A los “defensores” de los indígenas les da lo mismo olmeca que náhuatl
Miguel Ángel Rivera lunes 13, Sep 2021Clase Política
Miguel Ángel Rivera
La mayor parte de las fuentes históricas sostienen que Cristóbal Colón murió sin saber que había descubierto un nuevo continente y su “castigo” fue que estas “nuevas tierras” no llevan su nombre, sino el de un cartógrafo, Américo Vespucio, que el fue el primero en dar a conocer la conformación de este enorme territorio que está entre Europa y el extremo occidental de Asia.
También hay versiones en el sentido de que lo que ahora conocemos como América fue visitada por navegantes de otras regiones del mundo, pero lo importante de los viajes de Colón fue que un invento, entonces novedoso en la Europa Occidental, la imprenta, hizo posible que el “descubrimiento” se hiciera popular en un corto plazo.
Otro factor muy importante es que el entonces poderoso terrenalmente Papa Alejandro VI, nacido Rodrigo Borja -quien es más popular por los muchos chismes de alcoba durante su reinado- aprobó el famoso Tratado de Tordesillas, por el cual los reinos católicos de Portugal y España (entonces sólo Castilla, León y Aragón) se repartieron la tierra recién conocida y, de hecho, impusieron su influencia sobre todo el mundo.
Para el mundo hispanoamericano, el 12 de octubre tuvo un impacto importante, aunque diferenciado. El día nacional de España se celebra esa fecha, mientras que en América se recuerda como el inicio de una agresión, la Conquista o como el punto de partida para el surgimiento de nuevas nacionalidades.
En México, durante mucho tiempo se conoció como el Día de la Raza y se celebraba en forma privada, aunque el gobierno lo convirtió en día festivo, aunque no descanso obligatorio.
En ese trayecto, surgió la idea de colocar una estatua, en el Paseo de la Reforma, pero tuvo una mala influencia, uno de los promotores fue el segundo emperador de México, Maximiliano. A la caída del imperio, rescató el proyecto uno de los más ricos empresarios del porfiriato, Antonio Escandón y Garmendia.
Finalmente, la estatua de Colón fue aceptada por la sociedad capitalina, aunque a veces ese monumento era centro para protestas particulares, en particular de algunos grupos que ven la llegada de los españoles como un proceso de explotación y de sojuzgamiento de las culturas indígenas, aunque en lo que se llamó luego la Nueva España y finalmente México, aunque no había unidad de todos los pueblos autóctonos. De hecho, varios de ellos fueron aliados de Hernán Cortés y sus soldados, para derrotar al odiado imperio mexica.
Como ha sucedido en casi todas las naciones, la evolución de lo que ahora conocemos como México fue una lucha de diversas corrientes políticas que interpretaban o interpretan el mismo suceso desde diferentes perspectivas.
En la actualidad, los gobiernos federal y de la Ciudad de México están dominados por quienes están convencidos de que la Conquista y luego la Colonia fueron fases de intensa explotación de las comunidades nativas por parte de los colonos procedentes de Europa, principalmente España.
Colón desplazado, en favor de una indígena
Los gobernantes mexicanos tienen el respaldo de algunos intelectuales y académicos que tienen esa perspectiva histórica y han convencido de ella al presidente Andrés Manuel López Obrador y, principalmente de su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller.
El primer indicio fue la petición formulada por el primer mandatario mexicano de pedir al actual gobierno de España, y de paso al Vaticano, que se disculpen con los pueblos originarios de lo que ahora es México por los daños que les ocasionaron los conquistadores y los colonos.
Hasta ahora no hay respuesta del rey de España y el gobierno civil le dio escasa importancia al reclamo. Sin embargo, el presidente mexicano ha insistido.
En forma no tan abierta, la posición del actual gobierno de la llamada Cuarta Transformación sigue la línea marcada, sobre todo que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, está inscrita como la principal precandidata a suceder a López Obrador y parece que esa posición se consolida al seguir línea por línea la ruta trazada desde Palacio Nacional.
