AMLO sigue manchando la investidura; con discurso de púlpito, defiende a Beatriz Gutiérrez

La Retaguardia

Adriana Moreno Cordero

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El ridículo más grande hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador, así como fracturar severamente la investidura presidencial y mancharla toda, cuando desde el púlpito de Palacio Nacional, dio lectura a un twitter que al final resultó ser falso, en el que se insultaba ni más ni menos que a la no primera dama, Beatriz Gutiérrez Müller y él, con cara de extrañado, preguntó: “¿quién es la zopilota”.

Nada recomendable resulta que el tabasqueño, al leer el referido tuitt, haya repetido las palabras altisonantes y vulgares que se pusieron en el falso tuit, pero hay quienes opinan que el inquilino de Palacio Nacional, pudo haber hablado desde el fondo de su corazón ante la impotencia de hacerlo de frente y viendo a los ojos a su cónyuge. ¿Será?

No obstante, a López Obrador le pasó igual que cuando a principios del mes de agosto, intentó exhibir a quien ocupó temporalmente la presidencia Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Reyes Rodríguez Mondragón, dando igualmente lectura a un tuit falso en el que supuestamente, el tabasqueño era insultado por el magistrado del TEPJF. Esto tuvo lugar cuando todos los magistrados de dicho Tribunal, -como se recordará-, se enfrentaron al “gallo” de López Obrador, conocido también como el “magistrado billetes”, José Luis Vargas, que afortunadamente, nada pudo hacer para permanecer en el cargo, por más pataleos que dio y, dicho sea de paso, nunca pudo hacer que los magistrados cumplieran las órdenes que a él le dictaban desde Palacio Nacional.

Retomando las “ex benditas redes” y para el caso que nos ocupa, lo cierto es que los seguidores más recalcitrantes del tabasqueño, están acostumbrados a incendiar las redes a la menor provocación, sin embargo, el problema es que han llegado al grado de echar mano una y otra vez, de la mentira bajo el supuesto de que todo mundo les va a creer.

En este caso, evidentemente el equipo cercano a López Obrador se desbordó para refrendar su apoyo a la señora Gutiérrez de López, deshaciéndose en halagos por obvias razones. Una muestra muy palpable de esta situación, fue la de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. La indignación subía y no bajaba tanto de grado, dependiendo de la cercanía que los seguidores del inquilino de Palacio Nacional, quieren tener con su jefe y aquí entonces la pregunta es, ¿por qué los incondicionales seguidores de esta errada y llamada Cuarta Transformación, no se indignan por la persecución que su guía máximo ha emprendido en contra de los científicos?

No obstante, empezando por el propio jefe del Ejecutivo, debería reflexionar que en esta absurda guerra que ha emprendido valiéndose del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, (Conacyt). Vale la pena subrayar que el tabasqueño no se está dirigiendo a ningún improvisado; todos a los que ahora ataca son gente formada en el extranjero, (en esas universidades que tanto le chocan a él), con maestrías y doctorados, que hablan hasta cuatro idiomas, cuando el de Tepetitán tiene como traductor y “edecán” oficial ni más ni menos que al flamante secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, porque él solo nada más no puede. Seguramente sus seguidores le creen a pie juntillas, todos los “espejitos” que les vende el tabasqueño, pero esa clase media aspiracionista que tanto critica el presidente, no.

En suma, no se puede exigir respeto cuando es el propio mandatario que cada vez que puede, atiza la hoguera, la polarización y el enfrentamiento y en eso desgasta sus “infiernitos” el propio Presidente que va de montaje en montaje, con tal de desacreditar a sus adversarios.

Además, ¿por qué en el caso del Conacyt nadie quiere asumir la responsabilidad?, porque la directora de dicho Consejo, María Elena Alvarez-Buylla se limita a decir que no sabe de qué le están hablando cuando le tocan el caso?

Y ahora, así como para componer la situación con su cónyuge, López Obrador, colocó por sus “ex benditas redes” un tuit que no tiene desperdicio: “Confieso que le tengo un profundo amor al pueblo. Siempre estaré a favor del Estado laico. Creo en la ciencia pero también en Dios, en especial, en Jesús que defendía a los pobres. También estoy orgulloso de Beatriz”.

¿Será que la señora Gutiérrez de López es pobre y por eso la quiere tanto?, o, ¿qué otra razón puede tener para estar orgulloso de su esposa con todo y sus desplantes?; ¿cómo puede el Presidente hablar del Estado laico con otro de sus maravillosos sermones de púlpito en el que prácticamente se compara con Dios?, (no en balde es el “mesías tropical). Y hubo hasta canción y toda la cosa, en la que se confirmó la fe cristiana del matrimonio que habita en Palacio nacional. Un cuadro sin duda por demás romántico y hasta lacrimógeno, ¿o no?

Y como buena esposa abnegada que suele ser, la no primera dama sacó la cara por su marido ante las críticas -muy fundamentadas, por cierto-, que le lanzó el escritor Mario Vargas Llosa, al reiterar los afanes reeleccionistas que fragua el mandatario mexicano que fue calificado por el autor de la novela Conversaciones en la catedral, de populista, “no me diga que no es cómico absurdo”, le dijo al periodista Carlos Loret de Mola en una entrevista y entonces, surgió la burda burla por parte de la “investigadora” Gutiérrez Müller, a quien se nota que también le seduce y mucho, la idea de permanecer por algunos períodos más en Palacio Nacional. ¡Qué tal!

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