La nueva política internacional
¬ Luis Ángel García lunes 20, Sep 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
México mantuvo durante muchos años un liderazgo indiscutible en el concierto mundial, sobre todo con el principio de No Intervención y Autodeterminación de los Pueblos, aportación de nuestro país al derecho internacional del canciller Gerardo Estrada en 1930 y que es reconocida como La Doctrina Estrada, pero también tenemos un Premio Nobel de la Paz, Alfonso García Robles, por su labor pacifista en las negociaciones de desarme de las Naciones Unidas mediante las cuales se logró la desnuclearización militar de América Latina entre 1964 y 1967.
Fuimos factor de reunificación nacional en enero de 1992 con la firma de los Acuerdos de Paz de Chapultepec entre el gobierno de El Salvador y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional en el Alcázar de Chapultepec, con lo que se puso fin a doce años de guerra civil en el país centroamericano. El político Gonzalo Martínez Corbalá se distinguió por dar asilo a cientos de chilenos en la sede diplomática durante el golpe militar y sacarlos del país para que vinieran a México.
Sin embargo, hoy hemos perdido ese liderazgo e incluso sufrimos nuevos embates a la soberanía nacional, reclamos de otras naciones y sarcasmos de organismos internacionales por la impericia de nuestras autoridades, quienes han sido sometidas o dado muestras de inmadurez diplomática.
Sin duda, la dependencia geográfica con la Unión Americana -nuestro principal socio comercial-, con el que compartimos una frontera de más de tres mil kilómetros obliga a una relación bilateral de lo más conflictiva. Recobra vigencia el dicho de Porfirio Díaz “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”. Los distintos regímenes mexicanos han tenido que lidiar con las estrategias agresivas de demócratas y republicanos. En la actual administración se pudo capotear al irascible Donald Trump con un alto precio político, sobre todo por frenar la migración de centroamericanos, lo que provocó un problema de seguridad nacional, ya que se tuvo que echar mano de los militares para convertirlos en agentes migratorios y sellar nuestras fronteras para expulsar a miles de migrantes.
Como espada de Damocles estuvo siempre la imposición de nuevos impuestos a los productos mexicanos para detener las caravanas de centroamericanos y caribeños que buscaban el sueño americano; asimismo, nos acalambraron con la amenaza de deportación de los dreamers mexicanos, hijos de migrantes nacidos allá que estudian y buscan su nacionalización.
A pocos meses de la administración del presidente Biden, la luna de miel con el demócrata terminó y una esperanzadora reforma migratoria se retrasa y en calidad de mientras exigen, como el republicano, que se mantenga el cierre de los cruces migratorios y rechazaron la propuesta de financiar la siembra de arbolitos en América Central.
Envalentonado nuestro gobierno y para castigar las críticas de la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), el Presidente se aventó la puntada de reclamarle a la Casa Blanca el financiamiento a esa ONG, llamar a EUA intervencionista, golpista y, ya entrados en gastos, hasta de “maicear con gorgojos” a disidentes e intelectuales desde la Embajada. Enviaron una carta diplomática para exigir una explicación y la cancelación del apoyo a MCCI. Obviamente nunca hubo respuesta oficial de los gringos, pero ni falta hizo, porque el memorándum del propio Biden fue cachetada con guante blanco. Seguirá el financiamiento.
También Israel zarandeó a México por su postura en el Consejo de Seguridad de la ONU en el conflicto con los palestinos y llamó al embajador para explicaciones. Como cereza del helado, las críticas del canciller mexicano a la labor del dirigente de la OEA, Luis Almagro, tuvieron un fuerte revés. Le deseó que ya no se le caigan las obras —como la del Metro—, que hizo como jefe de Gobierno.
Mal y de malas nuestra política exterior, hemos perdido liderazgo y rumbo.