El presidente del PRI niega divisiones, pero hay opiniones que dicen lo contrario
Miguel Ángel Rivera jueves 7, Oct 2021Clase Política
Miguel Ángel Rivera
“El debate sobre la reforma energética requiere de argumentos sólidos que refuercen el intercambio de ideas en beneficio de los mexicanos. Con frecuencia se presentan algunas aseveraciones en contra de la reforma que no necesariamente tienen sustento técnico o que incluso llegan a malinterpretar la información”.
Esa declaración, anterior a la reforma energética que impulsó el ex presidente Enrique Peña Nieto, la firma Enrique Ochoa Reza, ex director de la Comisión Federal de Electricidad, antes subsecretario de Energía, maestro en Ciencia Política por la Universidad de Columbia, licenciado en Economía por el ITAM y licenciado en Derecho por la UNAM y, además, ex presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional, el PRI.
Como su dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, y el coordinador de los diputados federales, el ex gobernador de Coahuila Rubén Moreira Valdés, anunciaron que harán una consulta para decidir si votan a favor o en contra de la (contra)reforma energética anunciada por el Presidente, es conveniente que tomen en consideración la opinión de expertos -de su propio partido- como lo es Ochoa Reza, quien recientemente concluyó funciones como diputado federal y durante la LXIV Legislatura se distinguió por su combate a las modificaciones que en materia de energéticos ha impulsado la llamada Cuarta Transformación, pero que no han tenido éxito, pues han sido frenadas por el Poder Legislativo federal, por considerar que se violan principios constitucionales.
Ante esta situación, el presidente Andrés Manuel López Obrador optó por proponer de plano una reforma constitucional, pero para su desgracia, su partido, Morena, ni con todo y aliados del PT y PVEM, logra reunir la mayoría calificada en las cámaras del Congreso de la Unión para asegurar que se aprueben esos cambios en la Carta Magna.
Ante esta situación, el primer mandatario recurrió a su conocimiento interno del PRI, su primer partido, y los presiona para que secunden las reformas que intenta imponer. Así les recuerda que un ex presidente de origen priista (en realidad fue postulado por el Partido Nacional Revolucionario, antecedente del actual PRI) expropió el petróleo y defendió siempre el control de la nación sobre los recursos energéticos y que de no seguir esa vía, se colocarían del lado de los tecnócratas y neoliberales encabezados por su aborrecido Carlos Salinas de Gortari a favor de la privatización del petróleo y la electricidad, proceso que culminó hace ocho años su antecesor, también priista, Enrique Peña Nieto.
Además, el actual primer mandatario ha amenazado a los legisladores del PRI y de los otros partidos que voten en contra de su reforma con exhibirlos ante la opinión pública por oponerse a lo que él considera que será en beneficio del pueblo.
Ante esas presiones, la dirigencia del PRI ha anunciado que convocará a una consulta pública para conocer las opiniones de todos los sectores involucrados y decidir si votan a favor o en contra de la reforma de López Obrador. Esto a pesar de que tiene el compromiso de mantener un frente de oposición junto con el PAN y el PRD, partidos que ya han expresado enfáticamente su desacuerdo con un proyecto que consideran una “vuelta atrás”.
No obstante las presiones y los supuestos riesgos de fracturas internas, el actual presidente del PRI, Alejandro Moreno, aseguró que los legisladores de su partido votarán en bloque, no se dividirán.
Dijo que si el gobierno cree que puede dividir a los legisladores priístas, eso no va a ocurrir.
En conferencia de prensa, en la cual dio a conocer nombramientos de nuevos integrantes del Comité Ejecutivo Nacional, explicó que se va a dotar a los diputados de amplia información sobre el tema, a fin de construir un consenso y sufragar como un bloque monolítico.
A pesar de sus declaraciones tan firmes, de hecho, Moreno admitió que no todos los legisladores del tricolor opinan en el mismo sentido. Se refirió a declaraciones de la senadora Claudia Ruiz Massieu, quien aseguró que el PRI votará contra la propuesta del ejecutivo, pues esa iniciativa significa un retroceso.
