“Piso parejo” en Morena: nada para nadie y todo para todos
¬ Jorge Castro Noriega martes 12, Oct 2021Corre la voz
Jorge Castro Noriega
Hay nuevas reglas en el juego de la carrera por la candidatura de Morena a la gubernatura de Quintana Roo, el próximo año.
La presencia en el estado de su presidente nacional, Mario Delgado, el fin de semana pasado, sirvió para mandar las señales de que el partido guinda ha decidido sanar algunas heridas y democratizar más sus procesos internos, a fin de evitar nuevos encontronazos como los ocurridos en el proceso pasado. Pero también, para dejar por sentado que de ahora en adelante todos los aspirantes de Morena son importantes y tienen las mismas oportunidades.
Habrá “piso parejo” para todos y lo que es más: la lista se engorda.
De que Mara Lezama, reelecta alcaldesa de Cancún, sigue encabezando las preferencias en la mayoría de las encuestas, es innegable. Y tan lo sabe, que ha reiniciado sus actividades en municipios para fortalecer su posicionamiento. Pero ya no va sola, por la libre, como hasta hace poco ocurría.
Lo mismo que el poderoso santón del partido en Quintana Roo, Rafael Marín Mollinedo, cercanísimo hombre del presidente López Obrador y a quien éste subió en hombros a la jugada por la silla grande del Palacio de Gobierno, ya no puede ahora sentirse del todo seguro de que va a ser un “caballo negro” que galopará con la brida suelta hacia la meta. Por lo menos, tendrá que aceptar que con el aval de la dirigencia de Morena otros aspirantes pelearán en buena lid la candidatura, codo a codo con él.
De que él o cualquiera de los otros sea al final el democráticamente electo o el favorecido por el “dedo” mayor, es otro tema. El de hoy, es que en Morena ya no hay nada para nadie y sí todo para todos, en la pelea por la gubernatura.
Mario Delgado vino a Quintana Roo teniendo como principales temas de la agenda asistir al tercer informe de actividades de la senadora Marybel Villegas, el domingo en Chetumal, así como a la toma de protesta de los “Comités de Defensa de la 4T” en los municipios. Pero antes, abrió espacio para desayunar en Tulum con el empresario radiofónico y hotelero Gastón Alegre y su hijo, el ex diputado federal Luis Alegre.
Ahí, escuchó la intención de Gastón de postularse también a la gubernatura, por lo que el líder morenista tuvo que anotar a uno más en la libreta con los nombres de prospectos a participar en el proceso interno.
En la capital, Delgado brindó con su presencia respaldo a la labor de Marybel Villegas, pero con eso apuntaló también sus aspiraciones. Atrás quedan -al parecer- en el “borrón y cuenta nueva”, el distanciamiento que generó la polémica selección anterior de candidatos a presidentes municipales y diputados federales.
El escenario para Marybel ya fue otro esta vez. Estuvo no sólo cobijada por Mario Delgado y un nutrido grupo de senadores, encabezados por su “padrino” político Ricardo Monreal, sino también por otros influyentes personajes de otros partidos políticos.
Se suscribió el mensaje de que sigue dentro de la jugada y en el ánimo de los que mandan en Morena, dando por cerrado el capítulo donde Marybel cuestionó y deslegitimó decisiones cupulares pasadas donde no se vio favorecida.
Con lo que vimos este domingo, Villegas Canché parece no sólo haber librado el trance, sino agarrar una segunda bocanada de oxígeno para sus aspiraciones dentro del partido, donde muchos la hacían ya con un pie fuera. Volvió a poner con firmeza los dos, dentro de la línea.
Morena va por la integración y la unidad para buscar la gubernatura en 2022. Está cuidando los activos de casa, en lo que terminan de conquistar a los priístas de mayor peso político y abultadas sospechas de actos inmorales, para llamarlos a fortalecer la aprobación de la reforma eléctrica del presidente López Obrador… y todo lo que venga.
Por eso, terminado el informe de Marybel en Chetumal, el jerarca nacional convocó a todos a la ceremonia de los comités pro defensa de la 4T, apareciendo en primera fila el senador José Luis Pech y el ex diputado federal Luis Alegre, “tiradores” por igual a la grande, compartiendo sitios de honor con Villegas Canché en el presidium.
Mario Delgado y Morena parecen entender que la apuesta a ganar Quintana Roo no puede estar cerrada sólo en quien encabece encuestas o en alguien a quien el presidente manifieste públicamente su apoyo o cariño, sino que tienen que dotar de justicia y equilibrio el proceso interno que viene, para evitar nuevos descalabros que pongan en tela de duda la honestidad de las decisiones de la cúpula nacional.
En Morena, en el juego por la sucesión de Carlos Joaquín hay nuevas reglas, nuevos competidores y nuevas oportunidades. Nadie puede, por lo tanto, decir ya que está “amarrado” o que tiene la bendición del altar mayor.
Es un hecho: Nada para nadie y todo para todos.
Así quedaron establecidas las formas y los fondos, a partir de este agitado fin de semana entre los morenistas de Quintana Roo.
Las apuestas se ponen desde ahora más interesantes… y arriesgadas.