Turismo burocrático
Freddy Sánchez martes 28, Sep 2021Precios y desprecios
Freddy Sánchez
La ciencia requiere inteligencia, paciencia y algo más.
Eso solía decir un maestro de química al pedir a sus alumnos que cuidaran el material requerido para un experimento en el laboratorio, argumentando que de agotarse o escatimar en comprarlo se acabó la ciencia.
Para investigar pues, es necesario hacer el gasto y cuidar los dineros que se tienen destinados para una investigación.
Sirva lo expuesto anteriormente para tratar de diferenciar el buen o mal uso que los 31 científicos acusados de corruptos pudieron haber hecho de los recursos a su disposición en el Conacyt.
Y de ese modo tratar de estar o no de acuerdo en que se les persiga penalmente bajo el supuesto de que violaron la ley para desviar dinero oficial hacia actividades distintas a las aprobadas legalmente y durante largo tiempo se dedicaron a sacar provecho personal de fondos públicos sin aportar beneficios reales a la ciencia y al país, sino convirtiéndose en auténticos “magnates de la burocracia” disponiendo de lujos y comodidades inmerecidos.
Porque si tal fue en realidad la conducta de los acusados (que se dicen injustamente perseguidos y “bajo el yugo” de una venganza” orquestada por quienes, según ellos, sí cometieron excesos y abusos en su desempeño oficial), obviamente los acusados merecerían ser objeto de las más severas sanciones penales a que haya lugar.
Pero, las imputaciones en su contra y las que a su vez los acusados han formulado, requieren ser objeto del más escrupuloso esclarecimiento con la firme voluntad institucional de penalizar los que se pueda corroborar como una conducta claramente ilegal.
De ahí que dos cosas es pertinente visualizar por separado, lo concerniente a la legalidad de la transferencia y el destino que se le dio al dinero público para la realización de las actividades de los científicos acusados de diversos ilícitos, y lo que tiene que ver directamente con los gastos relacionados con sus actividades, a efecto de considerar si hubo o no un uso indebido de recursos para cuestiones ajenas a lo eminentemente científico.
En ese sentido, convendrá mencionar que cualquier función institucional fuera de territorio nacional implica diversos gastos como son la transportación, el alojamiento, los alimentos y bebidas, además de algunas otras cosas que pudieran servir al propósito de facilitar el desempeño en la realización de una tarea oficial financiada con recursos total o parcialmente institucionales.
Bueno, incluso aquel famoso: “vienes comes y te vas” que Fox le dijo a Castro en una visita del mandatario cubano a México, implicó gastos para el erario público nacional y, más naturalmente, lo que se tuvo que gastar con la estancia reciente en nuestro país del actual jefe del estado de la isla caribeña, el señor Díaz-Canel.
Los viajes al extranjero del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard (procurando los acuerdos para la adquisición o donación de vacunas), los que hiciera con propósitos semejantes el doctor López-Gattel y en general cualquier traslado y estancia de funcionarios fuera de México, en aras de atender asuntos políticos o diplomáticos, reuniones y conferencias, obviamente, requiere de financiamiento institucional.
Una cuestión obligada si se quiere tener dividendos de distinto tipo con respecto a esos viajes, las visitas a países extranjeros, los encuentros con personalidades de otros continentes y el sólo intercambio de un saludo sin más beneficio que intercambiar una tarjeta de presentación por aquello de que en el futuro sirva de algo haber entablado contacto momentáneo con alguien que nunca se sabe si en el algún momento puede ser factor de apoyo a un proyecto nacional importante.
Así que lo mismo de poner “bajo la lupa” los gastos de los científicos acusados de corruptos, debería de hacerse con todos los que a nombre de México y con dinero de este país andan por el mundo buscando o diciendo que buscan algo bueno qué hacer y no sólo hacen turismo burocrático.