Traiciones político-electorales
Alberto Vieyra G. miércoles 29, Sep 2021De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Van por la lana, pero podrían salir trasquilados. Con bombo y platillo se anunció esta semana la conformación de una nueva bancada chiquitita en el Senado de la República y hasta le pusieron nombre: “Grupo Parlamentario Plural”, que según ellos busca legislar para la gente de a pie, pero sin oponerse a las iniciativas de ley del Presidente de la República y de su partido.
¿Quiere decir que estos abnegados senadores no están ni con Dios, ni con el diablo?
Gustavo Madero, del PAN; Germán Martínez, de Morena; Nancy de la Sierra y Alejandra León, del PT; y Emilio Álvarez Icaza, independiente, son los 5 legisladores de la nueva bancada de la chiquillada que van en búsqueda de millonarias prerrogativas que tanto en la Cámara alta, es decir en el Senado, como en la Cámara baja, esto es en la de Diputados, un grupo parlamentario debe tener como mínimo 5 integrantes para tener dinero de las millonarias tajadas que el Poder Legislativo otorga a cada bancada, según sea el tamaño del sapo, de ese tamaño será la pedrada. Sólo que hay un pequeño, pero Germán Martínez, michoacano quien mandó a volar a AMLO renunciando a plegarse a sus tiránicos dictados cuando fue director del IMSS, pero que sigue militando en Morena, es el actual presidente de la Comisión de Gobernación en el Senado de la República; mientras que el barbado panista Gustavo Madero, descendiente del apóstol de la democracia, es el actual presidente de la Comisión de Economía de la misma Cámara alta. Así que tendrán que renunciar a su filiación actual y a dichas comisiones para que se les pueda otorgar el financiamiento millonario discrecional, del que ningún grupo parlamentario rinde cuentas ni a sus electores, ni a nadie, sino que se gasta por debajo del agua. En caso de que no renuncien a sus partidos, lógicamente tendrán que ser expulsados y en caso de no hacerlo, el asunto tendrá que judicializarse y llegar hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien tendrá la última palabra en este tremendo caso.
Pero, además la conformación de éste y otros grupos parlamentarios, como ocurrió en la 64 Legislatura Federal de la Cámara de Diputados, la mayoría de quienes conformaron esas bancadas presumiblemente independientes, lo único que hicieron fue lucrar políticamente poniéndole millonarios precios a sus votos para aprobar reformas constitucionales que le interesaban de modo especial al Presidente de la República.
Adivino que mis tres lectores y radioescuchas ya descubrieron la traición política de esos legisladores supuestamente independientes. ¿Por qué traición? Hagamos supositorios: Supongando, suponiendo o supongamos que usted y yo votamos por equis diputado o senador propuesto por el partido o partidos de nuestra predilección, pero ya en el ejercicio de poder, es decir de sus tareas legislativas, éstos deciden chaquetear volviéndose independientes o pegándose como rémoras a otros partidos políticos, eso sin lugar a dudas, constituye una traición, pero ellos nos saldrán con el cuento de que son partidarios de “la pureza democrática”. Ese tipo de traiciones al electorado deberían castigarse severamente, no sólo en las urnas, sino que fundamentalmente se tiene que legislar para prohibir y evitar esa prostitución política.
El electorado mexicano tendrá que hacer valer de alguna forma sus votos, esto es su suprema voluntad que depositó en un candidato representado por algún partido con el que se simpatiza o se tiene alguna afinidad política e ideológica. Asunto éste de traiciones políticas en verdad de grueso calibre. El grupito parlamentario independiente en el Senado dará mucho de qué hablar, pero le adelanto que ellos van por lana y van a salir trasquilados.