Menos mexicano que muchos
Armando Ríos Ruiz miércoles 8, Sep 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
A pesar de decir lo contrario, al Presidente no le gusta la historia de México y quiere cambiarla a como dé lugar. Tal vez porque, cuando presume conocerla comete cada error que da vergüenza ajena. Como cuando dijo que hace 10 mil años aquí ya había universidades e imprentas, mientras en Estados Unidos apenas se veían búfalos en sus montes.
Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, regaló a Andrés Manuel el acta de nacimiento de su abuelo, José Obrador, nacido en Ampuero, en la Cantabria, España en 1863. Cruzó el Atlántico escondido en un barril a los 14 años y desembarcó en Cuba. Allí trabajó como barrendero y después viajó a México para reunirse con dos hermanos, Manuel y Félix.
Es decir, la descendencia del mandatario es reciente. No es como la nuestra, cuyo árbol genealógico se remonta en muchos casos, a la misma conquista. En otros, a la invasión francesa, acompañada de los ejércitos españoles e ingleses. Los dos últimos se retiraron después de negociaciones, aunque algunos soldados españoles se quedaron a pelear al lado de los galos y después de plano a hacer familias en las poblaciones aztecas.
Hace unos días, el gobierno de México ordenó quitar la estatua de Cristóbal Colón, del largo museo de la avenida Paseo de la Reforma, traída en 1875. Primero llegó a las costas de Veracruz, del taller del escultor francés Charles Cordier, por donación del empresario banquero Antonio Escandón. Fue sustituida por la de una mujer indígena. Parece que la del genovés, que no conoció México, y que era símbolo del mestizaje de América, incomodaba al gobierno de la 4T.
Ya todos sabemos que el Presidente instó al gobierno español a pedirnos perdón por la conquista de México, hace 500 años. Pero, ¿no es mejor apurar a Italia, por haber sido un genovés quien descubrió América y con ello abrió el apetito de conquista para que más tarde los españoles se hicieran a la mar con ese propósito?
Es más, pensándolo bien y para ser lo más puramente honestos, que mejor nos pida perdón Grecia, porque fue Eratóstenes quien concibió una teoría respecto a la redondez de la tierra y Colón admitió que tenía razón, aunque difiriera en cuanto a que sus cálculos fueran exactos, ya que pensó que la tierra era más pequeña, aunque definitivamente redonda.
Pensó que el lugar que buscaba –Las Indias− lo encontraría si navegaba desde el continente europeo por el océano Atlántico. No fue fácil. Tuvo que soportar días de tedio, incertidumbre, miedos a una posible equivocación que pudiera derivar en la muerte y un amotinamiento de sus marineros, que tornaron su desesperación en júbilo cuando Rodrigo de Triana gritó: “¡tierra a la vista!” La alegría inundó los corazones.
Resulta complicado hacer a los españoles la petición de perdón, ya que nuestro gobierno tendría que estudiar profundamente y luego decidir a quién dirigir el reclamo. Quizá a los galaicos. A los astures. A los lusitanos. A los celtíberos. A los caristios tal vez. Todos de origen celta.
También podría ser a los suevos. A los vándalos o a los visigodos. ¿Por qué no tomar en cuenta asimismo a los árabes? O quizá sería bueno aconsejar a los españoles que hagan lo mismo con los antes mencionados, ya que tuvieron que sufrir su presencia mucho más tiempo que México a sus conquistadores.
Inclusive podríamos apurar a los sefarditas a pedirnos la absolución. Pero éstos ya se adelantaron a ofrecernos el reconocimiento de que somos judíos los mexicanos y demás conquistados en América, que llevamos los apellidos que inventaron. El mismo Presidente lleva el de López, derivado de Lope. Por lo tanto, con ellos no habría pleito.
Nuestras autoridades están empecinadas en cambiar la historia. Otro trabajo complicado, cuando es más fácil borrarla e imaginar una nueva. Bueno. Ya comenzaron por algo.