¿Vendrá Jaime Bonilla al gabinete?
Ramón Zurita Sahagún martes 12, Oct 2021De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Jaime Bonilla es el cuarto mandatario estatal mejor evaluado por sus propios gobernados y el primero de los gobernadores emanados de Morena que termina una gestión estatal.
Su buena gestión repercutió fuertemente en el triunfo de la candidata del Movimiento Regeneración Nacional, Marina del Pilar Ávila, que resultó victoriosa con cerca del 50 por ciento de los sufragios.
El 31 de octubre termina su mandato Bonilla, corto en realidad, aunque pudo sacar adelante la mayor parte de los 100 puntos que comprendió su programa de gobierno. El presidente López Obrador podrá constatar eso, cuando realice un recorrido de tres días por la parte norte de la península de Baja California, ocasión que aprovechará Jaime Bonilla para rendir su segundo informe de gobierno en cinco de los seis municipios con que cuenta la entidad.
Se trata de mini informes donde presentará los avances logrados durante los 24 meses de su mandato, siendo el primer gobernador no panista de los últimos 32 años.
La gestión de Bonilla es ampliamente reconocida por sectores del estado, aunque también hay quienes muestran molestia por algunas decisiones de gobierno como son el cobro real del agua, el que varios empresarios preferían cubrir mediante el cohecho y las “mordidas”.
Eso y la expropiación del Club Campestre enardeció a los “fifís” que no han dejado de cuestionarlo, aunque las razones que esgrimió el gobernante le dan la razón a él, por tratarse de terrenos gubernamentales usufructuados por particulares.
Los problemas no han sido ajenos a la corta gestión de Bonilla y en el esfuerzo se tuvo que rodear de un buen equipo de trabajo, destacando la función de Amador Rodríguez Lozano, en la Secretaría de Gobierno, un abogado capaz y conocedor del entorno y las leyes, por tratarse de un constitucionalista.
Como en el caso de otros gobernantes que dejaron buen sabor de boca entre sus ciudadanos, el nombre de Jaime Bonilla es mencionado con mucha insistencia para incorporarlo al gabinete presidencial, aunque no se ha dicho la última palabra y esa puede ser pronunciada durante los tres días de recorrido por el estado con el Ejecutivo federal.
En la Secretaría de Comunicaciones tienen todo listo para un eventual relevo de Jorge Arganiz Díaz, donde podría encajar el hoy gobernador de Baja California, aunque no se descartan otras dependencias como Bienestar, en la que se dice que Javier May dejaría el espacio para regresar al Senado o, incluso, para presidir el Movimiento de Regeneración Nacional, por los múltiples problemas que tiene el actual dirigente nacional Mario Delgado.
Por lo pronto, los bajacalifornianos se alistan para el cambio de gobierno que se producirá al primer minuto del 1 de noviembre y tendrán por primera vez a una mujer gobernante.
Marina del Pilar Ávila, además de ser la primera mujer gobernante, será también la primera en funciones que dará paso a la maternidad, ya que en dos o tres meses será madre nuevamente.
La maternidad es algo inédito en la situación de una gobernadora, por lo que será una nueva experiencia para la política y los ciudadanos de la parte norte de la península.
*****
Activo, se encuentra el Embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, a quien le tocó recorrido por el Senado de la República. Por cierto, que el secretario de Relaciones Exteriores también acudió a la llamada Cámara alta a una reunión con la junta de coordinación política, para explicar los detalles de alto nivel de seguridad entre México y Estados Unidos, realizado el pasado viernes. Hay malpensados que consideran que de tantas y tan seguidas ocasiones en que se reúnen Marcelo y Ricardo Monreal, pronto surgirán otras noticias… Sin resolverse todavía, la situación de Genaro García Luna en una Corte de Nueva York, ya que la audiencia fue aplazada para otra fecha, por cierto que Genaro se encuentra detenido en una cárcel del vecino país del norte, mientras que Emilio Lozoya con todo y su brazalete aprovecha para acudir a sitios concurridos, a lucirse y dejar ver la impunidad de que goza, en función de ser un testigo protegido del gobierno mexicano.