El dirigente del tricolor dijo que esos comentarios son a título personal.
La posición del partido acerca de la propuesta del presidente López Obrador para la reforma energética, dijo el presidente del PRI, consiste en analizarla en parlamento abierto y después definir si se sufraga a favor o en contra de ella.
El uso de combustibles fósiles amenaza al medio ambiente
Es probable que Ochoa Reza, quien no rehúye la polémica, participe en la consulta a la que convoque el partido que dirigió parte del sexenio anterior, pero en caso de que no sea invitado, considero conveniente que se tome en cuenta la posición que asumió en febrero pasado, cuando el gobierno de la llamada Cuarta Transformación logró que se aprobara modificar la Ley de la Industria Eléctrica, la cual luego quedó en suspenso por amparos concedidos por tribunales federales a empresas afectadas.
Esa ley, dijeron los legisladores de Morena y rémoras, aunque fundamentalmente estaba enfocada a fortalecer la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en realidad forma parte del proyecto de la llamada Cuarta Transformación para devolver a esa empresa nacional, así como a Petróleos Mexicanos (Pemex) la preponderancia en el sector energético, pues sus actividades están íntimamente ligadas, ya que la petrolera aprovisiona a la eléctrica de combustibles para sus plantas.
Esto quedó muy claro con el reciente anuncio del presidente López Obrador de su reforma energética, que va dirigida lo mismo a fortalecer a la CFE que a Pemex.
Al discutirse la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), Ochoa Reza, secretario de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, sostuvo apenas en febrero anterior que hay un desconocimiento de los legisladores que promueven la reforma sobre la verdadera situación financiera de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
“Algunos decían que se debería rescatar a la CFE de la quiebra ¿cuál quiebra?, si la propia Comisión Federal ha reportado a la Comisión de Energía que cada año gana dinero desde el 2016 a la fecha, que tiene grado de inversión en las tres calificadoras internacionales.
“¿Qué acaso no han leído los documentos que nos manda la CFE en los informes financieros trimestrales?, ¿de veras vamos a discutir una iniciativa preferente sin que hayan leído los estados financieros de la empresa que pretenden rescatar? La CFE goza de cabal salud financiera y el mismo comunicado de prensa de la CFE del 4 de febrero así lo dice, colocaron 2,000 millones de dólares en el mercado de bonos y lo hicieron según ellos a la mejor tasa de interés en muchos años gracias a la sólida estabilidad financiera que tiene la CFE”, sostuvo.
El ex director de la CFE destacó asimismo que con los cambios propuestos se pone al petróleo y al combustóleo por encima de las energías limpias “algo que no se hace en ninguna otra parte del mundo”.
En efecto, otro de los principales argumentos en contra de la reforma energética que impulsa el gobierno del presidente López Obrador es que al dar prioridad al uso de combustibles fósiles para la generación de electricidad contraviene todos los esfuerzos por contener el deterioro ambiental y viola los acuerdos internacionales de México para contribuir a la lucha para revertir el calentamiento global.
A pesar de los argumentos en contra, al anunciar su iniciativa de (contra)reforma energética, el primer mandatario aseguró que “la iniciativa que se envió al Congreso para fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) con el propósito de que se garantice la energía eléctrica a precios justos para todos los mexicanos, que no haya aumentos por encima de la inflación, que no suceda lo de antes, que aumentaba y aumentaba constantemente el precio de la luz, de las gasolinas, del gas. Tenemos que tener control de los precios de los energéticos para que no se afecte la economía popular.
“Estamos tratando de resarcir la llamada reforma energética. No significa nacionalizar ni estatizar, significa darle sus lugar a la Comisión Federal de Electricidad, se decide que va a tener el 54 por ciento del mercado y el 46 por ciento se va a conservar para las empresas particulares, que haya una verdadera competencia, que no había”, afirmó el jefe de Ejecutivo federal.