La primera acción en ese sentido ocurrió el 10 de octubre de 2020. Sin previo aviso, trabajadores del gobierno capitalino retiraron de su pedestal en Paseo de la Reforma, la estatua de Cristóbal Colón, quien seguramente no tiene idea del porqué de su destitución.
Oficialmente, en ese momento, se trató de justificar la desaparición del monumento porque se le daría mantenimiento para que luciera mejor.
Hubo algunas manifestaciones aisladas de inconformidad, pues como se confirmó, el navegante portugués no es un héroe popular. Sin embargo, en aras de preservar un poco la fisonomía de la metrópoli, se pedía dejar el monumento que es característico de la principal arteria capitalina.
Finalmente, la administración de Sheinbaum reconoció que la estatua defenestrada ya no volvería su sitio y que efectivamente se trata de no glorificar de ninguna manera el descubrimiento ni las consecuentes conquista y colonización. El gobierno de la llamada Cuarta Transformación aprecia esa etapa de la vida nacional, como una fase de resistencia de parte de los pueblos originarios. Por ello, para ocupar el sitial vacío se eligió la imagen de una mujer indígena.
Aunque el presidente López Obrador dice estar en contra del cultivo de la personalidad y, por lo mismo, ha pedido que no se ponga su nombre a calles u obras. Pero los incondicionales que no faltan, encontraron una forma de rendirle un homenaje apenas encubierto: eligieron una cabeza olmeca -cultura que se asentó en lo que ahora es Tabasco, el estado natal del jefe de Ejecutivo Federal-pero con rasgos femeninos, para llenar el espacio vacío.
Es tanto, el interés por “quedar bien” que se olvidaron aspectos históricos importantes. Por ejemplo, la cultura olmeca es una de las menos conocidas de la región que los historiadores han denominado Mesoamérica, pues cuando llegaron los españoles ya había desaparecido y sólo quedaron unos cuantos vestigios, entre los que destacan estatuas de cabezas monumentales.
Pero eso no detuvo a los “quedabien”, pues ya inclusive le pusieron nombre a la mujer indígena que supuestamente está allí representada. Olvidaron un “pequeño” detalle: entre los aspectos que se ignoran de la cultura olmeca es su lengauje.
¿Entonces de dónde sacaron el nombre? Pues como no hay apelativos de origen olmeca, eligieron el nombre ‘Tlali’, que significa ‘tierra’ en lengua náhuatl.
Así, en vez de una forma de reivindicación resulta casi un insulto. La lengua náhuatl era la de los aztecas, el pueblo que sojuzgaba a casi todos los demás en Mesoamérica. Eran los imperialistas de la época. Es como si en América del Norte se quisiera rendir homenaje a una indígna sioux y a la estatua en su honor le pusieran un nombre en inglés.
Bueno, a final de cuentas, todos son indios, dirán los cultos promotores de este “homenaje”.
Se organiza la oposición
Una vez confirmada oficialmente la “destitución” de Colón, ahora sí asoma una oposición relativamente organizada.
Ayer domingo circuló en redes sociales una protesta para exigir al gobierno de Ciudad de México que restituya la estatua de Cristóbal Colón en el Paseo de la Reforma, la principal avenida de la capital.
“Los mexicanos y particularmente los habitantes de la capital del país nos sentimos indignados y afectados por el retiro de nuestro patrimonio histórico pretextando su reparación, pero consideramos que se trata de una decisión de carácter populista”, reza la petición de.
Por desgracia, la demanda ha caído en el terreno de la política y tal vez por ello pierda efecto. Entre las personas que han compartido la petición, que acumula más de 10,000 firmas hasta ahora, están la diputada federal Margarita Zavala y su esposo, el ex presidente Felipe Calderón.
Es de esperar que se imponga el carácter ciudadano de la protesta. En el texto que ha circulado, los inconformes han denunciado que el retiro de la estatua de Colón viola la “Ley federal sobre monumentos y zonas arqueológicas” con responsabilidad del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
“Por lo tanto, los ciudadanos mexicanos exigimos a la titular del Poder Ejecutivo del gobierno de la Ciudad de México y al INAH regresen de inmediato a su pedestal la estatua de Cristóbal Colón, y al o los culpables les sean aplicadas las sanciones estipuladas”, indica la petición.