Adán Augusto López llama a construir consensos, mientras AMLO sigue polarizando
Adriana Moreno Cordero jueves 30, Sep 2021La Retaguardia
Adriana Moreno Cordero
Muy interesante y no deja de llamar la atención, que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, durante su comparecencia en el Senado de la República, donde buena parte se dedicó a informar sobre lo que había hecho su antecesora, la ahora presidenta de la Cámara alta, Olga Sánchez Cordero, o sea, nada, ha abierto las puertas de la Segob a todos los actores políticos y subrayó que la dependencia que recientemente dirige, ahora se dedica a prevenir y solucionar conflictos mediante el consenso. ¿Será?
Agregó el responsable de la política interna del país que en la construcción de la democracia y el consenso todos tienen responsabilidad, independientemente de su filiación política, por lo que también insistió en que nadie es dueño de la verdad absoluta.
¿Será acaso que tanto Andrés Manuel López Obrador y su equipo finalmente ya se dieron cuenta que no pueden por el paquete, a la mitad del camino?
Con la “banderita blanca” totalmente extendida, López Hernández señaló que México no merece un clima de crispación como el que sin duda, tiene en la actualidad e hizo un llamado a la construcción de acuerdos y a hacer a un lado las diferencias ideológicas esto, sin dejar de reconocer que existen.
Llamó la atención que a diferencia de sus compañeros de partido, el ex gobernador tabasqueño no culpara al pasado de la evidente falta de eficiencia y capacidad que tiene esta errada y llamada Cuarta Transformación para gobernar a un país, como en cambio sí lo hizo el senador César Cravioto, a la hora de fijar la postura de la bancada de Morena; un recurso ya muy desgastado.
El secretario López Hernández no estuvo presente, por cierto, a la hora que las diferentes fracciones parlamentarias fijaron postura. La senadora de Movimiento Ciudadano, Verónica Delgadillo, fue de las primeras en señalar las muchas deficiencias de esta errada y llamada Cuarta Transformación al indicar que: “México sigue siendo un país letal para las mujeres, uno de los más letales en el mundo y por eso es incomprensible que la política interior de este país tenga oídos sordos y puertas cerradas hacia las mujeres, hacia las niñas y las mujeres de nuestro país, la pregunta que hoy nos hacemos es ¿por qué nos tienen tanto miedo a las mujeres en México?, ¿por qué la respuesta siempre son granaderos, vallas y estigmatizaciones?”.
En este punto vale la pena señalar sobre un tema relacionado, que el presidente López Obrador, no ha manifestado postura alguna en cuanto a la prohibición de considerar el aborto como un delito, simple y llanamente porque está en contra.
La senadora Delgadillo no se refirió al titular de la Segob, sino al Presidente de la República al que le cuestionó: “¿desde cuándo pedir empatía es un exceso?, ¿desde cuándo luchar por nuestra vida se considera un complot conservador?”
Por su parte, el senador panista Marco Gama Basarte, exhibió el más reciente libro de López Obrador, A la mitad del camino y cuestionó: “… en lo que no estoy de acuerdo es en la afirmación que esgrime en este mismo libro al escribir que en este período podría usted dejar la Presidencia sin sentirse mal con su conciencia. No, señor Presidente, no vamos bien, no le está funcionando su proceso de pedagogía política y concientización continua, como también lo manifiesta aquí en su mayor éxito. Ese que dice que lo hace claro todas las mañanas en sus conferencias públicas y en sus discursos. Estos ejercicios mañaneros sólo han servido para dar brillo a su obsesiva actitud de confrontar a todo aquel que se atreve a señalarle sus errores. A la mitad del camino, la política interior del país no está generando ni estabilidad ni gobernabilidad”.
A su vez, la senadora panista Kenia López Rabadán fue también muy contundente al indicarle al titular de la Segob: “lamento decirle que se ha incorporado usted al peor gobierno de la historia de nuestro país… Todos los días nos despertamos con un nuevo berrinche, un nuevo pleito, un señalamiento; todos los días buscan destruir una institución, acallar una opinión o incluso quitar un derecho. Para los mexicanos, abundó, este gobierno ha sido una prueba de resistencia: resistir, aunque todo suba de precio; resistir, para no ser de los 4 millones de nuevos pobres que ha generado este gobierno; resistir, para sobrevivir a la crisis; resistir, para no ser de los 2 millones de mexicanos que se han quedado sin empleo”.
Por eso llama la atención que el secretario Adán Augusto López haya dicho que “en el gobierno de la Cuarta Transformación es prioridad propiciar el diálogo y la construcción de acuerdos entre todas y todos los actores políticos y sociales del país, a fin de alcanzar los acuerdos orientados a consolidar la gobernabilidad democrática, la construcción de la paz y el fortalecimiento del Estado de derecho”.
En Palacio Nacional, la actitud es otra totalmente diferente, pues en los tres años que van de la actual administración, López Obrador se ha dedicado a polarizar y a perseguir a quienes considera sus enemigos bajo la falsa bandera de un inexistente combate a la corrupción, cuando en realidad se trata de un nepotismo ramplón.
Y si algún ejemplo se buscara de esta situación, ahí está la persecución a los 31 científicos del Conacyt, en el que mientras el ministro-presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, atendió a los científicos y académicos acusados por quien también es conocido como “el fiscal carnal”, Alejandro Gertz, los atendió y escuchó sus inquietudes, comprometiéndose a seguir actuando con independencia e imparcialidad en el cumplimiento de su deber”, el flamante vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, al acusar que supuestamente desde hace 16 años, el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT), habría recibido 571 millones de pesos y sólo 100 millones de pesos fueron utilizados para proyectos de ciencia y tecnología.
Por lo visto, mucha basura tiene que esconder bajo la alfombra el flamantísimo vocero, por consigna de su jefe; para ocultar la corrupción que ha venido caracterizando a esta errada y llamada Cuarta Transformación. Esos “trapitos”, ya empezaron a salir al sol.