Las plagas
Ramón Zurita Sahagún jueves 9, Sep 2021De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
No es una buena temporada para México. Las plagas surgen por todos lados, como castigo divino, aunque no se cree que exista un ser supremo que sea tan cruel con los padecimientos de los mexicanos.
Hay problemas que se mantienen vigentes desde hace años y otros que se van añadiendo conforme pasan los años y, de pronto, surgen otros más provocados por fenómenos naturales, que ya no lo parecen ser tanto.
Tiene tres lustros que la población se ve copada por el narcotráfico y los grupos delincuenciales, los que suben y bajan su intensidad, según el caso, pero siguen provocando miles de muertes.
Vemos ya como algo cotidiano que año con año por estas fechas, los huracanes, las tormentas tropicales y los ciclones, repitan lo de cada año, muertes y destrucción en diferentes estados del país.
La temporada de lluvias es terrible en las zonas afectadas y de pronto dan un giro y dejan descansar a Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Chiapas, principalmente y se posan sobre otras alejadas de las cosas como Hidalgo y Puebla. El Golfo resulta el más perjudicado, aunque ahora le tocó a Jalisco, Nayarit y Sinaloa, sufrir las inclemencias del tiempo.
Se diversifican las inundaciones y siempre la gente humilde resulta la que más daños resiente, perdiendo parte de sus propiedades.
La pandemia no ceja, se mantiene en sus trece y afloja un poco, pero solamente para tomar nuevo impulso y arremeter en contra de los vacunados y los que no lo han sido.
Si ya con pandemia, inundaciones y desbordes de agua, además de la delincuencia organizada y la que no lo está, ahora llega la temporada de sismo, algo que también es natural en un territorio en donde hay grandes espacios de zonas sísmicas. La franja norteña de Baja California y su vecindad con la falla de San Andrés no han dado tanta lata, últimamente, pero la gente sabe que en cualquier momento se pueden producir un temblor de gran magnitud. La CDMX, Puebla, Morelos, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, comprenden otra zona sísmica, en la que a menudo se producen sorpresas.
El sismo de ayer de una magnitud superior a la media (7.1), causó susto y zozobra entre la población de los estados mencionados, aunque, afortunadamente, fue el susto y daños menores, solamente.
Sin embargo, la coincidencia de la fecha en que se produjo (7 de septiembre) nos hace ver que la tierra tiene memoria, ya que cuatro años en la misma fecha se produjo otro temblor similar que dejó cuantiosos daños materiales y decenas de víctimas en los estados de Chiapas y Oaxaca, principalmente.
Hace cuatro años, doce días después de ese sismo se produjo otro de mayor intensidad, en la misma fecha que aquel que dejó sangrando el corazón de muchos mexicanos.
El 19 de septiembre es una fecha trágica, ya que en 1985 no se pudo cuantificar el número de víctimas que algunos han llegado a dar la cifra de cien mil, aunque las autoridades manejan uno más conservador de 10 mil muertos y el de 2017 que también un gran número de víctimas y daños materiales en Morelos, Puebla, CDMX y algunas otras entidades circunvecinas.
De acuerdo con esos datos y cifras, el gobierno mexicano deberá mantenerse atento a las circunstancias actuales, donde en cualquier momento se podría producir otro sismo de mayor o menor magnitud, pero trágico, al fin.
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Todo mundo tiene derecho a tener sus bienes, de acuerdo a sus ingresos, aunque se ve mal que se jacten de ellos y más si forman parte de un gobierno que maneja la austeridad y la honestidad como premisa. El auto del presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, tiene cuatro de existencia, lo que no lo hace un auto viejo y si es lujoso, ya que los conocedores del tema aseguran que lo óptimo es que un auto rinda, cuando menos cuatro años, antes de cambiarlo… Que necesidad de Hugo López-Gatell de meterse en tanta controversia. Cada día que pasa se embrolla más en el asunto de la pandemia y sus respuestas resultan risibles si no hubiese seriedad y gravedad en el asunto.