Usura de la banca
Freddy Sánchez jueves 7, Oct 2021Precios y desprecios
Freddy Sánchez
El nacimiento de una nueva institución bancaria institucional ha despertado grandes expectativas sobre un futuro altamente benéfico para la población en general.
Entre millones de partidarios de la 4T Transformación e incluso opositores al gobierno en turno, la esperanza de que el Banco del Bienestar ofrecerá múltiples opciones más atractivas y benéficas que la banca privada, podría considerarse como una convicción sólida.
Y es que, naturalmente, el arribo del gobierno en los asuntos de la banca hace prever una buena oferta de beneficios a los usuarios, a efecto de animarlos a trasladar sus ahorros e inversiones a la nueva banca pública.
Y como parte de lo deseable lógicamente figura la idea de que el Banco del Bienestar cobrará comisiones mínimas o de plano nulas por los servicios que se presten a los cuentahabientes. Y algo igualmente esperado es que la institución bancaria a cargo de la “4T”, facilite el acceso a sus clientes a créditos personales y empresariales con intereses moderados, otorgando amplias facilidades para recibir dichos préstamos.
Así entonces, hay quienes piensan que esta institución dará la opción de conseguir dinero barato, para pagar deudas caras e iniciar o reactivar pequeños negocios en amplias zonas del territorio nacional.
Y ante lo que podría significar la presencia fuerte y pujante de una banca oficial con criterios distintos a los tradicionales de los bancos privados, obviamente, los banqueros tendrán que entrarle a una dura pelea por el mercado para no perder ganancias ni clientes.
La obligación pues de mejorar sus servicios y ofrecerlos a precios atractivos, a riesgo de quebrar si no lo hacen, será ineludible para los dueños de los bancos que operan en México, en buena medida con accionistas extranjeros.
No podría decirse, por supuesto, que existe un propósito institucional para volver a la nacionalización de los bancos, pero si el Banco del Bienestar asume pronto el liderazgo y acapara la mayor tajada de los clientes bancarios en el país, los bancos privados que no reduzcan al máximo sus ganancias, se verán en riesgo de afrontar distintas mermas que pongan en peligro su continuación operativa.
De ahí entonces, que la presencia del gobierno en los menesteres bancarios en el país, sin lugar a dudas se convertirá en “la piedra en el zapato” de los intereses de la banca privada al verse en la necesidad de adoptar cambios que induzcan a sus clientes a permanecer en los bancos que actualmente manejan su dinero y no mudarse a la opción institucional.
Es de mencionar pues, que el Banco del Bienestar podría constituirse en un elemento de apoyo político electoral para el partido en el gobierno, si el funcionamiento de la institución logra darse en óptimas condiciones permitiendo a sus usuarios acceder a un servicio bancario de excelencia a un costo infinitamente más bajo que los privados.
Claro que esto no será “una perita en dulce” para los operadores bancarios institucionales, que necesariamente deberán actuar con máxima eficiencia y cautela para no tomar decisiones que atrofien la buena marcha del Banco del Bienestar.
Y en ese aspecto, uno de los principales riesgos será caer en los viejos errores del pasado por parte de banqueros institucionales, que llegaron a incurrir fácilmente en malos cálculos, excesos y desviaciones.
Baste decir al respecto que a los banqueros privados se le podrá acusar de mostrar poco o nulo interés de mejorar la calidad de sus servicios con precios tan bajos como los que esos propios bancos tienen en países distintos a México, pero en cuanto a planificar y administrar sus recursos para no padecer agudas crisis económicas (salvo en casos como los que ya ha habido en el pasado y aun así los banqueros pudieron salvarse de una bancarrota total), es innegable que los bancos privados suelen ser negocios mejor organizados que la banca institucional. Así y todo, el Banco del Bienestar podría convertirse en un buen antídoto contra la usura de la banca.