Hidalgo y Morelos, los padres de la Patria
¬ Mauro Benites G. viernes 24, Sep 2021Municiones
Mauro Benites G.
Después de la desairada e inútil reunión de la Celac, aunque el anfitrión diga lo contrario, y en donde pusieron como lo que son a los dictadores de Venezuela, Cuba y Nicaragua, llevándose un tremendo bofetón al anfitrión. Este comentarista no acepta que los cubanos por muy ilustres que hayan sido fueron determinantes para la independencia e historia de nuestro País. Nuestros héroes los múltiples héroes seguramente se removieron de sus nichos, al escuchar las necedades y desproporciones del invitado cubano. Con mencionar los perfiles de los curas Hidalgo y Morelos se confirma que son los padres de nuestra patria. “Como jefe de la insurgencia, Hidalgo había logrado desplegar en buena parte del territorio de Nueva España —nos cuenta Manuel Espino en su extraordinario libro— el entusiasmo por la Independencia, aunque en aquel momento y circunstancias de la lucha, la fama que corría de él distaba mucho de la que le había distinguido como un cura bondadoso. En su desempeño como jefe militar y político no potenció sus muchas cualidades humanas ni logró controlar los sentimientos de odio que lo llevaron a ser sanguinario en las pocas batallas que había librado, parecía no sopesar que en la guerra estaba de por medio la vida de miles de personas.
También habría emulado a los revolucionarios franceses en la forma de azuzar al pueblo, al que permitió el saqueo y todo tipo de abusos. No consideró los derechos naturales de sus adversarios. Su conducta caritativa que le había ganado el afecto y respeto de sus feligreses no se manifestó en su mando de la insurgencia. Ese comportamiento había provocado división y disidencia entre sus tropas y la liberación apartó del camino de la justicia para una integradora.
En su favor se reconoce que hizo desaparecer las jerarquías sociales y los privilegios de los encumbrados, restó poder político y económico a los peninsulares, quienes habían disfrutado de su posición a merced de los nativos novohispanos. El mérito de haber iniciado la Guerra de Independencia no se desvaneció nunca.
El cura José María Morelos, en cambio, una vez en la responsabilidad como Comandante del Sur, se condujo a partir de una lógica muy distante de la de su mentor, a quien admiró desde que le conoció en el Colegio de San Nicolás Obispo de Valladolid. Al discípulo le movía un sentimiento distinto al del maestro, de justicia y no de venganza; de protección de los derechos naturales del hombre, no un afán de poder. Provenía de una familia pobre y había sido “cura de indios”, lo que quizá le facilitó comprender el legítimo derecho de oponerse a la opresión y a las realidades de injusticia evidente y prolongada, que atentaban contra los derechos fundamentales de los novohispanos y dañaban gravemente sus legítimos afanes de bienestar.
La presencia de Morelos -como escribió la historiadora Guadalupe Jiménez Codinach- comenzó a encauzar el torbellino de la lucha. Por su empeño, los planes políticos se hicieron más definidos y más amplios; las operaciones con más precisión y disciplina y la destrucción de vidas y riquezas, que no podía ser directamente provechosa, ni mucho menos cristiana y piadosa, se hizo ordenada y justificable como acción de represalia y defensa”.
Se confirma que Hidalgo y Morelos son los padres de la Patria.