La bandera de EU en Palacio Nacional
Alberto Vieyra G. lunes 13, Sep 2021De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Eran las 7 de la mañana de aquel 14 de septiembre de 1847, cuando los gringos ondearon la bandera de las barras y las estrellas en Palacio Nacional.
Los gringos enviados por el presidente James K. Polk habían invadido territorio mexicano para apoderarse del 62% del territorio mexicano, dos millones 547 mil 242 kilómetros del mapa original de México. En aquel entonces, el mapa de México semejaba un cuerno de la abundancia y en esencia, los yanquis se apoderarían de la abundancia y nos dejarían a los mexicanos el puro cuerno. Pese a todo, México es una de las naciones más ricas del mundo, sólo que los mexicanos no hemos sabido sacarle jugo a este vasto y rico territorio azteca.
James Polk había enviado a un gatón para que hablara en México con el presidente José Joaquín de Herrera, quien se negó a recibir al enviado del presidente yanqui, quien montaría en cólera y ordenaría al general norteamericano Zachary Taylor invadir a México con 30 mil soldados.
Un día antes, el 13 de septiembre de 1847 tendría lugar la gesta heroica del Castillo de Chapultepec en la que aproximadamente 40 cadetes de entre 14 y 20 años de edad, defendieron la sede del Colegio Militar de lo que hoy conocemos como el Castillo de Chapultepec.
Algunos historiadores cuentan que los cadetes se insubordinaron y atacaron al ejército norteamericano, que un día antes, el 12 de septiembre, había sufrido una de sus peores calamidades en la batalla del Molino del Rey. Antonio López de Santa Anna Pérez de Lebrón, que fungía como Presidente de la República había dado órdenes a las tropas mexicanas de no atacar al ejército norteamericano, en lo que algunos historiadores concluyen que se trató de una de las grandes traiciones del general Santa Anna a México, pues prácticamente en todo el paso del ejército norteamericano, desde Coahuila hasta tomar la Ciudad de México, Santa Anna fingía hacerle frente a los invasores yanquis, pero en realidad parecía franquearles el camino.
El día 13 de septiembre, sospechosamente el director del Colegio Militar, el general Mariono Monterde, pidió que le dieran vacaciones en esos días, dejando al Colegio Militar como un barco a la deriva. Los heroicos cadetes mexicanos enfrentarían a los gringos como héroes. El saldo sería de 6 cadetes muertos que la historia de México registra cómo Los Niños Héroes de Chapultepec, un episodio que el capitalismo gringo y la derecha en México se han empeñado en negar que haya existido la batalla del Castillo de Chapultepec.
Los cadetes muertos serían Vicente Suárez, Juan de la Barrera, Agustín Melgar, Francisco Márquez, Fernando Montes de Oca y Juan Escutia, éste último que no era cadete, pues había visitado a uno de sus familiares en el Colegio Militar y ya no pudo salir, pero según el historiador mexicano, el general Rafael Cravioto, en su libro La Historia del Colegio Militar, narra que Juan Escutia sería uno de los mexicanos más aguerrido que defendió a sus compatriotas. Sobre Juan Escutia, los historiadores norteamericanos y mexicanos coinciden en que, al término de la batalla del Castillo de Chapultepec, el general norteamericano Word se hincó para besar la frente de Juan Escutia. Cuando le preguntaron el por qué lo había hecho, Word respondió que “ese muchacho se batió como un león y era apenas un niño”.
Algunos pintores mexicanos en su alegoría sobre el Castillo de Chapultepec, pintan a Juan Escutia como el niño que se envolvió en la bandera mexicana y se arrojó al vacío. Eso es falso. La escena que se describe sobre el general Word ocurrió en la parte alta del Castillo de Chapultepec, donde vivieron Maximiliano y Carlota años después.