Método de sorteos llega también para periodistas en las mañaneras
Miguel Ángel Rivera viernes 1, Oct 2021Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Luego de la rifa del avión sin avión y del reciente sorteo de un palco en el Azteca y otros bienes, parece que al presidente Andrés Manuel López Obrador ya le gustó ese sistema para salir de apuros. Ya antes se recurrió en su partido, Morena, la tómbola para asignar candidaturas.
Esto viene al caso porque el primer mandatario propuso en su mañanera de ayer recurrir nuevamente a una tómbola entre los reporteros para decidir quién podrá hacerle preguntas durante sus conferencias de prensa diarias.
Esto por que, obviamente, son muchas más las preguntas que las que alcanza a responder en sus entrevistas cotidianas, a pesar de que con frecuencia se extienden durante horas y sólo son interrumpidas porque el jefe del Ejecutivo tiene otros compromisos que atender.
La posibilidad de variar el sistema de asignar turno a los reporteros se complica, además, porque se ha afianzado la creencia de que muchas veces los representantes de medios bien acreditados son desplazados por desconocidos que se presume son seleccionados para hacer preguntas o comentarios a modo que dan pié a los temas que desea comentar el presidente.
Si se tratara de teatro de comedia, se podría decir que esos sedicentes reporteros cumplen el papel de “patiños” que, obviamente, desplazan a los profesionales del periodismo, ya sea de medios escritos o electrónicos.
Por eso, ante las manifestaciones de inconformidad de una parte de los integrantes de “la fuente” de Presidencia, el primer mandatario sugirió:
“Pues si quieren pongan aquí una ánfora, si les parece mejor”, dijo López Obrador al ser cuestionado acerca de las razones que le mueven para dar la palabra a uno de los representantes de los medios y no a otros.
Para evitarse críticas sugirió:
“Resuelvanlo, porque lo mejor es una tómbola y sólo se deja un lugar, uno, por si viene una persona del extranjero, una cuestión grave, se le da un lugar. Esa sería una buena forma, porque a mí también me meten en líos porque me levantan la mano y no sé a quién darle la palabra”.
El primer mandatario aseguró que él no tiene ningún problema en recibir preguntas de todos los reporteros que acuden a la mañanera, “ porque no tengo nada que ocultar, al contrario”, insistió.
“Saben que no hay preferencias para nadie, ahora que tienen cubrebocas ni les veo bien la cara”, expresó también, para no dar oportunidad a nuevas protestas.
Antes, un reportero había manifestado que le parecía injusto que diera la palabra hasta tres veces en una misma semana a un mismo reportero y a otros les negara la posibilidad de hacer preguntas o lo hiciera sólo esporádicamente.
Poco a poco se agrieta el “rincón de la ignominia”
Esta no es la única novedad en cuanto a la actividad de los reporteros en las áreas del gobierno nacional.
Para beneplácito general, el pasado lunes 28 de septiembre, se reabrió el palco de prensa de la Cámara de Diputados, cerrado desde el 19 de marzo de 2020 como medida sanitaria por la presencia de la pandemia en el país.
El sitio reservado para los reporteros fue reabierto por el presidente de la Cámara en este primer año de la LXV Legislatura, Sergio Gutiérrez Luna, quien comentó que dicha medida se inscribe dentro del proceso para lograr una vuelta paulatina a la normalidad.
El presidente de la Cámara recordó que esta acción fue aprobada en una reunión entre integrantes de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) en la que están representados todos los partidos.
Es una buena disposición, pues desde ese palco de prensa se da la relación entre representantes de los medios y legisladores y la separación que todavía queda se justifica por las medidas de prevención que impone la pandemia, pero en la medida en que se controle el virus, se debería autorizar una más libre circulación de los reporteros por el salón de sesiones, sin interrumpir el trabajo legislativo.
Es de recordar que este palco que ahora se ve como una reconquista, en realidad nació de la marginación de los representantes de los medios, a tal grado que ese sitio fue bautizado como el “rincón de la ignominia”. Con anterioridad, los reporteros gráficos y los redactores podían ir hasta las curules para platicar con los diputados y dar constancia de los acuerdos entre bancadas y aún dentro de cada grupo parlamentario.
