Oleada de haitianos rebasa los albergues de la Ciudad de México
Cd. de México miércoles 29, Sep 2021
- Llegan con la intención de tramitar estancia legal
En los últimos días, una oleada de migrantes haitianos, la mayoría con la intención de tramitar estancia y permanecer en el país, empezó a moverse desde el norte y desde el sur del país hacia la Ciudad de México, por lo que en poco menos de cuatro días los albergues que gestionan organizaciones religiosas y defensores de migrantes llegaron a su límite de cupo.
Estos nuevos flujos no van solamente en tránsito, ni se van a ir en dos o tres meses, afirma la encargada del albergue para familias migrantes Cafemin. Para esta defensora “esta es una nueva crisis migratoria, lo quieran admitir las autoridades o no”.
“Lo que el gobierno se niega a ver es que aquí no hay soluciones fáciles; debe haber una revisión a fondo de la política migratoria para resolver la emergencia. Lo cierto es que esta población en movimiento no tiene asidero en su vida. No pueden estar en su país de origen, ni en el de tránsito ni en el de destino. ¿Qué hacemos con ellos? ¿Los mandamos a la luna?”.
La Casa de Acogida y Formación para Mujeres y Familias Migrantes también está muy arriba del cupo para recibir migrantes, esta vez haitianos procedentes en su mayoría de Chile o Brasil. Como todos los refugios en la Ciudad de México, este recinto, uno de los mas grandes, está rebasado desde el pasado jueves, cuando empezaron a confluir en la capital las dos grandes oleadas de solicitantes de refugio desde la frontera norte y la frontera sur.
Y así por el estilo, están todos los demás albergues gestionados por comunidades religiosas o de la sociedad civil.
Mientras tanto, en el centro cultural La Resistencia están pensando hacer acopio de tiendas de campaña para instalar a los grupos en las calles. En Casa Tochan, con cupo para 40, ya tienen 80. En Casa Fuentes tienen 20 camas; más de 70 albergados.
En la Arquidiócesis hay también más de 70 y capacidad para alojar a 30. El Programa Casa Refugiados empezó ubicando a los solicitantes de asilo en hoteles. Pero del martes a la fecha el número se duplicó, se triplicó. Para alimentarlos se hacen malabares.
La red de albergues, algunos religiosos, otros de la sociedad civil, temen llegar en cualquier momento a un punto crítico. “Y esto apenas está empezando”.
“No era necesario que llegáramos a este punto de crisis. La ciudad sí tiene capacidad de responder a estas oleadas de migrantes como lo hizo en 2018”, cuando una serie de caravanas centroamericanas cruzaron todo el territorio nacional, pasando un periodo de descanso y reorganización en el macroalbergue que se abrió en la ciudad deportiva “El Palillo” en la Magdalena Mixhuca, gestionado por la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.
A esto se suma otra dificultad. Por ley, Comar establece que el solicitante de refugio debe esperar la resolución de su trámite en el estado donde lo interpuso. Si abandonan la entidad se declara “abandono de proceso”.