Obras faraónicas
Ángel Soriano martes 7, Sep 2021Desde el portal
Ángel Soriano
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha reiterado en repetidas ocasiones que la conclusión de las obras llamadas faraónicas -Tren Maya, Aeropuerto Felipe Ángeles, Refinería de Tres Bocas- están garantizadas por los ahorros obtenidos por la austeridad republicana de su Gobierno, por el combate a la corrupción y el aumento de la recaudación fiscal.
Si en el pasado, 8,000 efectivos del Estado Mayor cuidaban al Presidente en desplazamientos suntuosos por el país y el extranjero y ahora el Ejecutivo viaja en avión comercial y con los ayudantes indispensables; si se han cancelado los viajes particulares en naves oficiales y suprimido los escoltas, si no hay evasión fiscal y se eliminan las condonaciones a los grandes contribuyentes, se están obteniendo ahorros y más ingresos.
Esos recursos que se iban a un barril sin fondo y en beneficio de unos cuantos, hoy éstos llegan a los de abajo: minusválidos y personas de la tercera edad, becas y oportunidades para miles de jóvenes sin empleo y que antes eran despreciados por no tener oficio ni beneficio, se siembran millones de árboles y en las obras en marcha se da empleo a ingresos de estados que antes eran abandonados.
Esto es lo que mucha gente no comprende: no acepta que los poderosos propietarios de algunos medios de comunicación, que eran no el cuarto, sino el poder mismo, obtenían jugosas concesiones a cambio del aplauso fácil. Hoy es diferente porque se está en contacto directo con la gente y ésta está agradecida, por lo que da un amplio respaldo al poder ejecutivo sin necesidad de tener una prensa a su servicio.
Obras obras consideradas faraónicas están garantizadas, lo mismo que las vacunas y los programas sociales, porque el presupuesto alcanza, ya no se queda en manos de unos cuantos y se reparte hacia abajo. Esto tampoco les interesa a los partidarios del estado actual de cosas, los que no aceptan el cambio porque les afecta. No están de acuerdo en que se beneficie a las mayorías, sino que desean tener al gobierno en sus manos.
Son los cambios que mucha gente no acepta, desconoce o no comprende. Lo más común es que están desinformados, no obstante que el Presidente difunde todos los días el mismo mensaje, da cifras y hace aclaraciones, no sólo él, sino sus colaboradores, pero es imposible que penetre y haga conciencia en el grueso de la gente. Hace falta, quizá, otras formas de comunicación.
Lo importante se verá al finalizar el sexenio. Se verá si es que efectivamente alcanzó el presupuesto para eso y para más y que los adversarios de la IV Transformación estaban desinformados o actuaban influenciados por los que añoran los tiempos de la república franquista sin Franco y desean revivir glorias pasadas. Hoy no son tiempos de nuevos conquistadores, se trata del pueblo que ha tomado las riendas del país y el Gobierno ahora sí le sirve.
Pero ello, como se ha expresado, sólo será demostrable con hechos: que las obras faraónicas sirvan para reducir las importaciones de gas y gasolina y generen los energéticos suficientes para satisfacer el mercado interno y echar a caminar la industria, que se reviva el campo para no importar alimentos y que nuestros jóvenes se realicen como profesionistas al servicio de la sociedad urbana y rural, y se emprenda la real transformación del país.
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