En 1997, cuando la antes “chiquillería” arrebató al PRI la mayoría y con ella la conducción de la Cámara, se hicieron numerosos cambios, uno de los cuales incluyó sacar a los periodistas del salón de sesiones y arrinconarlos en ese palco. La medida fue aprobada por la mayoría, pero básicamente fue promovida por dos diputados: Porfirio Muñoz Ledo y Pablo Gómez Álvarez, quienes no se han distinguido en sus largas trayectorias por tener buena relación con la prensa.
Rodolfo González Valderrama va en camino del palacio de gobierno de Ciudad Victoria
Un político que ha sabido cultivar buenas relaciones con la prensa es el tampiqueño Rodolfo González Guevara, quien el pasado día 23 recibió el nombramiento de delegado de programas sociales del gobierno federal en su natal estado de Tamaulipas, cargo del que tomará posesión hoy, en lo que parece un paso adelante en el camino que lo llevará a gobernar ese estado.
Según las últimas mediciones de la empresa especializada Massive Caller, Morena aventaja de largo al PAN en las preferencias electorales para suceder al controvertido Francisco García Cabeza de Vaca, quien está bajo la amenaza de ir a la cárcel, luego de haber sido desaforado por la Cámara de Diputados federal.
Esta tendencia del electorado a favor de Morena resultó evidente en las elecciones locales del pasado julio, cuando los morenistas arrebataron el control del legislativo estatal y las alcaldías clave.
En los corrillos políticos y en medios de comunicación locales se dice que los principales precandidatos de Morena en busca de la nominación para gobernar Tamaulipas se menciona, además de González Valderrama a Adrián Oseguera JR, Héctor Garza y Américo Villarreal.
Sorprende sobre todo el caso del senador Américo Villarreal Anaya, quien ha destacado por su trabajo legislativo, además de ser hizo del ex gobernador del mismo nombre, con quien colaboró González Valderrama a inicios de su carrera política, en la cual se vinculó también con Eduardo García Puebla, un exitoso comunicador que en algún tiempo fue secretario de prensa del PRI nacional.
Más adelante, González Valderrama se vinculó con el gobernador de Zacatecas, Ricardo Monreal Ávila, a quien siguió en el gobierno de la delegación Cuauhtémoc de la Ciudad de México, en donde realizó un trabajo que le valió quedarse al frente de esa demarcación para terminar el periodo, pues su jefe y amigo pidió licencia para hacer campaña para llegar al Senado, en donde ahora es el coordinador del poderoso grupo de Morena.
Al sumarse a la entonces oposición, el ahora precandidato se vinculó con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien al inicio de su gobierno lo nombró director de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC), cargo que sorprendió a algunos pero no a quienes saben de sus buenas relaciones en los medios de comunicación.
Su ascenso se acentuó recientemente al darse a conocer su nombramiento como encargado de programas sociales en Tamaulipas. Es lo que desde inicios del sexenio se ha dado en denominar “superdelegado” de Bienestar, un cargo que inventó el presidente López Obrador que, se dice, para colocar a sus favoritos para convertirse, primero, en candidatos y, luego, gobernadores.
De hecho, al contrario de muchos políticos que optan por mantenerse embozados, González Valderrama se ha declarado abierto aspirante al gobierno tamaulipeco, como dan constancia numerosas entrevistas de prensa con sus opiniones y en notas que dan cuenta de sus actividades, pues regularmente visita su estado.
En esas entrevistas ha dejado claro, además de su pretensión de gobernar Tamaulipas, para impulsar su desarrollo, también dijo estar de acuerdo con el método que se supone ha aplicado el partido oficial, Morena, para decidir candidaturas.
“El método de selección de nuestro candidato a la gubernatura debe ser la encuesta. No divide, no judicializa y garantiza unidad. Eso es lo más sensato. Hago el compromiso, de que de no ser yo el favorecido con ese sondeo, me sumaré a quien logre salir mejor posicionado y con mayor potencial de crecimiento”, manifestó el ¿destapado?