Línea 12, sin culpables
Armando Ríos Ruiz viernes 10, Sep 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Una nota periodística aparecida esta semana expone que en conferencia, Gabriel Regino, abogado del ex director del Proyecto Metro y encargado de la construcción de la Línea 12, Enrique Horcasitas, afirma que la tragedia de principios de mayo en la que murieron 26, personas pudo evitarse, porque las autoridades sabían desde diciembre de 2019 del daño de la zona colapsada.
“El primer informe que presentó la empresa DNV apuntó a fallas de construcción de la Línea 12, pero en el presentado hoy (martes) podemos afirmar de manera técnica y legalmente que la tragedia ocurrida el 3 de mayo de 2021 pudo ser evitada y debió serlo”, afirmó.
Lo anterior implica sin reserva de ninguna clase, la negligencia de las autoridades del gobierno de la Ciudad de México encabezado por la señora Claudia Sheinbaum y por la entonces directora del Sistema de Transporte Colectivo, Florencia Serranía, quien llegó sólo a cobrar un salario jugoso por ser muy cercana al Presidente, pero quien jamás exhibió la mínima preocupación por el estado de la institución a su cargo.
Como todos los “floreros” que hoy conocemos, seguramente pensó que todo era cuestión de ocupar el cargo y sentarse a recibir sin mover un dedo, Sin preocupación de ninguna índole por conocer las condiciones de trabajo mecánicas. Sin necesidad de preguntar a los conocedores del ramo, que sí mostraron siempre inquietud y nerviosismo por el estado de salud, principalmente del tramo colapsado.
Que inclusive dieron aviso oportuno a las autoridades, pero no fueron escuchados. ¿A quién responsabilizar ahora? ¿A quien se espera sea convertida en candidata a la Presidencia y es preferible cuidar, porque es mejor esperar la designación a hacerla pagar un descuido que costó vidas humanas? ¿Eso para qué sirve? Nuestro Presidente parece pensar que somos muchos y hasta hay que ayudar para desmexicanizar el país lo más que sea posible.
A la señora Serranía ya se le permitió renunciar e irse cómodamente a quién sabe adónde, temerosa de que la justicia la alcance. No debería preocuparse. En este momento, quien goza de la cercanía del que manda no puede ser obligado a pagar por ningún mal que haya hecho.
Las autoridades del Gobierno de la Ciudad de México se negaron a escuchar en todo momento. El mismo vecindario dio muestras constantes de preocupación durante mucho tiempo, debido a que el rechinar provocado por el roce de fierro con fierro anunció el desastre, al grado de que muchos dejaron de usar de plano el servicio.
Conozco a habitantes del rumbo que mejor prefirieron ir a dejar y a recoger a sus familiares a sus trabajos y a sus escuelas, que utilizar el Metro, ante el temor justificado de un accidente, como ocurrió finalmente el 3 de mayo pasado. No era necesario ser técnico ni conocedor. Pero la incapacidad de nuestros gobernantes no tiene límites. Por lo menos las señoras Sheinbaum y Serranía merecen un castigo muy justificado.
Obviamente, también lo merece Marcelo Ebrard, Causante desde el principio de todo este fatídico acontecimiento. Principal promotor de la tragedia, desde la construcción misma de la Línea 12, hecha con el afán de cobrar dividendos incalculables para el bolsillo personal, que le valió la expatriación a la cuna de sus ancestros para burlar la cárcel y que hoy también es serio aspirante a arribar a la Presidencia.
Pero me he referido a inalcanzables de la justicia. Fuertes como el roble. Pero sobre todo, con un manto protector de alguien que no es Dios, pero que en un país como México opera como tal. Que sólo puede ser superado por una sola entidad, si opera el milagro de aceptar en su dura cabeza que las dádivas no provienen de un bolsillo ni de la generosidad de nadie, sino de la estrategia de mantener a muchos maiceados como animales para aprovecharse de ellos.