La crisis migratoria
¬ Augusto Corro miércoles 8, Sep 2021Punto por punto
Augusto Corro
Miles de migrantes enfrentan problemas agudizados debido a la poca atención que les brindan las autoridades. En México, los indocumentados de varios países tienen como meta común llegar a los Estados Unidos. Para realizarlo se exponen a padecer secuestros y muerte.
El problema de los indocumentados cada día crece ante la ineptitud de los gobiernos para brindar soluciones. En meses recientes las caravanas de migrantes la integraban ciudadanos de Honduras, El Salvador, Guatemala y de países más lejanos.
En el presente, esas filas de indocumentados se incrementaron con la presencia de haitianos y lo complejo de la situación no ofrece soluciones. Los países involucrados en el conflicto sólo ofrecen discursos y promesas.
En la realidad, las autoridades mexicanas no pueden frenar las caravanas de migrantes. No en su totalidad. Imposible detener a miles de personas desesperadas y resueltas a todo con tal de llegar al vecino país del norte.
En los centros migratorios del sur de México se multiplican los dramas por la falta de personal para atender las solicitudes de documentación en regla para cruzar el país. No sólo tienen que aceptar la lentitud de las autoridades, sino también padecer la falta de atención médica.
Muro de contención
En el estado de Chiapas se encuentra la mayor concentración de personas que intentan llegar a México y continuar el viaje. Sin embargo, las autoridades enviaron suficientes elementos de la Guardia Nacional para detener a los ilegales que pretendan ingresar al país.
Las caravanas de migrantes son sometidas a acciones represivas por parte de las fuerzas del orden. Los videos nos mostraron la poca sensibilidad de los elementos de la Guardia Nacional y de Migración que golpean y dan patadas a las personas indefensas.
Ni siquiera la presencia de supuestos representantes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos evitó el mal trato a los extranjeros, que en algunos casos viajan con familia y sufren la angustia de la separación de un hijo.
Con todo y la vigilancia en las fronteras, los indocumentados logran pasar cientos al territorio mexicano. En la noche del lunes, en la ciudad de Aguascalientes, la policía descubrió una casa que albergaba a 341 personas procedentes de Guatemala, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Ecuador. En el inmueble estaban 284 adultos y 57 menores. Había mujeres con niños en brazos. Los migrantes tenían entre cinco y diez días en la finca. Cuatro hombres fueron detenidos por presunto tráfico de personas.
Toda suerte de peligros
En 2021 murieron 46 migrantes durante su travesía por México, informó el Instituto Nacional de Migración (INM). Los decesos incluyen ahogamiento, accidentes, armas de fuego, problemas de salud, deshidratación en el desierto y asaltos.
Por otra parte, en Camargo, Tamaulipas, fueron masacrados diecinueve indocumentados. Doce policías fueron detenidos como presuntos asesinos de los extranjeros, originarios de Guatemala. Los detenidos fueron acusados de homicidio calificado, abuso de autoridad, falsedad en informes, etc.
En años anteriores se registró otra masacre en el municipio de San Fernando Tamaulipas. Las víctimas fueron 72 indocumentados de diferentes países, en tránsito por México, con rumbo a los Estados Unidos. Se acusó al cártel de “Los Zetas” como presunto responsable de los asesinatos.
Los indocumentados también son víctimas de los secuestradores que exigen dinero para dejarlos en libertad. Decenas de migrantes viajan en todo tipo de transporte con el riesgo de perder la vida, pues las unidades no cuentan con la ventilación adecuada. Y finalmente, los ilegales corren el peligro de contagiarse de Covid-19 al no estar inmunizados, ni practicar las recomendaciones de las autoridades sanitarias.
Los discursos
El gobierno mexicano enviará una carta al presidente Joe Biden para insistir en que atienda las “causas” de la migración forzada y ofrezca visas temporales de trabajo para centroamericanos. A la fecha, únicamente se escuchan los discursos con buenos propósitos para detener la ola migratoria sin precedentes que amenaza con crecer.
Los orígenes de ese fenómeno social se encuentran en la pobreza y la violencia. Los países centroamericanos padecen la falta de empleo y la necesidad de salvar la vida. Grupos de la delincuencia organizada son los encargados de sembrar el terror.
A lo anterior agréguele los efectos devastadores de los huracanes. En esas condiciones de riesgo, los centroamericanos no tienen otro camino que el de abandonar sus lugares de origen, con la esperanza de encontrar sitios en los que puedan vivir en paz.