Sólo faltó Blanca Nieves
¬ Augusto Corro miércoles 4, May 2011Punto por Punto
Augusto Corro
- Aspirantes enanos
- Se redujo la lista
- Saldrá del gabinete
Cobra fuerza la comedia política panista que desembocará en la elección de su candidato a la sucesión presidencial del 2012.
El domingo pasado se efectuó una pasarela política mediocre, con la que se inicia la depuración de la lista de aspirantes a ocupar la residencia de Los Pinos.
Con más pena que gloria, cuatro miembros del gabinete de Felipe Calderón Hinojosa (FCH), dos legisladores y un gobernador encabezaron la lista oficial de los azules hacia la codiciada candidatura.
Ellos son: Javier Lozano, del Trabajo; Alonso Lujambio, secretario de Educación; Heriberto Félix, de Desarrollo Social; Ernesto Cordero, de Hacienda; la diputada Josefina Vázquez Mota; el senador Santiago Creel y el gobernador Emilio González.
Baja la batuta de Gustavo Madero, el líder del Partido Acción Nacional (PAN), los cinco secretarios de Estado, legisladores y gobernador ratificaron su profundo odio al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y a sus dirigentes. Sus discursos fueron triviales. Se olvidaron del mensaje político y actuaron como peleoneros de barrio.
Desaprovecharon la oportunidad para dar a conocer proyectos de gobierno nuevos, de mejores políticas para sacar a México de ese mar de lodo al que lo llevaron la corrupción e impunidad, los 40 mil muertos en la guerra fallida contra el narcotráfico, los millones de desocupados y la pobreza que afecta a más de la mitad de los mexicanos.
Los aspirantes panistas fueron convocados a esa reunión para mostrar la unidad que priva entre la jerarquía panista, en los tiempos previos al ungimiento del protagonista que representará a los azules en la lucha para llegar a Los Pinos. Todos ellos, en actitud sumisa se tomaron la foto y a seguir en la espera del dedazo oficial que designe al abanderado, que bien podría ser el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero.
Este Cordero, que se abartolizó (mira Bartola, a’i te dejo esos dos pesos, pagas la renta, el teléfono y la luz, etc., pues dijo que con 6 mil pesos de sueldo al mes se vive maravillosamente), es el miembro del gabinete con más posibilidades de ganar la carrera a la candidatura. Tiene una gran ventaja sobre los demás: es el gran cuate de FCH. Todo mundo sabe que el amiguismo es la divisa del gobierno panista.
SIETE DE DIEZ
A principios de año, el líder Gustavo Madero, en uno de esos intentos por engordar a la caballada, dijo que diez destacados panistas eran los aspirantes a la candidatura presidencial del partido azul. En la lista se encontraban, además de los señalados arriba, los gobernadores de Guanajuato y Morelos, Juan Manuel Oliva y Marco Antonio Adame, respectivamente. Se dejó en el aire el nombre de uno de ellos.
En la pasarela del domingo cambiaron las cosas. Ya no aparecieron entre los elegidos dos mandatarios estatales: el de Morelos que se encuentra en problemas graves de gobernabilidad, y el de Guanajuato, realiza su papel como príncipe de la Edad Media.
En la entidad de Marco Antonio Adame el crimen organizado actúa con tal violencia que los morelenses viven aterrorizados. Quizá, el mal gobierno o gobierno fallido de Marco Antonio Adame provocó que lo bajaran del carro de los elegidos.
De los siete aspirantes panistas, se da como un hecho que cuentan con su pase automático de salida los dos legisladores y el gobernador, por una sencilla razón, no son amigos de FCH y porque el ungido se encuentra en el gabinete presidencial.
Así pues, doña Josefina Vázquez Mota tendrá que empezar a resignarse. Además, rechazó, de malos modos, la candidatura panista a la gubernatura del Estado de México. Quién sabe cómo le hubiera ido, pero la lucha estaba a su medida, no así la batalla presidencial, que dicho, objetivamente, sin menosprecio alguno, le quedaría muy grande. Viste bien al partido panista que una mujer se encuentre entre la lista de aspirantes, aunque se trate de una pose que al final no les dará resultados.
Sobre el otro legislador sin posibilidades, Santiago Creel, también todo mundo sabe de sus enfrentamientos con FCH, que, sin lugar a dudas, lo descartan como candidato. No pierde las esperanzas de ser el próximo presidente de México. Entre los aspirantes es el mejor posicionado; así lo señalan las encuestas.
Del gobernador jalisciense, Emilio González, que podría ser un actor de la opera cómica, los panistas lo exhiben como al negro de la feria. Le estimulan a que asome la cabeza para que se convierta en blanco de las burlas de los adversarios. Es el más débil del grupo, sus millonarias limosnas religiosas y los acres comentarios sobre las bodas homosexuales lo descalifican sin mayor problema.
Del total de siete, sólo quedan cuatro funcionarios que serán tomados en cuenta. Todos realizan la campaña política apoyados en sus trabajos y ninguno escucha las protestas de los mexicanos que exigen que dejen los cargos públicos y que con sus propios medios busquen la designación.
Así, la sociedad mexicana contempla cómo los funcionarios aprovechan la plataforma política de sus puestos, para llevar agua a su molino. El secretario de Educación, Alonso Lujambio, en vez de concentrarse en los problemas de la educación pública, busca hacerse notar con los ataques que lanza constantemente contra sus adversarios.
En el mismo caso se encuentra el secretario del Trabajo, Javier Lozano, el miembro del gabinete fallido, que embarcó a FCH en la desaparición de Luz y Fuerza del Centro y dejó sin trabajo a miles de trabajadores. Canceló, de esa manera, el propósito de FCH de convertirse en el “presidente del empleo”.
De los otros aspirantes, Heriberto Félix, de Desarrollo Social, basta decir que se trata de un funcionario gris, que tiene la gran virtud de ser amigo de FCH. Mérito suficiente para aspirar a lo que mejor le convenga. Y finalmente, Cordero, el secretario de Hacienda, quien no se tienta el corazón para subir los precios de las gasolinas. Su política económica tiene vacíos los bolsillos de los mexicanos.
En fin, nos remitimos a las palabras del dirigente priísta, Humberto Moreira, quien dijo que no veía músculo en las filas panistas y que en la pasarela de los siete aspirantes azules sólo faltó “Blancanieves”. ¿Tan enanos están los azules?