista que se desempeñó como secretario de Energía en el gobierno de Ernesto Zedillo, fue designado secretario de Comunicaciones y Transporte en la administración del panista Felipe Calderón Hinojosa y en su ejercicio se desarrollaron una serie de episodios de escándalo entre ellos el señalamiento de Luis Téllez, en una grabación, de que el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari se había robado la mitad del dinero de la partida secreta que se manejaba en su oficina.
El tema dio para mucho y finalmente se convirtió en temas de dimes y diretes entre el secretario y la subsecretaria Purificación Carpinteyro. Tampoco salió bien el experimento.
Estos son algunos de los personajes que han desfilado por la administración pública federal, sin pertenecer al partido gobernante. Ahora se habla de la posible incorporación de algunos ex gobernadores que podrían sumarse a la estructura del gobierno federal.
Son algunos priistas y panistas que pronto dará a conocer el Presidente de la República, aunque los nombres de Héctor Astudillo, priista y Antonio Echevarría, ex gobernadores de Guerrero y Nayarit, respectivamente, lo adelantó el propio Ejecutivo federal, sin especificar a cuáles rubros los sumaría. Quirino Ordaz, ex gobernador de Sinaloa irá a la Embajada de México en España.
Veremos qué tal le resultan los experimentos al presidente López Obrador y si se puede gobernar con políticos de otras ideologías.
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Bien le fue al todavía gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, durante la gira del Presidente López Obrador por esos lares, ya que el propio Ejecutivo reiteró su ofrecimiento al gobernante local a que se sume a la administración pública federal.