El esclavista Cristóbal Colón
Alberto Vieyra G. martes 12, Oct 2021De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¡Tierra a la vista… tierra a la vista! Ese fue el doble grito del vigía Rodrigo de Triana en el amanecer del 12 de octubre de 1492, al ver el vuelo de las gaviotas y una parte de la hermosa playa de lo que hoy conocemos como Las Bahamas.
Se cumplían ya 73 días de que Cristoforo Colombo Fontana Rosa salió de Puerto de Palos, en la provincia de Huelva, España, para dirigirse, según él, a algún punto desconocido de Las Indias y lo que encontró fue un nuevo continente y de esa expedición se deriva el descubrimiento de un nuevo continente que, a partir de 1507 se llamaría América, aunque más tarde, los gringos se apoderarían del gentilicio de nuestro continente.
La expedición, patrocinada por los reyes de castilla, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón estaba a punto de naufragar, pues Colón enfrentaba ya una sublevación dentro de la carabela “La Niña”, acuérdese que traía 3: La Niña, La Pinta y la Santa María, encabezada por los hermanos Pinzón, que después se harían toda una celebridad en el estado de Yucatán.
En las memorias de la navegación, Colombo Fontana Rosa decía haber navegado 30 mil millones de kilómetros, creyendo que era lo que medía la circunferencia de la tierra, que en realidad mide 40 mil 75 millones de kilómetros.
¿Pero, fue en realidad Cristóbal Colón el gran descubridor de América? No, antes que él, los pueblos indígenas habían estado viviendo allí durante siglos y cuando llegó en 1492, ya habían estado allí, Leif Eriksson y los vikingos cinco siglos antes; 14 mil años atrás, habían cruzado por el Estrecho de Bering diversos exploradores europeos.
Cuando Colón regresó a España fue recibido con bombo y platillo por los reyes y en ese momento el papa español Alejandro VI decretó que una parte del Océano Atlántico pertenecía a España y la otra parte a Portugal, que ya también había estado en costas del Nuevo Mundo. Sí, el Vaticano repartió los mares entre aquellas potencias europeas. De no haber contado con el patrocinio de los monarcas españoles y del Vaticano, Cristóbal Colón jamás habría pasado a la historia como el descubridor del nuevo mundo.
Desde entonces, Cristóbal Colón es motivo de encendidas polémicas en el continente americano, primordialmente en México y Estados Unidos. ¿La razón? Mire usted, en su segunda expedición al nuevo mundo en 1493, Cristóbal Colón encontró un negocio altamente lucrativo; A bordo de 4 o 5 carabelas llevó a Sevilla, España, 550 esclavos indígenas y los vendió a los fufurufos al precio que le dio la gana, a grado tal de que el papa Alejandro VI condenaría ese hecho, que marcaría para toda su vida a Cristóbal Colón como el primer esclavista de América. Después de ese vergonzoso y triste episodio, los europeos que buscaban colonizar con hombres blancos el continente americano trajeron esclavos africanos a lo bestia.
En México, cada 12 de octubre en que se conmemora el día de La Raza Indígena, Cristóbal Colón es blanco de furibundas andanadas de los defensores de la raza indígena y hasta el monumento en su honor, en Paseo de la Reforma, sería desterrado para poner ahí una figura indígena, sin embargo, el navegante italiano sigue ganando victorias después de muerto y todo indica que su estatua regresa al Paseo de la Reforma después de una sorda defensa de la estirpe española.
Así las cosas, yo le pregunto a usted con mucho respeto: ¿Nuestro nunca bien ponderado Cristóbal Colón es el gran descubridor del nuevo continente -América- o un esclavista de indios en América?