La compleja decisión priista
¬ Augusto Corro jueves 7, Oct 2021Punto por punto
Augusto Corro
La pregunta que predomina en los medios políticos es la relacionada con la determinación que tome el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para apoyar o no la reforma eléctrica del presidente López Obrador.
De aceptar el PRI los cambios, ¿quién o quiénes serán los beneficiados? ¿El partido o sus dirigentes? ¿Cuáles serían las repercusiones políticas con los otros organismos políticos de la oposición que luchaban unidos?
Tras varios días de discusiones, los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) rechazaron la idea de la reforma eléctrica. Dejaron entrever una ruptura en la alianza que sostienen con el Revolucionario Institucional.
También en el interior de la organización tricolor la decisión no es fácil, pues quienes tienen el poder de decisión tendrán que convencer plenamente que sumarse al proyecto presidencial será benéfico para el partido y no para unos cuantos.
Y de todos los partidos que funcionan en México, chicos y grandes, el PRI logró sobrevivir y superar las crisis políticas en las que estuvo arrinconado. Así sucedió cuando tuvo que aliarse con el ex presidente Vicente Fox y después con Felipe Calderón.
Fueron sexenios en los que los priistas no resintieron la presencia del gobernante de otro partido. Supieron muy bien acoplarse a las necesidades de esos momentos y lograron superarlas. Esto los llevó a recuperar la presidencia de la República con Enrique Peña Nieto.
A partir de 2018, cuando la oposición fue vencida por el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) los partidos quedaron casi en la orfandad. PAN, PRI y PRD tuvieron que realizar esfuerzos extra para no resentir el daño y recuperar el terreno electoral perdido.
En Acción Nacional se perdió el rumbo y ahora los panistas tratan de encabezar el liderazgo de la oposición, pero tienen al dirigente capaz de levantar de la lona a su partido. Así quedó demostrado con la reelección de Marko Cortés, como presidente hasta 2024.
En el PRD se mantienen los mismos dirigentes que llevaron a ese instituto político al fracaso. No pueden sacudirse a “Los Chuchos”, esos políticos que se enquistaron en el partido para apropiárselo, sin importarles que los mantienen en camino a la extinción.
En el presente, los proyectos del presidente López Obrador necesitan el apoyo de los legisladores, porque los suyos no son suficientes. De ahí que convoque a los priistas a sumarse a su causa. Y qué mejor que sean los propios priistas que en otras ocasiones votaron por la nacionalización de la industria eléctrica.
Pero ahora, son otras las circunstancias en que se desarrolla la política a la mexicana: el Revolucionario Institucional, tras ser un partido gigante, hoy está dividido y debilitado, con un líder, Alejandro Moreno, alías “Alito” o “Amlito”, con un pasado nada ejemplar.
En septiembre de 2019 se informó que “Alito” era investigado por la Fiscalía General de la República, por presunto enriquecimiento ilícito, “exhibido en la adquisición de 16 inmuebles en Campeche, entidad de la que fue gobernador de 2015 a 2019.
En las elecciones de junio, “Alito” luchó hasta el final para que ganará la gubernatura un incondicional. No pudo. Se llevó el triunfo la morenista Layda Sansores San Román, quien llegó con la espada desenvainada para poner orden en el estado.
Y es precisamente en este renglón, donde se encuentra el lado flaco del ex gobernador. Sus adversarios dicen que aceptará sumarse a la reforma a cambio de no ser investigado, de que no salgan a la luz pública sus presuntos errores en la administración campechana.
Sin autoridad moral, “Alito” tendrá que pensar muy bien la decisión de apoyar o no la reforma eléctrica morenista. De todas maneras, en su partido tricolor, la situación política, en constante conflicto, con adversarios belicosos tampoco le permitirá o facilitará la realización de sus deseos personales.
¿Usted qué opina amable lector?