El gobierno mide con dos varas
¬ Luis Ángel García viernes 15, Oct 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
La 4T tiene dos raseros para enfrentar la protesta social. Cuando las manifestaciones, marchas o plantones los realizan grupos afines al gobierno, solapan el cierre de calles, las agresiones a transeúntes o policías, los destrozos a comercios y mobiliario urbano; si la afectación ciudadana exige castigar esos desórdenes, las autoridades dicen que no son represores. Pero cuando las expresiones son civiles, de trabajadores o causas feministas, entonces se reprime y disuelven las protestas porque “el gobierno y la sociedad no son rehenes de nadie,” y la policía, ahora sí, debe someter a los rijosos o responder las agresiones.
Los medios han documentado la inacción de los cuerpos de seguridad cuando ultras o grupos violentos agreden a la gente, a los propios uniformados o destrozan comercios, se les deja hacer de todo y se dice que la 4T no es represora como antes, que el Presidente no es Diaz Ordaz y que gobiernos democráticos alientan la libre expresión y el derecho de manifestación. Sindicatos como el Mexicano de Electricistas pueden llegar hasta el zócalo y entregar un documento de adhesión a la reforma eléctrica en el mismísimo Palacio Nacional, a pesar de que en la plancha está la Feria Internacional del Libro, pero a las feministas se les bloquea e incluso se blinda la Presidencia. Dos medidas para la misma actitud y derecho.
Cuando las ultras realizan destrozos no hay detenidos, incluso agredieron a un secretario de Seguridad Ciudadana sin consecuencias, destruyeron e incendiaron una estación de policía y vandalizaron El Ángel de la Independencia sin un detenido. Despedazaron una estación del Metrobús y agredieron a periodistas sin remitido alguno al Ministerio Público, pero frente a la protesta de gaseros se utilizó la fuerza pública, hubo manifestantes lesionados y detenidos. Los bloqueos con pipas se retiraron con grúas. Rápidamente salieron las autoridades y el jefe de la policía a advertir que no permitirán que la ciudad sea rehén de las protestas y que los policías deben responder a las agresiones. Ojalá los gobiernos neoliberales hubieran aplicado esa máxima cuando un candidato perdedor a la presencia bloqueó por un año el Paseo de la Reforma. Con Ernesto Zedillo, el secretario de Seguridad Pública arremetió contra “maestros” y porros que bloquearon el cruce de Reforma y Bucareli luego de aventar bombas molotov a Palacio Nacional un primero de mayo. Los quitó con la policía montada y el grupo de motociclistas. El timorato Presidente destituyó al jefe policiaco.
A los maestros que tienen bloqueadas las vías férreas en Michoacán por semanas, las fuerzas del orden no los quitan, a pesar de las pérdidas multimillonarias que provocan a ese medio de transporte, a la industria automotriz, de bienes perecederos y a medianos empresarios. No se les molesta ni con el pétalo de una macana. Los “normalistas” que toman las casetas de cobro han provocado pérdidas por 4 mil millones de pesos en 2020.
Mientras se solapa a los provocadores de la Coordinadora de maestros, las protestas feministas pacíficas son coartadas en su derecho de libre manifestación y para ellas está vetado y cercado, como en el medievo, el Palacio Virreinal.
El SME y otros grupos afines a la 4T pueden protestar si es en apoyo a las causas gubernamentales, pero cuando se trata de luchas sindicales legítimas, como en la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, la cosa cambia. Ahí sí interviene la fuerza pública y se reprime el paro de labores, hubo detenidos, heridos y se habló hasta de un muerto. Se justifica la acción policiaca y el gobierno minimiza y condena la demanda laboral porque atenta contra una de las obras insignia de esta administración. Nadie se acuerda de la toma y quema de pozos petroleros en ese estado hace unos ayeres.
¿Por qué usar dos medidas, cuándo hacer uso de la fuerza pública, sólo cuando se afectan los intereses de la 4T?